martes, 12 de junio de 2012

Este es el mundo que conocemos

En este mundo hay dos tipos de personas, como decía Ortega y Gasset: existen aquellos que imitan lo que hace o dice el resto, y por otro lado, encontramos a aquellos, que al plantearse lo que ocurre en el mundo y la manera en que esto nos afecta, se ganan un puesto en la "élite". Pero, ¿qué quiere decir esto? ¿qué es la élite?

Todo comienza con el colegio. Salimos felices de la guardería, un remanso de paz e igualdad, y pronto pasamos a encontrarnos en la primaria, donde nos topamos de golpe la "jerarquía". Parece como si en la cúspide de la pirámide se encontrarsen aquellas con lazos azul marino adornándoles la cabeza, o ellos, repeinados con la raya al lado gracias a la cantidad desmesurada de gomina. Después, en la secundaria, ellas comienzan a llevar la falda más corta de lo normal, y ellos, se bajan los pantalones de tal forma que podamos apreciar sus calzoncillos marca "Calvin Klein". Pero esto no acaba aquí, después llega el bachillerato; ellas siempre a la última y cada día con un modelo nuevo, y ellos, con motos y coches nuevos, que les permiten fardar más de la cuenta. En la universidad pasará más de lo mismo, ellas y ellos, pronto tendrán el sueño de casarse y formar una familia; donde los hijos irán a un colegio privado mientras ellos y ellas se convierten en grandes explotadores y empresarios, con mejores coches y mejores motos, con viajes a hoteles caros desde donde divisarán sus yates. Esto es la jerarquía.

Sin embargo, prefiero hablar de la élite. Este grupo lo forman aquellas y aquellos que aprendieron a peinarse solas, sin pedir ninguna ayuda. Lo forman aquellas nunca recurrieron a acortarse la falda para ser mejores, y aquellos que iban al colegio, como aquellas, simplemente a estudiar y aprender, sin necesidad de lucirse. Aquellos y aquellas también pasaron por la primaria, la secundaria, el bachillerato y la universidad, pero nunca recurrieron a coches y motos nuevas que suponían un mayor gasto familiar, y se dedicaron a coger el autobús con lluvia, sol y nieve; y que en lugar de comprarse treinta pares de zapatos al mes, de forma más austera recurrían a un par de todo: zapatillas, tacones, faldas y pantalones. Son aquellas y aquellos los que al llegar a la universidad pudieron darse a conocer, los que quisieron aprender del mundo y de quienes lo formaban, los que se interesaron en cambiar las cosas y formar un mundo mejor. Son y serán, ellos y ellas, los que jamás vivirán enamorados del capital, sino de todo lo que les vió nacer: la naturaleza, la familia, los amigos...

Por lo tanto, no debemos confundir las jerarquías con la élite. Los que quieren una jerarquía son aquellos y aquellas que buscan situarse en la cúspide de una pirámide para controlar y explotar, son aquelllos y aquellas enamorados del clasismo y del capital, los y las que buscan triunfar por encima de todas las personas. Sin embargo, siempre será la élite la que busque aprender y formarse, quien enseñe el camino del respeto, quien sea capaz de convencer con simples palabras y conocimientos veraces, que no necesiten venderse para conseguir apoyo. Es la élite la que busca la paz y la libertad, el compromiso y la hermandad entre todos, el respeto mútuo y la comprensión. 

No nos confundamos, este mundo no está reinado por una élite honrada, sino por una jerarquía explotadora.





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