jueves, 14 de noviembre de 2013

Carta a un ciego

Escribo esta carta sin saber muy bien porque, aunque lo que sí se es que va dedicada solamente a ti. A una grandísima persona que se compró un espejo que siempre hacía que se viera de una forma totalmente diferente a la que es en realidad. Es verdad que aunque empiece diciendo una de esas frases "que llegan al corazón", las últimas conversaciones que hemos tenido no han sido las más acertadas. Por no hablar de las últimas semanas o meses, en los que cada uno hemos seguido nuestro propio camino -casi como desconocidos-. Pero ya me conoces, y sabes que a veces tengo más temperamento que delicadeza, y supongo que por eso debería disculparme (pero solo un cincuenta por ciento, porque creo que a veces las verdades son necesarias). Además, seguro que hasta en algún caso esto te ha parecido encantador. Sin embargo, el caso es que después de toda esta introducción tan innecesaria como necesaria, hay algo que quiero decirte. 

Hemos pasado por tantas cosas juntos, que no sería capaz de numerarlas aunque sí de acordarme de los mejores y de los peores momentos. Los más importantes son los que están tan vigentes en mi memoria como en mi corazón, y lo sabes. Pero ahora, que me he puesto recordar poco a poco todo lo vivido, me visualizo como un decorado imaginario en tu vida. Me imagino que no soy más que un elemento que está escondido entre las bambalinas de un gran escenario en negro, donde no se ve nada. Siento que siempre he sido ese segundo plano y que realmente nunca he formado parte de tu vida.  Y esto es muy duro decirlo porque también siento que además ni siquiera has sido capaz de utilizarme, sino que al final no he sido lo que necesitabas. No he sido más que un elemento más, de esos que no dejan huella. Esos elementos o personas a los que tú sueles referirte como "banales" porque en realidad no sirven más que para ocupar hueco en una vida totalmente vacía. En definitiva, que soy solo un decorado. Además, tengo que decirte que lo que más me duele de todo esto es la impotencia. Impotencia porque no puedo ayudarte, porque no he sido capaz de ser esa medicina que tanto necesitas, porque no soy el ingrediente secreto que hace falta para ahogar tus penas. Al igual que me he esforzado por ser la mejor vitamina para todos aquellos que me rodean, parece que para ti nunca ha funcionado nada. No hay consejo, sugerencia o acto que consigan sacarte una sonrisa. Es como si fuese un fantasma haciendo gestos delante de tu cara, gestos que ni siquiera sientes porque son prácticamente invisibles. Y todo esto me duele, sobre todo porque esto se ha alargado demasiado tiempo. No han sido solo días o semanas, son meses y años de los que hablamos... son demasiadas cosas que necesitan un arreglo para que puedas crecer y sacar todo lo bello que llevas dentro. Porque vales tanto, y eres tan grande. Hace demasiado tiempo que habría que haber empezado a arreglar las cosas, pero mi diccionario de consejos ha llegado a su fin y no veo ninguna solución posible. Solo puedo darte ánimos y decirte que estaré aquí siempre que me necesites. Que me esforzaré por ser más dulce si hace falta, por pensar aún más duro para que juntos podamos encontrar una solución. Pero sobre todo quiero que sepas, que nunca estarás solo. 

1 comentario: