martes, 12 de junio de 2012

Caperucita se enfrenta al machismo

Caperucita aparece en escena recogiendo unas flores para su abuelita cuando de repente aparece un lobo que comienza a darle conversación. ¿Qué hará Caperucita? ¿Se enfrentará al lobo o quedará sumisa a él?

- Hola preciosa, ¿cómo te llamas?

- Caperucita, Caperucia Roja.

- ¿Y a dónde vás Caperucita?

- A casa de mi abuelita, que está enferma en una residencia y quiero alegrarle el día.
- Y... una cosa Caperucita: ¿tú estudias o trabajas?

- Yo estudio, y un montón.

- ¿Y nunca sales de fiesta?

- Sí, salgo con mis amigos a bailar.
- ¿Y cuando llegas tarde que ocurre?

- Hay telita...

- ¿Tu mamá te regaña?
- ¡Pues claro hombre!, es una madre.

- Y.. oye, Caperucita, ¿no te gustaría venirte conmigo a un mundo de desenfreno, dónde no tendrías más que estudiar, ni tendrías que darle explicaciones a tu mamá?

- ¿Y dónde viviríamos?

- En un palacio.

- ¿Y qué vamos a comer?
- Manjares.

- ¿Y quién llevará el dinero? Porque yo...

- De eso me encargo yo, tengo las manos fuertes...

- ¿Y yo qué hago? Es una oferta muy tentadora... Bueno, pues me voy.

- Ven, ven Caperucita, a este mundo donde serás feliz y no tendrás que volver a dar explicaciones a nadie. Yo controlaré el dinero y entrarás y saldrás cuando yo lo diga; comerémos manjares, sí, los que tú cocines. Yo me encargaré del dinero y tú limpiarás el palacio. Tendremos los hijos que a mí me apetezca, y tú como mujer, serás la encargada de cuidar de ellos. Y cómo algo no me guste, ¡te vas a enterar Caperucita!

- ¡Pero tú estás loco! Tengo mis estudios, hablo dos idiomas, voy a ser yo misma, y estaré con quien me quiera y me respete, y a quien yo sabré querer y respetar... ¡Y no contigo! ¡Ahí te quedas con tu estúpido machismo!. 

Este diálogo es simplemente una representación teatral que elaboramos mi padre y yo. Esta obra fue escrita por él, pero ambos colaboramos en la representación. Lo que pretende mostrar es un claro ejemplo de la sociedad de hoy en día, que aunque se presenta como no machista, sigue estando anclada en costumbres de este tipo. Ninguna Caperucita está en la obligación de soportar a un lobo feroz que la humille, la arruine la vida y le acorte la libertad. Estamos en el siglo XXI, somos mujeres fuertes e indpenedientes sin miedo, a las que no se las puede parar los pies. En definitiva, el feminismo queda reflejado en esta pequeña obra y en la realidad, como la búsqueda de igualdad entre la mujer y el hombre, dejando a un lado las tendencias machistas que aún se estilan. Todas somos Caperucitas del siglo XXI, no olvidéis que la igualdad de sexo es un derecho, y no una utopía.
















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