Inborrable
Prefiero evitar el contacto físico, pero siempre se agradece un buen abrazo. Esto es, porque odio que me toquen las caderas, ya que definen que tipo de mujer soy. Me gusta un roce de manos inesperado o la retirada de un mechón de pelo, siempre por sorpresa. No me agradan las uñas clavadas en la piel porque la agresividad me asusta y me produce desagradables recuerdos del pasado. De este huyo, esperando impacientemente el futuro de los segundos. Bailar sin parar y que te besen amando tu locura. Suave siempre. La clave está en saber conquistar, hay que alejarse de lo típico para compartir colchas y cojines. Se acabo la incertidumbre, el misterio está bien a veces, pero normalmente acaba siendo agotador. El vientre es un sitio peligroso, se eriza la piel con facilidad y poco a poco se te aflojan los muslos. La sensación llega hasta arriba, recorriendo silenciosamente la izquierda y la derecha, formando un pequeño canal en el centro. Todo se concentra en la palma de una sola mano, en la rozadura de unos dedos fuertes y cálidos. Sigue el cauce hasta desembocar en un discreto lago, en el centro, y el organismo se alerta. Disfruta pero no se duerme. Podría continuar pero los recuerdos invaden de nuevo su mente. Todo ha sido una pesadilla.
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