INTRODUCCIÓN
TEÓRICA A LOS ESTUDIOS LITERARIOS
1.
Grecia y Roma Clásica
Podríamos decir que el principio de la
literatura viene desde el siglo IV. a.C. cuando por primera vez Platón pone en duda el
“mythos” y pone por encima de ello al logos, a la lógica y conocimiento. Comienzan a
preguntarse si es cierto el mito
y aquí aparecen las primeras conexiones entre la lógica, el discurso y el pensamiento orientado al conocimiento.
Dado al poco avance que había en esta época
en el campo referente a la literatura, la idea de creación literaria todavía no estaba muy desarrollada. Para los
griegos y teniendo todavía como referencia la idea del mito y el logos, creían
que la creación del autor,
o del poeta de esa época, venía dada por la influencia de unas musas. Estas musas eran
los dioses o seres divinos que se encarnaban en el poeta y le ayudaban a crear.
Esto es lo que se conoce como Teoría del Furor Poético, que dice precisamente eso, que el
poeta es simplemente el creador y transmisor de un mensaje divino que debe ir
dirigido al público, que son los simples espectadores. Ya veremos más adelante
que esta será la base de la poesía grecolatina occidental.
Otra de las ideas principales, y de las que
más revuelo va a causar en el panorama literario, va a ser la idea de la mímesis o imitación de la
realidad. Platón era un filósofo obsesionado con la verdad, y eso
conllevaba a representar la realidad en su mayor grado de veracidad. Para este
filósofo de nada sirven los artes imitativos que solo se aproximan a la
realidad, porque lo que hay que hacer es imitarla, expresarla en su máximo
auge. La obra no es
un pasaporte de traslado a otros mundos imaginarios, la obra debe mostrarnos la
realidad tal cual es a través del arte.
Esta idea va a ser revalorada por su
discípulo, Aristóteles,
que va a desarrollar mucho más la idea de la literatura. Para Aristóteles, más
obsesionado con la potencia y con el acto, buscaba la mímesis o la imitación de las acciones
forzadas tal y como se producen en la realidad, para así poder
determinar sus causas.
Ligado a este concepto estará la catarsis, que busca la provocación en el lector. Con provocación
nos referimos a la producción
de sensaciones como el miedo o la piedad en el receptor. Sin darse
cuenta, de esta manera la poética
se conecta con la retórica, formando un discurso verosímil que al final
une a la retórica con la lógica. Esto es lo que se conoce como silogismo, y consiste en
buscar la verdad a partir de la lógica, de la que podemos encontrar dos tipos distintos: la lógica
formal que contiene los conceptos plenamente veraces, y la lógica informal, que
es la portadora de los hechos posibles.
Respecto al concepto de los géneros, fue Aristóteles
el primero en desarrollarlos. Para él existían cuatro tipos de géneros en los
que podían integrarse las obras literarias, y estos eran: la épica, la
tragedia, la comedia y la retórica.
La épica es el género
encargado de transmitir valores, de forma parecida a la tragedia, la diferencia es que esta se va a
encargar de la didáctica más que de la transmisión. La épica y la tragedia son la base de la
educación. En ellas se encuentra la enseñanza de la ética (ethos), y la reflexión
sobre la misma (pathos),
a partir del autoconocimiento y la empatía. Es más, más adelante van a
combinarse juntas en un concepto al que denominamos ditirambo, y supondrán la aparición de los
géneros de la ironía
y la sátira.
Debemos tener en cuenta que dentro de la tragedia podemos destacar las partes
de sus constituyentes,
estos son: el significado, el argumento, el contenido, los caracteres y las
partes de la obra.
-
Significado: es el contenido final de la
obra. Lo que quiere transmitir.
-
Argumento: tema principal de la obra sobre
el que se desarrolla toda la historia.
-
Contenido: conjunto de elementos
significativos que componen la estructura final de la obra.
-
Caracteres: son representativos de los
seres humanos.
-
Partes:
·
Prólogo: es el inicio de la obra en el
que se hace una breve introducción de lo que va a ocurrir.
·
Pathos: es el desarrollo de la obra
narrado por un narrador.
·
Éxodos: es el final de la obra.
En relación con las obras y la mímesis,
Aristóteles elaboró una serie de reglas que han sido imitadas en el ámbito literario
durante muchos años. Esta es la regla de las tres unidades, de tiempo, de acción y de lugar.
Para Aristóteles la representación de la realidad también era importante,
aunque no de un modo tan obsesivo como el de su maestro. Lo que buscaba con
estas reglas es que el trascurso de la obra fuese durante un momento real,
haciendo de ella un conjunto basado en la unicidad. Es decir, no podemos hacer
un obra de teatro que conlleve varios días, o que transcurra en varios lugares
con distintas tramas. Esto no es veraz porque en la vida real no pasa, y por eso
las acciones deben ser representadas a partir de estas reglas.
Como estudio final de Aristóteles nos
encontramos con la retórica,
que va a buscar el conocimiento verosímil y universal a partir de un método
que sea prácticamente científico. Se definirá brevemente como la técnica empleada para
desarrollar el texto. La retórica va a suponer una gran influencia en la
polis, donde todo era hablado, pensado y escrito, con lo que va a suponer la
herramienta principal de expresión y transmisión de ideas.
Cuando termina la época de la Grecia Clásica,
van a entrar los romanos
y su gran Imperio, que como ya sabemos ocupó prácticamente la Península Ibérica
y la Europa que se conocía hasta entonces. Se van a caracterizar por la gran
influencia que van a tener de la época anterior, pero van a añadir nuevas visiones y aplicaciones de la
literatura.
El primero de los autores que caracterizan a
esta época va a ser Cicerón,
que con su “Rethórica ad Herennium” va a continuar estudiando los Tratados de
Retórica que poseía Aristóteles. Lo que va a hacer es centrarse, como explicaba
antes, en el discurso retórico,
en el arte de crear un texto. Va a decir que todo él es aplicable a la polis,
tanto para la realidad social como las actividades del senado, como para la
literatura en muchos aspectos. Sin embargo, va a ampliar mucho más el concepto,
y va a dividir el discurso en cinco
partes.
-
Invención: conjunto de argumentos
inventados o reales que componen el discurso retórico.
-
Elocución: forma y estilo de
elaborar el discurso.
-
Disposición: estructura de todos los
argumentos del discurso.
-
Memoria: proceso de memorización del
discurso de forma natural o artificial.
-
Acción: gesto y tonos
empleados para elaborar el discurso.
Siguiendo a Cicerón tenemos a Horacio que va a tener tanto
influencia de éste como de Aristóteles. Pero va a decir que la poesía no es retórica, que
en definitiva es la creación artística literaria surgida del autor, que posee
un ingenio natural o
talento que combinado con el ars,
es decir, la técnica de la práctica del ejercicio, dan lugar a la obra.
Virgilio va a hacer una nueva distinción
de los géneros, y llega a la conclusión de que todas las obras pueden
orientarse en tres tipos diferentes: la Eneida será la que agrupe todos aquellos de estilo
elevado y sublime, mientras que la bucólica o égloga, y la geórgica, agrupará todos los demás que tienen un estilo medio o
vulgar, sin ningún tipo de complicación. Es la primera vez que van a aparecer
los personajes determinados por su forma de habla.
A continuación llega Quintiliano, y dice que la poética de Horacio
no vale nada, que lo que interesa es la retórica en su pura esencia, es decir,
la oratoria. En este
caso va a dividirla en tres partes, que serán la oratoria forense, deliberativa y apodíctica. La primera va a emplearse para demostrar
la culpa o inocencia de un acusado a partir de argumentos reales o inventados.
En cambio la deliberativa va a tratar el tema de aprobar o derogar leyes, y
finalmente la apodíctica tratará de estudiar la forma de hablar en público, el
arte puro del discurso. Esto será, en definitiva la base de toda la poética clásica.
Cuando comienza a caer el Imperio romano y
llegan los bizantinos, el panorama literario vuelve a cambiar. Se comienzan a
preguntar por lo sublime
(Longino), por los elementos
que debe haber en una obra para que sea lo más elevada posible. Esto lleva al
estudio exhaustivo de la retórica
y la literatura.
Por otro lado, la época de la Helenística, con autores como Hermógenes de Tarso,
comienza a elaborarse la Teoría
de la Retórica, pero mucho más amplia que la idea que había planteado
Aristóteles en un primer momento. Ahora el concepto habla de la estrategia y el poder de la
argumentación a la hora de interpretar los textos. También se desarrolla
el tema del estilo del
autor y de cómo esto determina la obra.
Para los romanos la idea de las musas también va a cambiar
con respecto a la idea que tenían en Grecia, y es que es posible que las musas
inspiren pero es el autor quien tiene su conocimiento y técnica, que al
final es lo que cuenta en la obra.
Finalmente Halicarnaso estudiará la estructura adecuada que
deben tener el verso y la
prosa en los textos, para así garantizar la perfección de su forma.
Tampoco va a estar de acuerdo con la idea de poética que tenía Horacio.
IDEAS CLAVE
-
Platón:
·
Mito y Logos.
·
Teoría del Furor Poético.
§ Musas.
·
Mímesis.
§ Realidad.
-
Aristóteles:
·
Mímesis.
§ Acción.
·
Catarsis.
§ Provocación.
·
Géneros.
·
Retórica.
·
Poética.
-
Cicerón:
·
Discurso retórico.
-
Horacio:
·
Ars e ingenium.
-
Virgilio.
·
Géneros.
-
Quintiliano:
·
Oratoria.
-
Longino.
·
Sublime.
-
Helenística.
·
Teoría de la Retórica.
·
Estilo.
·
Musas.
2. La Edad Media y los siglos
XV-XVII
La Edad Media va a partir de la imitación de la Grecia Clásica y
el Imperio Romano, y muchas de las ideas que se desarrollaron en estas
épocas anteriores van a ser tomadas como inspiración y admiración del mundo
clásico.
El texto es una construcción que
sigue las reglas de un dogma,
y la Ley de la Retórica
será la que establezca las normas que debe seguir el discurso, sus herramientas
de construcción, y cómo la obra debe estar valorada en función de estos dos
aspectos anteriores. En ocasiones será la poética quien haga juicios sobre el
autor, lo que se denominará como poetización de la retórica.
La idea medieval de la
elaboración del texto va a seguir el esquema de la imitatio y la variatio. Esto consiste en
imitar el estilo de los antiguos, conservar la esencia de sus obras, pero
añadir también variaciones en el significado para innovar un poco sobre el
texto. Además la originalidad va a ser premiada a la hora de juzgar la obra.
Como en todas las corrientes, en esta también los va a haber que estén de
acuerdo con seguir este esquema, ya que los sabios son admirados y debemos
mirarlos para contemplar toda la grandeza que crearon; y luego están los que
dicen que es un insulto tratar de llegar si quiera a lo que ellos fueron. Sin
embargo, fue un esquema tan seguido y tan revolucionario, que el cambio fue
prácticamente inevitable y renovador, a pesar de que se partiera de las ideas
de antiguos como Cicerón y Quintiliano.
Uno de los grandes de esta época
va a ser Boileau,
el gran defensor de la obra y de su contenido. Para este autor y para muchos
otros lo importante de la obra era que su contenido estuviese por encima de
la forma. Poco a poco se comenzaba a dar más importancia a la enseñanza y
la razón, y a pesar de que lo divino estaba muy vigente, ambas iban cobrando
fuerza. Por ejemplo, Boileau lo que decía es que el pueblo también tenía
derecho a una educación, y que debían tener acceso a esa cultura que los
poderosos habían conservado toda su vida. Tenían que aprender para poder
enfrentarse a los que ya poseían el saber. Pero estas ideas tan revolucionarias
en la época medieval no le gustaban a nadie: a los ricos no les gustaba porque
la cultura era cosa de nobles y de estamentos superiores, no del pueblo, y a éstos
por su parte, no les gustaba la idea de que los niños fueran al colegio en
lugar de trabajar las tierras y ganar dinero. Todo ello hace que se dé mucha
importancia al conocimiento, y se va a buscar escribir para la eternidad.
Lo que importa es que el concepto que yo creo en la obra dure por los siglos de
los siglos, y pueda entenderse en cualquier época. Para muchos la literatura
simplemente era política, pero para otros era la manera de representar la
realidad siguiendo unas reglas de tiempo, espacio, acción y tema, tal y
como dictaba Aristóteles. Vamos viendo como poco a poco se asoma la razón, a
pesar de que se le dé importancia al decoro. La obra debe ser didáctica,
mimética, pero debe representar solamente las buenas acciones porque si fomenta
la representación de actos rebeldes como ocurre con el Cid, entonces el pueblo
se revela contra la sociedad feudal, y esto es algo que no puede suceder. Para
este gran defensor de la literatura y el teatro, el autor debe guiarse por su
genio, que es el que le ayuda a tener el impulso de crear la obra; pero jamás
debe estar por encima de ella, es más importante lo que la obra dice que el
autor. Además va a evitar por todos los medios la retórica. De
esta forma, el teatro,
que tiene gran influencia en esta época, va a buscar la enseñanza a partir de
la imitación y la semejanza con acciones que son consideradas correctas y
morales (desde el punto de vista de la época). Además, va a buscar la
recreación de los personajes (como hacía Horacio en la Roma Antigua) a partir
de los arquetipos de persona. Por otro lado va a evitar las actitudes irónicas,
y toda la recreación y representación de la obra van a estar guiadas por la
dulcificación, teniendo siempre como punto final un elogio al rey y al autor.
El pensamiento medieval va a
estar muy influenciado por las ideas de Kant, que entenderá y aplicará la dualidad del conocimiento: por un lado
tenemos el conocimiento trascendental y por otro lado está el conocimiento
experiencial. En ninguno de los dos va a haber medidas. Por su parte, el conocimiento
experiencial va a partir de la idea de que todas las acciones están ligadas a la
experiencia y de que nada es subjetivo. El mundo está ya escrito y
nosotros no lo podemos cambiar, los
hechos que ocurren y que nos destinan ya son insoslayables. De esta idea sacará
Heidelberg la idea
de que somos parte del mundo pero que en realidad no tenemos muy clara cuál es
nuestra posición en él: una
cosa es la existencia, porque todos existimos, pero otra muy distinta es el
acceso que tenemos a la realidad. La realidad es medible y ajena, está escrita y no podemos cambiarla.
Goethe,
casi romántico y precursor del “Strung
un Drag”, va a tener un punto bastante tradicional y va a ser tremendamente
seguidor de la época clásica, a la que va a admirar por encima de todo. Lo que
va a hacer es cambiar por completo el concepto de mundo que
se tenía hasta entonces. Para Goethe el mundo es perfecto, porque
podemos observarlo desde fuera, y analizarlo al igual que hacemos con la
realidad, para después entenderlo. El mundo es perfecto porque está lleno de
irregularidades que lo hacen complicado. Tanto el mundo como la realidad son
analizables y entendibles, y por lo tanto totalmente perfectos. Otra de las
ideas que va a añadir va a ser la de la perfección de la obra. Las ideas son ajenas al
objeto, es decir, otra vez el concepto está por encima de la obra. De hecho va
a decir que una obra de arte encuentra la perfección fuera de sí misma, en la
idea del artista. Esta manera de entender el arte como artefacto, es lo que nos lleva a
distinguir la situación de poder que tiene el artista sobre los demás, porque
es él quien puede observar el mundo para poder crear una obra perfecta llena de
conocimientos universales que jamás se pierdan en el tiempo. Hay que
representar el absoluto de
la naturaleza, que es a lo que estamos aferrados porque es lo único
seguro y fiable, y esto debe decirlo la obra en todo momento.
Tanto para Kant como para Goethe,
van a ser los antiguos los que realmente son capaces de crear ideas ajenas
de la naturaleza. Y también van a decir que el arte nos aproxima más a la verdad
que la ciencia, ya que el arte puede contener los conceptos universales
por los siglos de los siglos.
Del concepto del mundo, y de la
idea romántica de que el poeta sale de él y actúa fríamente desde fuera, va a
surgir la idea del estudio de la cultura de los pueblos. Se va a hacer una separación entre el
mundo y el arte, pero dentro de un concepto que puede entenderse de forma
paralela. Es decir, Herder
lo que quiere explicar es que hay que conocer la cultura de los pueblos, porque
todos los pueblos tienen su manera de ver y actuar en el mundo en función de su
cultura. Si comenzamos a sumar las acciones y las evoluciones de estos pueblos,
nos encontraremos con que el mundo desarrolla procesos similares, y que de un
pequeño cambio al final eso es fruto de la evolución. Sin embargo no debemos
entender esta forma de ver el mundo y los pueblos como un nacionalismo
excluyente de culturas que se pisotean unas sobre otras, sino que es un
nacionalismo incluyente en el que las culturas aprenden unas de otras y al final
avanzan todas juntas hacia la evolución de la humanidad.
Goethe y Schiller van a entender el estudio
de la realidad a partir de métodos científicos, es decir, que
para estudiarla y conocerla hay que seguir unas reglas del objeto que el autor
no debe saltarse. En esta época, el autor de la obra estaba por encima del
resto porque tenía la cualidad de que podía salir del mundo y representarlo a
partir de su experiencia. Sin embargo, lo que se busca en el arte es la
creación de conceptos, y esto convierte al texto del artista en un fallo porque
realmente no está expresando lo que quiere. En este proceso existen unas reglas
del juego, que es lo que impulsa a crear al artista, porque estas reglas
son creadas por él y además eliminan del todo el tiempo, por lo que es
prácticamente libre. Este juego es sagrado y trascendental y todos los autores
deben seguirlo. Poco a poco van a ir rompiendo con la retórica y abogando por
la libre creación.
Por otro lado está la idea del tiempo, que está igual de
vigente que la del mundo. Partimos de la idea de que en la época clásica el
tiempo era circular, es decir, que se construía para destruir y después para
renovarse. Sin embargo la Edad Media va a cambiar esta idea y va a abogar por
el desarrollo y la evolución, para llegar a alcanzar lo trascendental. Siguen
el camino del progreso. En la poética medieval no hay tiempo y se quiere imitar
a la Roma Clásica, pero este gran imperio cayó y fue destruido, por lo que
tenemos que indagar en sus ruinas para construir encima de ellas y volver a
darles el valor que tenían en su día; pero a la vez que hacemos esto no debemos
olvidarnos de avanzar y de innovar. Es una idea algo más lineal.
La literatura de la Edad Media funciona a partir de
leyes creadas por el autor, que al buscar una obra veraz y universal que
perdure por los siglos tiene que imitar y plasmar la naturaleza tal cual es; y
por supuesto, situar al concepto siempre por encima de la forma y al autor por
debajo de su obra, ya que no puede destacar más que ella. El poeta tiene la
ventaja de poder salirse del mundo y observar la realidad desde fuera, para así
construir a la sociedad, que es el centro de todo en esta época. La historia de la literatura va ligada a
la historia de los mundos, primero hay que entender la historia del pueblo
y su avance, y después aplicarla a la historia y la literatura medievales, para
poder plasmar la realidad en las obras y convertirlas en eternas y
comprensibles para todas las épocas que vengan después.
La estética medieval va a buscar la similitud en las
obras. Quiere imitar la realidad a través del esquema de la imitatio y la
variatio. Van a buscar, como he dicho antes, la atemporalidad y el infinito en
las obras que puedan entenderse para siempre y que sobre todo sea equilibrada y
sobria, no pueden crearse obras en otros estados. No creen en la inspiración
de las musas. Solo creen en la elaboración de la obra a partir de reglas
internas y reglas externas, morales, que hacen del texto un elemento decoroso.
Sin embargo, poco a poco el decoro pierde peso y se empieza a dar más
importancia al gusto.
En la poética vamos a encontrar a autores más
relajados que van a expresar sus sentimientos hacia lo divino. Ya no se
cree en las musas platónicas, porque ahora lo que inspira de verdad al autor es
Dios. Hay una total cristianización
de las obras, e incluso va a llegarse a decir que la literatura es solo para
gente con vocación poética y fervor literario, que sean capaces de entender la
obra y valorarla por su técnica (retórica empleada). Por otro lado, se
va a atacar contra los géneros que había en la época clásica, y se va a decir
que han surgido otros nuevos, que son: la poesía, la escritura de cartas, y por
encima de todas las obras que transmitan la doctrina teológica.
Los siglos XV y XVI van a seguir más o menos estos
pasos, pero va a haber autores que van a decir, por ejemplo Lorenzo Valla, que
independientemente de lo que diga la Iglesia, también podemos encontrar placer en las obras intelectuales y no
solo religiosas. Van a decir que el placer es legítimo y que si Dios sitió
placer cuando creó el mundo que el artista representa en su obra, es lógico que
también el artista sienta ese placer cuando escribe. Pero, ¿qué elementos son los que provocan placer en el autor y en el lector?
Van a empezar a preocuparse de nuevo por el gusto, que no saben si depende de
la técnica del autor o del gusto del lector (esta es una idea que surgirá hacia
el siglo XVII, cuando comience a buscarse de forma desesperada la sublimidad
del texto).
La retórica vuelve a ser de nuevo el centro del sistema
porque a partir de ella podemos conocer la teología y la base de todos los
estudios humanistas. Además, con el avanzado desarrollo que hay en las lenguas
vernáculas el conocimiento comienza a transmitirse mucho más rápido, y en
consecuencia el pensamiento también. La retórica es el centro de todo, y la
única técnica posible para crear la obra. La lógica y la retórica van a
entenderse como conceptos separados, ya que según autores como Ramus, a la lógica le corresponde
la dialéctica (la inventio y la dispositio), mientras que la retórica es
toda elocución. Esto va a conseguir que la lógica y la retórica terminen
fundiéndose en la poética, que por
su parte lógica seguirá el planteamiento cartesiano de leyes y sistemas
perfectos para crear, y por otra parte estará la elocución, y el cuidado en las
formas de expresión del texto.
En el siglo XVI, Europa estaba dividida
entre los católicos que seguían las ideas de Aristóteles, y los protestantes,
que buscaban un cambio tanto en la literatura como en la historia. Este cambió
será sobre todo en la creación, que
algunos comienzan a plantearse que no es tan divina como dicen. También hay que
tener en cuenta que la ciencia estaba avanzando mucho, y la medicina igual, por
lo que comienza a entenderse la literatura como un estudio anatómico, es decir, dividiéndola en partes cada vez más
pequeñas hasta conseguir exprimir todo su significado por completo (sacar toda
su esencia y contenido).
El concepto de mímesis también va a cambiar, y va a ser Patrizzi quien lo haga, con
la idea de que no es posible hacer mímesis a través de la literatura porque las
palabras solo pueden evocar, pero no pueden representar la realidad.
Poco a poco vamos viendo como
las ideas clásicas se pierden y Aristóteles y sus reglas van quedando
olvidados. El Romanticismo
viene pisando fuerte y trae innovaciones tanto en el teatro como en toda la
literatura. Se dejará de seguir la regla de las tres unidades y ahora es un narrador
quien conoce todo de los personajes y se encarga de contarnos su historia, formada
a base de tramas.
IDEAS CLAVE
-
Dogmas.
·
Ley de la Retórica.
·
Poetización de la retórica.
-
Texto.
·
Imitatio.
·
Variatio.
-
Genio y decoro.
-
Eternidad.
·
Concepto por encima de la forma.
-
Dualidad del conocimiento.
·
Trascendental.
·
Material.
-
Mundo.
·
Realidad.
§ Estudio a partir del método
científico.
·
Existencia.
·
Evolución.
§ Cultura de los pueblos.
-
Absoluto de la naturaleza.
-
Dios es la inspiración.
-
Placer.
·
Sublimidad.
-
Literatura, estética y poética:
·
Decoro.
·
Gusto.
·
Cristianización.
-
Retórica.
·
Dialéctica.
·
Elocución.
-
Poética:
·
Elocución.
·
Retórica.
-
Mímesis.
3.
El Romanticismo
(XVIII)
“¿Dónde está todo lo que no existe?”, “cuando escribo no siento,
cuando siento no escribo”.
El Romanticismo va a romper con
las ideas de la Edad Media, empezando por Goethe y Schiller, que van a tener sobre todo influencia kantiana, y
prevén la llegada de una nueva sociedad confusa en la que las personas no saben
si creer en lo trascendental o aferrarse a lo material. Las ideas de espacio y tiempo
comienzan a tambalearse, y eso supone un gran conflicto con la idea de mundo
que se había tenido hasta ahora.
Algunos como Moritz, totalmente
positivistas, van a estar obsesionados por el materialismo, pero no por
conservar lo material, sino por desecharlo. Lo que importa es el estudio de lo que es la
trascendencia y expresarlo a través del arte, que puede ser tanto la poesía como la
literatura.
De estas ideas va a surgir un nacionalismo exaltado
pero incluyente,
que venía evolucionando desde la Edad Media. La idea de pueblo va a ser una de
las más desarrolladas, ya que al igual que en el periodo anterior se partía de
la idea de que había que conocer a los pueblos, a sus habitantes y a todo lo
que los rodeaba a partir de su cultura, porque cada uno de ellos tiene una
esencia que lo hace especial y que lo ayuda a avanzar, y del avance y la
cultura de todos los pueblos viene el cambio, el avance universal del mundo.
Para los románticos todo gira en
torno al arte, el placer y la belleza. El arte será la mezcla entre el amor y la belleza,
será el centro de todo. Cuando entramos en contacto con el arte el yo se pierde por
completo, el tiempo
se para y todo queda bloqueado en un momento estático, perfecto, que evoca todo
tipo de sensaciones.
Luego está ese placer de
crear, el hectare,
el poder perderse en la obra y dejar todo mi ser fuera para fundirme en lo
trascendental de la obra, olvidar y dejar a un lado lo material para soñar
dentro del mundo onírico
al que se huye. Todo esto es bello, pero no es de esa belleza que se emplea como fin y utilidad, sino aquella que
simplemente produce placer
porque es perfecto
contemplarla y entrar en contacto con ella, y lo mejor de todo es que podemos
alcanzarla a través del lenguaje
de la obra. La belleza no se ata, es solo una sensación sublime que nos hace perdernos en nosotros
mismos, que juega con su independencia y es tan compleja que es imposible
estudiarla. Es el arte por
el arte. Hacer
belleza es crear. No hay necesidad de material o utilidad, solo hay que
dejarse invadir por las sensaciones que ésta nos evoca.
Todo lo que nos rodea puede ser nombrado. Dios les ha dado a los artistas el poder de
conocer todo lo que nos rodea, de poder sacar lo trascendental de lo material y representarlo en
la obra a partir del lenguaje divino. El artista debe representar las
imágenes que Dios ha puesto en el alma. La perfección la tiene Dios y por eso
es inalcanzable, pero podemos alcanzar a definir lo material que nos rodea y a
representar la belleza de su interior. El lenguaje de la naturaleza es el que
posee Dios y el artista posee el genio para interpretarlo y plasmarlo. Solo los pocos elegidos
tienen este don, que consiste en sentir y expresar la naturaleza a partir de
dejar fuera lo material del mundo, y conseguir captar e interpretar la esencia
de las cosas. Estas ideas van a partir de autores como Waokender, o de las mentes de aquellos que
veían al poeta como
aquel que guardaba los
sentimientos en la memoria.
Schelling
será uno de los grandes románticos de la época. Para él el objeto es simplemente la
forma, algo que no sirve de nada, pero en él hay un espíritu, una expresión que
debemos sacar. La perfección está en el movimiento, en el paso del objeto de lo material a
lo trascendental. El artista
debe encargarse de captar el espíritu de la naturaleza y de buscar en ella todos los ápices de belleza que haya, porque
de esta manera podrá mostrarnos su esencia. El don del genio va a seguir vigente, y será la única forma en que el
artista va a poder alcanzar lo sublime, que es esa sensación de haber tocado el infinito con
los dedos, ese momento en el que el tiempo se detiene y se alcanza el máximo
placer de la obra, cuando somos todo trascendencia y lo material queda lejos y
no nos asfixia. El autor gracias al genio es capaz de dominar su consciente y su inconsciente. Es el genio
quien previene y domina el inconsciente para evitar los errores en la obra y
proponer un nombre artístico para la misma. Finalmente el arte, fruto del genio del
artista, buscará la creación
de otros mundos. Se alejará de la forma para fundirse en la belleza y
entrar en contacto con la esencia de la naturaleza, que debe ser captada a
través de la obra. El artista va a percibir todas estas formas y lo que va
a plasmar es su percepción frente al mundo. No hay mímesis, no
quieren imitar la realidad real, sino la esencia desconocida de la
naturaleza que nos rodea.
SUBLIMIDAD: la sublimidad se define como la
esencia cósmica y profunda
de las cosas. Cuando alcanzamos lo sublime estamos tocando el infinito. Es este momento
inolvidable en el que entramos en total contacto con la experiencia
trascendental, cuando por fin podemos comunicarnos con la verdadera esencia de
las cosas. No hay nada más bello que involucrarse por completo en la
trascendencia del infinito, en perdernos en él. Se alcanza gracias al genio y cuando el alma se libera de la represión material,
conseguimos perder la forma y llegar a la esencia, a ese interior olvidado. Sin
embargo, el único que puede alcanzar este clímax es el artista. Podemos empatizar con él pero
nunca podremos llegar a lo que él ha sentido; podemos comunicarnos con su obra,
pero no podemos sentir lo que él sintió. La sublimidad es el placer de unos
pocos, de aquellos que tienen el poder del talento. El yo será el centro de todo. Es la época
del artista egocéntrico.
Lo sublime rompe además con todo canonismo: la belleza es siniestra, pero aun así atrae al
artista. Para alcanzarlo primero tenemos que encontrar un objeto, después
debemos despojarle de su parte material y dejar solo la esencia. Cuando hayamos
hecho esto, tenemos que introducirnos en esta esencia y buscar su belleza,
entonces sentiremos un gran placer y el contacto con el infinito, lo que
indicará que hemos llegado a lo sublime. La pasión será una de las bases para conseguirlo, ya
que es la única que puede transportarnos de lo finito a lo infinito, y es la
que hace que podamos perdernos en el objeto. Esto además de traer una sensación
única y plena nos hará perdernos en el mundo, en tener poder sobre él y el orgullo de haber
conseguido dominar el
inconsciente para ser consciente en todo momento del placer que estoy sintiendo
(armonía temporal).
Bécquer,
uno de los más alabados románticos, va a desarrollar sus ideas sobre todo en
torno al tiempo. Lo que hace es crear tiempo en sus obras. El ser humano es, vive por los momentos de sublimidad,
sino nada tiene sentido. La vida es lo sublime. El momento de la intensidad
tremenda es lo único que importa. Aunque no son materialistas, saben que necesitan la forma para llegar
hasta la esencia. Lo único útil en todo el objeto es su forma, porque la
belleza es bella porque es perfecta, no por útil. En lo sublime no hay
causalidad, es indescriptible. Bécquer va a entender al ser humano como a un ser perdido en el tiempo y
limitado por su muerte. Hay que vivir la vida con intensidad, todo es un
carpe diem, hay que
vivir el momento y no hay nada futuro. No sabemos cuándo todo puede acabar y
por mucho que traten de escapar no van a poder, solo pueden crear mundos alternos a los que
trasladarse cuando no soportan el mundo material, pero siempre van a acabar muriendo.
Solo se vive por el recuerdo
del instante, por esa sensación de lo sublime, por el momento concreto.
No hay nada más bello, más perfecto. Toda la atmósfera de lo sublime debe
quedar reflejada en la poesía.
La poesía no es solo un texto, la poesía es el reflejo de una
persona que ha plasmado todo su interior en ella. A veces el poeta debe sentir
como una mujer,
exageradamente y desesperadamente (idea tremendamente romántica y machista),
ser un histérico. El misterio está en el instante, y ahí es el único sitio
donde el poeta está protegido. El genio, el egocentrismo del artista les produce insomnio, es difícil ser un creador e
interpretar el lenguaje divino, y plasmar todo mi interior en una obra.
La belleza será el
espíritu que resida en el alma, será la única forma de vivir y de sentir.
Quiero alcanzar la belleza porque es como una droga a la que estoy atado, que
me hipnotiza. A pesar de que la forma sea imperfecta tengo que cuidarla, porque
si no jamás podré alcanzar la esencia de las cosas, y por lo tanto no podré
estar en contacto con la belleza.
El Romanticismo va a
caracterizarse por el rechazo
de toda imitación cartesiana de la naturaleza. La obra de arte es por un
lado la de Dios,
que es la naturaleza, y luego está la obra del artista que representa lo creado por
Dios, el arte. Va a
haber plena dualidad
entre la belleza y
el concepto de utilidad.
La perfección de la obra será el objeto en sí mismo, el artista es egocéntrico,
pero la obra lo es aún más. Por eso se suspende el yo en la literatura, porque
interesa plasmar la idea de la perfección de la naturaleza. El tiempo en las obras también va a perder su
percepción clásica en la que el mundo era circular y en la que se avanzaba para
retroceder, siempre en una rotonda. Después pasamos por el clasicismo que era
todo lo material y lo banal, que al romántico no le interesa. Y finalmente
llega el yo, la espiral
del mundo romántico, donde nunca sabes porque camino te llevará el
destino.
El genio será la base del espíritu romántico y la
fuente que explique la actitud del poeta. El autor es superior al resto, tiene un don y puede
entrar en su alma y después hacer que todas sus sensaciones broten en un texto,
que un simple lector jamás llegará a comprender. Puede admirarlo si es también
un genio, pero sino no apreciará tal explosión de belleza.
El amor también estará presente. El artista quiere
experimentar y conocer el mundo, y para ello no hay nada mejor que el amor, que
es lo más bello de todo. La poesía será profunda y existencial, todo son sensaciones y sensibilidad. El autor
querrá introducirse en la amada y evocar continuamente la perfección de los
momentos vividos junto a ella. Se desesperaran por el amor eterno y no podrán vivir sin ella. Les han robado el alma.
IDEAS CLAVE
-
Mundo.
·
Material.
·
Trascendental.
-
Espacio.
·
Huida.
-
Tiempo.
·
Momento.
·
Carpe Diem.
-
Expresión a través del arte.
·
Sentimientos.
·
Belleza
·
Placer.
§ Si Dios sintió placer al crear el mundo, ¿por qué el artista no puede
sentirlo también al crear la obra?
·
Pérdida del yo.
·
Sublimidad.
-
Nacionalismo incluyente.
-
Representar la realidad y no la naturaleza.
·
Lenguaje divino.
·
Genio.
§ Arte como artefacto.
§ Artista.
·
Egocéntrico.
·
Superior.
§ Lenguaje.
§ Talento.
§ Pasión.
·
Observa el mundo desde fuera.
·
Genio.
-
Objetivo.
·
Captar la esencia de las cosas a partir de la forma para llegar a lo
trascendental.
§ Belleza de lo trascendental.
§ Utilidad de la forma.
-
Amor.
·
Histeria.
4.
El Modernismo y el
Posmodernismo
Del Romanticismo pasamos al
Modernismo (XIX-XX),
que va a romper con todo lo anterior. La modernidad lo que va a buscar son las cosas fiables, y al venir
determinado en gran parte por las ideas kantianas, va a haber una gran duda
sobre cuál de los dos mundos (trascendental y material) es más real. Para ello, una de las
cosas que van a hacer va a ser estudiar el fenómeno a partir del conocimiento científico, con
la intención de llegar a la trascendencia.
Esta teoría también va a aplicarse al campo literario, de la mano de autores
como Darwin y su Teoría de la evolución de las especies.
Uno de los personajes más
relevantes del movimiento modernista va a ser Marx. Éste político lo que hace es crear un método de avance histórico basado en
reglas cartesianas por las que se guía, que tiene un fin último y que por eso
es fiable. Ya
sabemos que los textos marxistas son los primeros que tratan sobre la
revolución del proletariado y el fin del capitalismo para que el pueblo pueda
ser dueño de uno mismo. Es tremendamente materialista, pero es el único método que puede
cambiar el panorama existente y encaminarse hacia la evolución sin tener miedo de ningún
tipo de limitaciones o de absolutos.
De forma paralela estaba Nietzsche, filósofo y
filólogo que destroza el panorama cultural, definitivamente y sin ningún tipo
de piedad. Lo que hace es decir que Dios ha muerto, y esto supone la caída de todos los pilares de
la cultura occidental y la pérdida de su sociedad. Ahora que no hay un absoluto
por el qué guiarse y al que aferrarse, lo único que puede hacer el ser humano es
buscar el camino del cambio y avanzar por su propia cuenta. Lo mismo va a pasar
con la literatura:
se acabaron las normas y las guías, nada es absoluto y no hay sistemas infalibles. Ya no hay por qué
recurrir a lo superior porque las reglas se han roto, y por fin somos libres.
De estas ideas nacerá lo que más tarde se denominará “positivismo científico”, con el que
evolucionarán genios como Saussure y sus teorías de significantes y
significados.
Un pensamiento parecido al de
Nietzsche es el que va a tener Freud, pero más orientado hacia la trascendencia. Él lo que dice es que nuestro yo, es decir, nosotros,
nos vamos formando por una conducta
determinada y una serie de recuerdos
que se han sucedido durante nuestra infancia. No podemos estar seguros de nada
porque hemos descubierto que el mundo no es circular y que la vida tiene un
fin. No conocemos el motivo de nuestros actos, pero aun así actuamos, porque
ese es el motivo de nuestra existencia: la mutación y el
cambio. La idea de mundo
es otro pilar absoluto que va a derrumbarse. Se dan cuenta de que está en
constante movimiento e influencia por lo que no es algo que esté fijo. Con la
llegada de la libertad
ha muerto el alma y con la llegada del nuevo presente van a basar su vida, y
sus textos, en el “carpe
diem”. Ahora toca vivir el presente porque no tiene sentido pensar en un
pasado o en un futuro. Somos
el momento.
Lo que ocurría con la época
moderna y posmoderna es que están muy
juntas y los cambios son difícilmente apreciables. Sabemos que antes todo
estaba orientado hacia lo trascendental y que las acciones realizadas iban
destinadas a fines últimos a los que se trataba de llegar siguiendo reglas
perfectas y cartesianas. Pero esto ya se ha acabado. Cuando llega la modernidad
se van a dar cuenta de que ya
no hay certezas en el mundo, de que nada es seguro y que vivimos en una
constante duda. Ni siquiera van a saber si ellos mismos existen, van a destruir la idea del ser
y van a verse como fenómenos
que existen en el mundo, pero que realmente no son. Autores como Heidegger dirán que somos simplemente nuestra relación con el tiempo, y nada más. Pasan
a ver un mundo eterno, donde todo es desconfiable y donde además sufrimos
porque sabemos que estamos limitados por una muerte que no se sabe cuándo va a llegar. Sin
absolutos ni hay guías ni reglas, y esto supone un gran cambio en la sociedad y
en el panorama literario. Todo ha perdido el sentido, solo hay caos en el mundo. El idealismo acaba de caer
con la religión, que han perdido toda la credibilidad. Es el momento de sospechar de todo, de
hacerse preguntas y
de darnos cuenta de que en realidad no somos nada porque al ser fenómenos nada
de lo material que hay a nuestro alrededor sirve.
Wittgenstein
va a decir que para acabar con todas estas dudas tenemos que fiarnos del lenguaje, pero luego se
da cuenta de que éste es más complicado de lo que parece y que presenta
demasiadas contradicciones como para ser creíble. Entonces cambiará de opinión
y se dará cuenta de que en realidad lo que habían estado haciendo los filósofos
era hablar de lo mismo todo el rato, pero no se entendían. Por eso hay que
crear un lenguaje único
y perfecto para que todos podamos entendernos entre si y avanzar hacia el cambio. Va a tener gran
influencia de Sartre e inspirará a Derridá y sus teorías deconstruccionistas.
Sobre sistemas también va a
hablar Habermas.
Dice, que al haber estado rodeados siempre de sistemas sospechosos hemos vivido engañados. Pero ahora con
la ventaja de que el ser humano es independiente nos hemos dado cuenta, así que
ha surgido el diálogo
entre sistemas. Hemos avanzado hasta encontrar nuestra posición en el mundo, y
ahora toca moverse de nuevo.
Cuando antes hemos dicho que las
ideas de Wittgenstein influirían en Derridá, no hemos tenido en cuenta que con ideas similares y
mucho antes se encontraba Proust.
Lo que dice el alemán es que el tiempo es pura deconstrucción y que lo único que busca es empezar
de cero. Lo que hace entonces es crear tiempo en la novela, para retirarse a ella y gozar del placer que le produce a
la vez que crea nuevos conceptos.
De aquí es de donde va a sacar Derridá la deconstrucción
(cualquier afirmación u
objeto lingüístico es deconstruible. Todo puede ser transformado por su contrario).
Podemos observar que Proust lo lleva todo más orientado hacia la idea del tiempo, y Derridá lo aplica a la obra.
La idea judeo-cristiana del tiempo va a ser muy
diferente a la que había en Grecia. La idea del mundo clásico era circular y se
movía en cadena. Cuando una acción mala se realizaba, esta desencadenaba una
hilera de nuevos males de los que no te salvabas nunca porque siempre estabas dando vueltas en
el mismo círculo. Sin embargo, ahora se dice que el ser humano es malo por
naturaleza y que debe pasar la vida purgándose hasta llegar al cielo, donde
tendrá lugar un juicio final que determinará su destino.
Nos vamos dando cuenta de que
este movimiento está plenamente determinado por la etapa histórica en la que se
desarrolla. En esta época los nacionalismos estaban tremendamente vigentes y el historicismo
comenzaba a hacer mella en los pueblos, que habían pasado de entender el
nacionalismo de forma incluyente, como una forma de superación de unos sobre otros. Ahora es
cuando se empieza a calentar el panorama histórico y se van abriendo y librando
las primeras guerras, se vive por primera vez una situación devastadora en todo
el mundo, lo que hace que la sociedad
sea pesimista y
desconfiada. Todo ello lleva a la caída del idealismo y a la perdición. Para ellos
el ser humano simplemente va a ser
un ser en el tiempo que debe vivir el momento que le ha tocado vivir. En
cambio, autores como Sloterdijk,
Boudrillard o Debord, partiendo de las ideas de Heidegger, estarán de
acuerdo en que hay que conseguir empezar de cero. La idea del “aquí y ahora” va a ser su principal guía y creen
que su misión será la de salvar
la literatura. Si Hitler ha sido
el mayor de los idealistas, ¿qué nos espera?, ¿hay salvación para la
literatura? Están muy inseguros. Debemos estar en continuo estado de alerta mental para ver
las debilidades del mundo que nos rodea y poder atacarlas para así destruir
todo el sistema y poder reconstruirlo de nuevo. Por supuesto, habrá autores
menos radicales, como Vattimo,
que a partir de las teorías deconstruccionistas de Derridá o de Proust, va a
decir, que sí, que el mundo necesita un cambio pero que tampoco podemos dudar de todo ni evitar los absolutos.
Solo tenemos que aprender
a vivir y a transformarnos con nuestra nueva libertad.
Muchos de ellos van a ver la
vida como una imagen,
un simulacro.
Quieren romper con este teatro en el que han estado viviendo, desmantelar todas
las mentiras que los han rodeado para poder renacer. Alguno dirá que la bomba
atómica es la única capaz de hacer esto, que es la perfección en su máximo auge
porque es la única que con su efecto es capaz de crear el cambio inevitable.
Para la construcción de la obra también surgirán nuevas ideas. Por ejemplo,
Joyce buscará el
aspecto más lineal de la misma, donde su estructura será plenamente lineal y no habrá nada
que esté ni por encima ni por debajo de otros elementos. La obra es muy importante
porque va a ser la testigo del cambio. Secundando estas ideas aparece Kafka, un autor igual de
lineal pero mucho más angustiado. Con él nos llegan las sensaciones de incomprensión, pérdida de la posición en el
mundo y el antihéroe.
Los personajes van a vivir en un mundo ordenado donde se sienten perdidos y
donde tratan de encontrar su propio yo. En cambio, se dan cuenta de que el yo es más complejo de lo
que parece y que depende solamente de uno mismo.
Respecto a la sociedad del momento, vamos
a ver que además de ser pesimista y estar perdida va a atacar directamente
contra los sistemas democráticos que la componían. Para muchos, como Zizek, el problema ha
sido el ataque tan brutal que ha sufrido la cultura. La sociedad democrática y el capitalismo
han hecho que la sociedad no respete la cultura, como dirá Umberto Eco, hace que
todos tengan derecho a opinar cuando sus opiniones muchas veces son
irrelevantes. Ahora el mundo está dividido en apocalípticos, que creen que la cultura está
definitivamente perdida y que solo queda sentarse a mirar como terminan de
destruirla los integrados,
que son aquellos que no respetan la cultura pero aun así tienen acceso a ella.
Estos últimos creen que el arte cultural es solo para burgueses elitistas que
se refugian en ella porque no consiguen encontrar la felicidad.
-
Kitsch: los apocalípticos toman textos que han tenido éxito en la
élite, y los dejan como iconos, provocando
modelos o modas sociales, que la gente sigue sin apreciar su belleza.
Como otro hecho relevante está el auge científico del
momento. Ahora que no hay nada absoluto hay que buscar la verdad de las cosas y
esto solo puede hacerlo la ciencia porque nunca falla cuando da respuestas. Las
ciencias nos ayudan a comprender
el mundo y a explicar todos los porqués que hay en él. Estamos en el
momento de desconfiar y de dudar (Lyotard), pero debemos guiarnos de la ciencia para que nos ayude
a evitar los absolutos
engañosos que han estado rigiendo nuestra vida.
IDEAS CLAVE
-
Búsqueda de lo fiable.
·
Veracidad de la ciencia.
·
Fenómeno.
§ Método científico.
§ Trascendental.
-
Caída de absolutos.
·
Marx.
·
Nietzsche.
-
Mundo.
·
Mutación y cambio.
·
Carpe Diem.
·
Libertad.
§ Perdición.
§ Caos.
§ Duda.
-
Tiempo.
·
Muerte.
·
Límites temporales.
·
Deconstrucción.
-
Sistemas.
·
Conflicto.
·
Diálogo.
·
Empezar de cero.
-
Lenguaje común.
·
Fiable.
-
Nacionalismo excluyente.
-
Construcción de la obra.
·
Lineal.
·
Personajes perdidos que se buscan a si mismos en el mundo desordenado.
-
Sociedad.
·
Apocalípticos e integrados.
§ Kitsch.
5. El
Formalismo ruso
En
Rusia, y en Europa en general, se estaba desarrollando un periodo de cambio
tanto social como cultural. Este movimiento va a fraguarse de Escuelas como la
de Moscú o la del OPOJAZ, que surge en oposición a la primera. Por su parte, el
Círculo Lingüístico de
Moscú va a estar muy influenciado por Saussure y su teoría del
significante y el significado, que la tomará Jacobson para muchos de sus
estudios. En cambio, la OPOJAZ,
aunque también va a estar influenciada por Saussure, va a estudiar la
literatura desde un punto de vista más lingüístico, hablando de las
particularidades del verso ruso.
La poesía rusa va a ser tremendamente simbolista, de aquí que Lenin se aproveche
totalmente de la literatura y vaya abriendo paso a la revolución rusa a través
de la ella, ya que era partidario de que la lucha de clases se representase de
la misma forma en los libros, tan real y tan veraz, como lo hacían con la
naturaleza. Será Stalin
quien tome el relevo de estas ideas pero de forma mucho más radical, diciendo
que de lo único que debe hablar el texto es de la lucha del proletariado y del
fin de la burguesía y su capitalismo. El pueblo debe luchar y esa lucha debe
estar reflejada en la literatura, y es más, esta debe incitar al pueblo a
seguir la revolución comunista. Por este motivo, los formalistas, al preocuparse solo de la forma y
de la estética del texto, van a ser tremendamente criticados y tachados
de burgueses, por lo que tendrán que exiliarse. De ahí, que se vayan a Praga,
donde formarán el Círculo
de Praga, que integraba autores como Jacobson, Kristeva o Todorov, que
viéndose exiliados e influenciados por la fuerza de los ismos y las
vanguardias, van a dedicarse a estudiar el verso checo, al igual que lo habían estado haciendo con el ruso.
Lo que
más va a renovarse y donde más va a notarse el cambio, va a ser en la poesía y en la narrativa, ya que ambas van a ser el objeto de estudio de los
formalistas. Para ellos lo único que va a importar es la escritura. La relación
entre el poema y el autor se hace mucho más íntima, es decir, se busca saber qué es lo que ha provocado al
autor a estructurar la obra como lo ha hecho, y que quiere transmitir al lector
de esa manera. Además de poetas y escritores, también van a ser
lectores, se van a interesar por las obras y van a absorber su esencia, porque
también les interesa mejorar las suyas propias. Otro de sus principales
objetivos va a ser el conseguir estudiar la obra de manera científica. Quieren que la obra sea
pura acción, que las palabras sean estudiadas una a una porque todas tienen una
intención que debe ser destapada. La belleza
real del texto está en su forma, que es lo que se encuentra por encima del
concepto (esto es muy contrario a la Edad Media). Así, estos autores exiliados,
como Sklovski, que poco a poco irán abriendo las puertas del
estructuralismo, van a centrarse en la creación científica de la obra literaria.
LA
FORMA: La forma
está por encima del concepto, y sin lugar a dudas al contrario que lo
que ocurría en la Edad Media, va a ser el principal objeto de estudio junto con
las intenciones del autor. Antes lo que importaba era el concepto, pero
ahora va a ser el texto en sí y la forma que tiene. Sin embargo, este concepto
es más complejo que eso: vamos a tener dentro del mismo una forma interior y
una forma exterior. La forma exterior
es la que está formada por los elementos sonoros, es decir, los fonemas que componen el texto,
y en la interior, vamos a encontrar
todos estos sonidos realizados y ordenados en formas de conceptos que darán estructura al texto. Solo el concepto es algo banal, sencillo y
demasiado breve. Sin embargo, la forma es
la belleza, es lo que le da fuerza al texto, lo que crea el concepto y lo que
le da vida, por eso para su estudio debemos partir siempre de la misma. La
forma, aunque sea más importante, va a estar ligada al concepto, y mediante la
creación de conceptos diferentes van a formar la estructura final del texto.
-
ZAUM:
la forma interior recibe el nombre
de “zaum”, y viene por el
entendimiento de la forma exterior. Es decir, cuando hemos entendido la
parte superficial del texto ya podemos pasar a estudiar la forma interior. Esta
es transracional, está por encima de la razón y viene dada por la combinación de ambas formas.
·
Literalidad: es la búsqueda de definir qué es la literatura y qué es lo literario,
y dejar claras las diferencias entre ambos conceptos, para poder reducirlo todo
a un mismo objeto
que pueda ser estudiado de manera científica. No hay que olvidar que el estudio
de la estética va a ser lo principal, lo más importante. La obra debe
mostrarnos los conocimientos como si fuese la primera vez que entramos
en contacto con ellos. Sin embargo, no debemos pensar que por que sea un arte
científico, como ellos lo entienden, no pueda haber sitio para el disfrute de la obra.
-
SHIZET:
es el final de la obra, lo que se
denomina: la dominación y
el devenir del concepto. Cuando un autor crea una obra va a usando una dominante, que es como una ley propia
que le ayuda a formar la estructura del texto, y a partir de ella, se van
creando los conceptos. En el arte es necesaria la mutación, el constante cambio. No hay nada claro
hasta el final de la obra,
que es cuando podemos entender
todo. En el discurso siempre hay cambios, es pura acción y está en constante
movimiento. Podríamos decir que el shinzet es como la herramienta de producción de este texto, el
código que
necesitamos para entender la obra. A veces, el lector dice que cuando no
entiende una obra es porque es mala, pero esto ocurre porque falta precisamente
esta dominante que nos ayude a comprenderla, porque sin ella nada tiene
sentido.
Uno de
los conceptos más importantes que van a destacar a este movimiento va a ser la desautomatización (romper con los automatismos de
la obra y crearla en movimiento). Ya habíamos visto como en el
Romanticismo los autores querían renovar lo que había creado la Antigua Roma,
ese gran Imperio que funcionaba de forma circular y que había sido totalmente
destruido. Sin embargo, aquí ya nada es circular ni estamos dominados por los
absolutos, es decir, al contrario, lo que debemos hacer es romper con el pasado y sus
influencias. Hay que acabar
con lo familiar porque nos roba el futuro, y muchas veces también
nuestro pasado. El texto debe hacer que nos sintamos extraños, que surja la duda en el lector y se
pregunte qué quiere decir el texto, por qué lo dice y cómo lo dice. Tiene que
hacernos ver el mundo por
primera vez, darnos otra visión que rompa totalmente con lo anterior. El
autor es el que debe hacer esto, y
el lector debe ser lo
suficientemente intelectual (genio) como para entenderlo. Esto va a
suponer un gran cambio en
el lenguaje y las normas del texto, que van a seguir la línea de la originalidad
y la innovación.
-
SKAZ:
de la idea de la desfamilirización,
tanto en la obra como en la idea del mundo, va a aparecer la creación literaria a partir de
las obras anteriores. La creatividad,
como decía Sklovski, es algo que se va a ver premiado. Pero para ser original
hace falta algo más que el talento y el estudio. Para llegar a conseguir ser un
autor creativo hay que ser individuales,
entenderse a sí mismo y su posición histórica y en el mundo, y después
plasmarlo en la obra. Esto, en efecto, no puede hacerse libremente, para
innovar también hay que seguir unas normas, las normas libres del juego creadas por el autor.
Sabemos que toda época tiene sus dominantes y sus tabúes perdidos, pero hay que
romper con ello, mirar hacia adelante y dejar de ser autómatas. Por este mismo
motivo la crítica no debe preguntar:
¿qué es lo que me cuenta el texto?,
sino ¿cómo me lo está contando?
Para
crear la forma del texto van a
ignorar el mundo, sus conceptos y todas sus distracciones, para poder centrarse
solamente en la estética y
su estudio. Van a ser criticados porque atacan contra lo universal, y
por tanto contra toda la ciencia que poco a poco estaba avanzando, casi como
una enemiga de la literatura. Para ellos no hay nada universal porque todo se va
desautomatizando, siempre hay nuevas preguntas, y para contestarlas siempre hay
que romper con lo familiar. Aunque al final no buscan las respuestas a ello,
sino solo la belleza
estética. La literatura
puede estudiarse como
ciencia, y es uno de los objetivos que tienen presentes en todo momento
y que pretenden demostrar.
Por lo tanto, ya sabemos que la obra tiene una forma interior y
exterior, que se guía por una regla dominante, y que busca crear la estructura
del texto a partir de desautomatizaciones que rompan con todo lo anterior y que
a su vez vaya creando conceptos. La obra, además debe transmitirnos emoción, el ansia, y el placer de crear. Eso es el arte vivo, el que provoca sensaciones
en cada página, no como el arte muerto,
ese arte inerte incapaz de provocar sensación alguna. El lector es un extraño ante el texto, porque siempre es difícil
enfrentarse a un discurso estético formado por el devenir de desautomatizaciones.
La historia
de la literatura es uno de los mejores ejemplos de desautomatización. Hemos visto como en ella los
movimientos se pisan unos a otros combaten entre ellos. Es salir una idea nueva
y al poco tiempo siempre va a salir otra contraria. Por lo tanto, el mundo
también se guía por esta norma. El autor
tiene que romper con el pasado y crear
un nuevo camino, pero eso no significa que no deba admirar a los antiguos. Todo
lo contrario, cuando crea tiene el derecho de mirar atrás y admirar lo que
hicieron con nostalgia. La crítica
literaria debe resucitar la obra, esto quiere decir que debemos tomar las
obras antiguas y volver a disfrutar con el gusto y el placer que provocaron en su día,
haciendo que aparezca de nuevo la búsqueda de lo sublime: ¿qué
es lo que hace que un texto nos produzca placer?,
¿es la técnica del autor o el gusto del
lector? Con ello también aparece el impulso del juego, la adrenalina de crear y de querer llegar a este
punto infinito. El juego es totalmente libre y es el autor el que crea las
normas. Lo único que tiene sentido para él, es el juego de la creación. Para ellos el pasado no existe porque no
produce desautomatización. El autor que piensa y actúa de esta forma es
inquieto y está angustiado, le agobia la sociedad en la que vive y la poca
claridad que hay en ella. Es una sociedad desordenada, y eso no les gusta,
tiene que cambiarlo y demostrar que hay que romper con su atomatización.
Todas
las ideas que ha ido creando el formalismo van a ser las precursoras del
siguiente movimiento, perteneciente a los siglos XIX y XX e igual de influente
y estético, este movimiento será: la
Estilística.
IDEAS CLAVE
-
Círculo de Moscú, OPOJAZ y Círculo de Praga.
-
Poesía y narrativa.
-
Estructura y forma del texto: ¿dónde
reside la belleza del texto?
-
Forma:
·
ZAUM.
§ Forma interior.
§ Literalidad.
·
SHINZET.
§ Final de la obra.
§ Dominante.
§ Desautomatización.
·
SKAZ.
§ Desfamiliarización.
§ Creatividad.
-
Estudio científico del texto.
-
Autor (genio) y lector (gusto).
-
Crítica: ¿cómo me lo cuenta?
·
Gusto.
·
Placer.
·
Sublimidad.
·
Impulso del juego.
-
Arte vivo y arte muerto.
-
Historia de la literatura.
6. La Estilística:
Para
estudiar el estructuralismo y la estilística debemos partir de la gran
influencia que tuvo el movimiento formalista, tanto en Rusia como en toda
Europa. Estos autores que veían la obra como un objeto de estudio científico,
fueron los que introdujeron la preocupación por la forma y la estética del
texto, mucho más por encima del concepto que querían transmitir. Recordemos que
la pregunta que se hacían constantemente era: ¿qué es lo que el autor me quiere decir, ¿cómo me lo
quiere decir? Una idea plenamente estructuralista, que comenzaba a
abrirse paso tanto en estos países, como en Praga o en Francia. Por otro lado
se encontraban autores como Genette
o Bartes, que aun
siendo pertenecientes a la corriente francesa estructuralista, van a
preocuparse más por la estructura novelística que poética. Este movimiento se
conocerá como la Nouvelle
Critique, pero eso es algo que ocurre más adelante y que no puede
entenderse sin los conceptos estructuralistas.
Para
estudiar la estructura de un texto
primero tendremos que analizar los elementos que lo componen, y con elementos
no nos referimos a los conceptos, sino a otro tipo de formas: como el lenguaje. Las palabras,
que son el alma del texto (Bally)
son las que crean su estructura, y esta debe ser bella. No puede haber un texto que no sea comprensible y que no
tenga unas relaciones bien
estructuradas en su forma, o que no guarde relación entre sus ideas; un texto debe estar bien cohesionado y tener coherencia, sino no hay belleza en él
y eso es impermisible. Algunos van a analizar los textos desde el punto de
vista afectivo. Para ellos el texto siempre muestra alguna parte de la
autor, y eso es lo que genera su expresión, que es lo que van a querer
descubrir. Sin embargo, esto nos plantea un problema al intentar establecer una
verdad absoluta en un
texto. No podemos analizar todos los textos de esta manera, como dice Dámaso Alonso, porque aunque hagamos
uso de la rama afectiva para interpretar el texto, solo podemos crear conceptos
aproximados de lo que sentía el autor, dado que no podemos ir a preguntarle
qué es lo que quería expresar y cómo se sentía cuando escribió ese texto. En
contraposición está Bally,
que va a seguir obcecado en buscar la belleza y en comprender la obra a partir
de la psicología del autor.
Desentrañar la estructura de la obra es un proceso complicado, y
como decíamos antes hay que tener en cuenta diversos factores. Saussure había hecho
mella con su teoría del
signo lingüístico, con el significante y el significado. Lo primero que
hay que hacer es buscar las palabras
clave del texto, establecer sus significantes y la forma de su
significado (sin dejar de lado la sintaxis), y después, situarlo todo en un contexto rodeado de todas
las figuras retóricas
que tienen influencia sobre el texto. Así, podremos hacer desaparecer la
ambigüedad que tanto complica el análisis. Como ambigüedad,
entendemos la diferencia que hay entre lo literal y lo literario del texto
(formalistas); es decir, hay que buscar los elementos que tienen una intención no real, literaria, que no son de
la experiencia del autor,
y lo que sí es literal,
lo que parte de la experiencia del mismo.
Cuando ya hayamos cumplido esta parte del proceso podemos tomar las estructuras de las obras de otros autores y
usarlas como ejemplo del discurso
literario. Cada uno de estos discursos es único, y tiene estructuras
peculiares que hacen que las obras se diferencien unas de otras, y que por lo
tanto, no puedan estudiarse de la misma manera.
Las
obras provocan goce estético, y eso
es algo que ha querido hacer el autor. Bien, pues se van a preguntar por qué, qué es lo que éste
está pensando en el momento de escribir el texto para llevarle a la búsqueda de
una sensación para
provocársela al lector. Todo parte del gusto que nos provoque una obra, y para ello, un
texto debe ser sublime. Para ellos la sublimidad es un texto bien estructurado. En
cambio, no todas las obras
pueden leerse igual, cada poeta y cada obra tienen su psicología, sus
cosas, y no podemos meterlos todos en un mismo grupo porque estaríamos tachando
muchas de las cualidades.
El análisis debe
ser individual para cada obra, y antes de elaborarlo o hacer una crítica, hay
que estudiarla exhaustivamente.
Estudiando
este movimiento desde un punto de vista menos global, empezaremos con el idealismo alemán, desarrollado
principalmente por F.
Schleiermacher. Este romántico e idealista va a buscar la interpretación
de los textos a partir de la intención
del autor, haciendo un estudio exhaustivo que parta de los métodos de la
hermenéutica tradicional
y sus reglas. Tenemos que acercarnos lo más posible al pensamiento y a la
intención del autor para entender el texto. Esto será lo que más tarde dé pie a
la estilística alemana. Esta va a
decir, al igual que el movimiento estilístico en general, que cada género al igual que cada obra, necesitan un modelo
de análisis distinto.
La idea de literalidad también va a influir en este
pensamiento, pero en vez del estudio de la forma de manera científica como
hacían los formalistas, lo que va a hacer es analizar siguiendo el mismo método,
los elementos y el lenguaje que hay en el texto,
para poder diferenciar entre su sentido literal y su sentido literario. La representación de estos elementos y su posición en el texto va a ser
algo determinante en su comportamiento y comprensión.
De la estilística alemana pasamos a la española, que también va a estar muy
influenciada por el movimiento que se estaba desarrollando en Francia. Al igual que la mayor parte de
los teóricos de esta época se van a preguntar cuál es la intención del autor y
en qué es lo que le ha llevado a la voluntad de crear.
Antes ya he nombrado a Dámaso
Alonso, pero indagando más en sus ideas, podemos comprender un poco más
en qué consistía este movimiento. Bien, lo que va a decir el escritor español
va a ser que el texto
tiene una parte sencilla y otra que es más compleja: la parte sencilla es aquella que se
corresponde con el entendimiento del significante y el significado del texto, y
la parte complicada
es aquella en la que tenemos que encontrar el origen de este texto. Aquí es donde entra la intuición y cuando
tenemos que intentar colarnos en el pensamiento del autor a partir del método afectivo.
La estilística americana va a complicarse
mucho menos que los tres movimientos anteriores, y aunque le interesa la
psicología del autor, estudiará de una forma más sencilla y práctica. Para
comprenderlo, cabe conocer las ideas de sus autores más célebres: Richards,
Winters y Ts. Elliot.
-
Richards:
este autor va a establecer un método claro y conciso sobre cómo debe realizarse
la crítica literaria.
Para ello lo único que tenemos que hacer es un estudio semántico del texto. Está claro que son
las palabras las que forman el contexto a partir de su significado, por eso no podemos entender la obra a
partir de la significación individual de los términos, sino según la
posición que estos tienen en el texto.
-
Winters:
va a romper con el historicismo y va a abogar por el estudio del texto a partir
de su crítica genética.
El texto es consecuencia de la evolución, del paso del tiempo. Yo leo una obra
hoy, pero mañana no la leeré de la misma manera. Todo está desarrollado a
partir del movimiento del sistema, por eso no podemos entender el texto solo
por la situación que tiene actualmente, sino por la evolución que ha tenido a
lo largo de la historia. Su idea consiste, básicamente, en hacer un análisis del texto a
partir de los conocimientos sincrónicos y diacrónicos que tenemos sobre él.
-
Ts. Elliot
va a proponer el método más flexible de todos. Para él la clave del éxito de la
obra está en el autor.
Es decir, cuanto más literario sea el contenido de la obra y menos influencia
externa o bibliográfica del autor tenga en ella, más probabilidades hay de que
sea más pura y original.
La estilística francesa va a desarrollarse en dos escuelas
importantísimas, y estas son: la Escuela de Tartu y la Escuela de Burdeos, junto con personajes como Lotman y Borideu.
-
Lotman:
para Lotman el texto debe estudiarse desde dos puntos de vista claves: sus
niveles y la semiosfera. Cuando hablamos de niveles del texto
nos referimos a su estructura morfológica, fónica y sintáctica, que son las que
influyen en las palabras, las que crean el concepto que después se integra en
una forma que determina al propio texto, y viceversa. Todo el contenido del texto influirá en la forma,
de la misma manera en que ésta ejercerá poder sobre el texto. Por otro
lado, está la semiosfera, que podría decirse que es
como el ecosistema en el que se desarrolla el texto. Los autores tienen una
posición en la historia y escriben en momentos dados de su vida influenciados
por los hechos que se suceden en esta sociedad. Por eso, un texto no es simplemente el
significado de sus palabras, sino también la época en la que se escribe. Debemos entender la
influencia del cine, el teatro o la pintura, entre otras, de esa época, para
poder entender el verdadero contenido del texto. De esta idea combinada con el marxismo y sus textos, surgirá la sociocrítica, o elaboración de los
textos en relación con la sociedad en la que se produce. Recordemos que de una
forma parecida entendieron Lenin y Stalin la interpretación de los textos
literarios.
Lotman (semiosfera): semiología rusa. Estudia la estructura del texto artístico. Todo en la
vida no es más que un sistema de signos. Cada persona se lee a sí mismo como un
sistema de signos y lee a otra persona como otro sistema en signos. Nosotros
somos un sistema de signos parecidos que observamos el mundo a partir de
semiosferas, es decir, otros sistemas de signos. Cada uno tiene sus signos
diferentes. Mirarnos a nosotros mismos respecto a lo que es el mundo. El
problema es qué semiosfera se está contemplando y en qué momento: de cualquier
semiosfera solo vemos el nombre, la frontera, todos los signos y hechos que
ocurren dentro de la semiosfera. Las semiosferas chocan entre sí y esto da
lugar a nuevas interpretaciones, es decir, el choque de fronteras hace que
cambie el interior de la semiosfera, para que más adelante la semiosfera vuelva
a cambiar. Todo es susceptible y analizable desde conceptos de semiosferas. Es
muy diferente de la deconstrucción, este va a decir que un texto literario es
una semiosfera.
-
Bordieu
plantea una idea mucho menos compleja, y es simplemente, la de tratar de comprender el texto en relación
con la literatura. Hay que buscar el contenido del objeto, y hacer un estudio sin pasar
por alto la influencia
artística o social.
De Francia viajamos a Rusia, y allí nos encontramos con Van Deijk, uno de los lingüistas más
influyentes de la historia, ya que fue el primero en desarrollar la idea de cómo debía estructurarse el
texto, más allá, de los métodos que tenían sus antecesores o las
corrientes que se desarrollaban en ese mismo momento. En definitiva, un texto
va a estar formado por varias partes:
-
Macroestructura: son el conjunto de oraciones
simples que forman el texto.
-
Microestructura: es la encargada de formar los sentidos
parciales del texto.
-
Estructura: suma la microestructura y la
macroestructura y tendrás el contenido final del texto.
-
Supraestructura: son los rasgos que determinan
las clases del texto en función de su categoría genética, es decir, a
partir de lo inconsciente.
El Grupo de Lieja, también ruso, va a compartir las ideas de este
lingüista, y también abogan por la organización de las figuras literarias (tropos) en niveles, para después analizarlos con ayuda de la
retórica, siempre
vigente en el discurso.
La desautomatización va a seguir pisando fuerte en el desarrollo de la
estilística, pero ahora su punto de vista ha sufrido un cambio. Antes consistía
en romper con la automaticidad del texto, pero ahora además, quiere
provocar giros inesperados
en la obra que tengan al lector
en constante tensión para así asegurarse su atención. Esto también se conoce como la política del desvío, distracciones provocadas por el autor. Tanto la estructura como estos
desvíos forman parte de la experiencia
del autor. Algunas veces crea los desvíos de forma intencionada, pero cuando no
es así, el autor nos abre las puertas de su mente, de sus miedos y obsesiones, que también
influyen en la obra. Cuando estudiamos desde esta perspectiva, buscamos
entender la personalidad del autor, lo que sería su personalidad
poética. Es importante aplicar el formalismo al comportamiento del autor para entender
la obra.
Respecto a la idea del género literario no va a haber nada
claro. Autores como Kaiser
dicen que no hay método de estudiar la estilística. Simplemente sabemos que hay
tres bloques genéricos,
que son el épico, el lírico y narrativo, que tenemos una situación histórica que
influye en el texto y que para entenderlo debemos realizar un análisis formal. Sin
embargo, hay un grupo de anónimos
y aislados, que no tienen género y que tampoco pueden enseñarse. Por lo
tanto, el género solo
puede agrupar textos similares. Kaiser dirá que aprehender el estilo de una obra significa
aprehender las fuerzas que dan forma a su mundo, y así llegar a conocer la
estructura informe e individual.
IDEAS CLAVE
-
¿Qué es lo que el autor me
quiere decir?, ¿cómo me lo quiere decir?
-
Estudio de la estructura del texto como objeto científico.
·
Análisis a partir de los elementos de la obra: las palabras, la
coherencia y la cohesión.
·
Análisis afectivo.
·
Belleza.
·
Ambigüedad.
-
Goce estético y sublimidad.
-
Estilística alemana:
·
Idealismo.
·
Literalidad.
·
Elementos del texto.
-
Estilística española:
·
Voluntad de crear.
·
Partes del texto.
·
Intuición y método afectivo.
-
Estilística americana:
·
Richards.
·
Winters.
·
TS. Elliot.
-
Estilísitica francesa:
·
Lotman.
§ Niveles del texto.
§ Semiosfera.
·
Sociocrítica.
·
Bordieu.
§ Comprender el texto en relación
con la literatura.
-
Estilística rusa:
·
Van Deijk.
§ Estructura del texto.
·
Grupo de Lieja.
§ Tropos.
·
Desautomatización.
§ Política del desvío.
§ Personalidad poética.
-
Género literario.
7. La Ficción:
Las teorías de la ficción son algo más
complejas de lo que parecen, ya que funcionan continuamente de una forma tan
paralela, que a veces nos cuesta diferenciar qué es lo real y qué es lo ficcional. Esto puede
costarnos a nosotros, y mucho más, cuando las ideas se reflejan en el texto.
Los textos ficcionales no tienen por qué buscar estrictamente la realidad, y de hecho no
va a ser lo que van a buscar, sino que van a querer entenderla. La realidad
está fuera de nosotros, no tiene sentido. Somos nosotros los que construimos la
realidad y los mundos ficcionales.
Van a partir de la idea de que no hay planteamientos filosóficos para las
cuestiones, lo único que hay es una entelequia,
formada de la unión
intelectual entre varios niveles de ficción, a la que podemos dirigirnos como
realidad. Pero mucho cuidado, no hay que entender la ficción como
realidad porque si lo hacemos, además de estar equivocados, estamos perdidos.
El objetivo va a ser, estudiar la realidad a partir de la ficción, ¿pero
cómo?, muy sencillo: vamos a tomar
la ficción y la vamos a entender como realidad. Es como querer entender
algo sin decir lo que se quiere entender, como jugar con sinónimos y
paralelismos. Lo que no debemos olvidar nunca es que lo ficcional, por próximo a la realidad que
sea, no existe.
Para evitar perdernos y confundirnos
con estas teorías tenemos a Dolezel
y a Leinitz, y su Teoría de los mundos posibles. Los
mundos posibles son aquellos mundos
que podrían haberse dado, que no se equivocan, que son. Son necesarios, porque son
alternativos a la realidad y los necesitamos para comprenderla. Estos mundos se
guían por una serie de reglas
que debemos cumplir, son como las reglas del objeto que tenían los modernos,
son necesarias para hacer funcionar la coexistencia entre los dos mundos. Partimos de la
idea clara de que tenemos un mundo
natural, nuestra base, de la que parte el mundo ficcional, el mundo alternativo al que
huimos. Hay que tener cuidado con la ficción porque te atrapa, es como un imán
que además te hipnotiza y te envuelve, haciendo que confundas entre la realidad
y la ficción. Consigue perderte. Tenemos que tener muy clara la diferencia de
los dos mundos y nuestra posición
en cada uno de ellos, ya que no debemos olvidar que el beneficio de huir al
mundo de ficción, viene dado por nuestra existencia en la realidad natural.
Pero, la pregunta va a ser: ¿cómo
podemos crear textos partiendo de estas ideas?, y es más, ¿qué fin tiene el autor? La clave está entre la
estrecha relación entre los mundos posibles y la forma que tienen de
interactuar con la realidad. Para no perdernos, y ahora centrándonos en la idea
del texto, además de las reglas vamos a necesitar una serie de referentes
textuales que nos vayan recordando de vez en cuando nuestra situación con respecto
al texto. Estas referencias son las
que funcionan como pasaporte
de ida y venida entre los mundos, y las podemos encontrar en la forma
externa y en la interna. En el ámbito externo
están todas las ideas referentes a nuestra realidad natural, a lo que de verdad existe, y las
ideas internas nos aclaran lo que va diciendo el texto.
La diferencia es que las ideas externas funcionan de forma diacrónica,
es decir, que tienen un avance continuo en el texto, mientras que las internas
funcionan de manera sincrónica, en puntos concretos del texto. Esto es
lo que se conoce como el marco de
referencia del texto.
Partiendo del marco de
referencia interno se han intentado establecer juicios de valor sobre el análisis del texto, pero esto es un
error, porque solo hay dos formas posibles de analizarlo: primero hay que
entender las reglas
que emplea el texto y guiarnos por ellas, y después, cuando tenemos el control
tenemos que hacer chocar las ideas
de los dos mundos. Me interesa el comportamiento de las cosas ficcionales porque no ocurren en el
mundo real. A veces parece que la
realidad no funciona como yo quiero, parece que no quiere cambiar, pero esto no
es así ya que poseemos una entelequia
que provoca cambios en nuestro punto de vista pero no en la realidad. Además de todo esto,
podemos hacer uso de procesos de
semantización, que permiten al lector aferrarse a elementos que le
ayuden a entrar en el campo de referencia interno de un texto. Para ello
será necesaria la competencia lectora,
esto es, el conocimiento
del marco referencial externo que yo tengo y que por lo tanto, me transportará
al marco de referencia interno.
Al margen de la literatura
ficcional están la literatura fantástica, la literatura maravillosa y la
ciencia ficción, con sus diferencias y similitudes entre ellas.
-
Literatura fantástica: lo que hace es mostrar mundos
posibles pero rompiendo
totalmente con la realidad.
Esta ruptura no nos deja tranquilos y provoca un trauma en el autor, que va a ver estas
explosiones literarias como situaciones imposibles que rompen todos los
esquemas y el lenguaje que compone su entorno.
-
Ciencia ficción: La ciencia ficción hace algo
parecido, pero siempre hay una explicación en ella. Consiste en desarrollar la literatura
de la misma manera que lo hace la fantástica, provocando un trauma en el
lector, pero sin atentar
contra las leyes de la naturaleza.
Tengamos en cuenta que cuando
estamos hablando de trauma, hablamos
con la ruptura de las leyes que rigen el universo, poniendo por encima lo sobrenatural e imposible.
-
Literatura maravillosa: va a romper con la naturaleza y se va a guiar
por la sobrenaturalidad, pero no va a provocar
traumas en el lector, como hacen la ciencia ficción y la fantasía. Lo
único que busca es la provocación
en el lector. El texto debe provocar sensaciones, miedo y emoción en el autor,
debe hacerle sentir la obra, hay que conseguir esa catarsis que te lleva directo a lo sublime, al
infinito y al placer de leer y crear.
IDEAS CLAVE
-
Diferenciar entre realidad y ficción.
-
Entelequia.
-
Teoría de los mundos posibles.
-
Texto:
·
Creación.
§ ¿Cuál es el fin del autor?
·
Marco de referencia.
§ Externo.
§ Interno.
-
Análisis del texto:
·
Reglas.
·
Ideas.
·
Proceso de semantización.
·
Competencia lectora.
-
Literatura fantástica:
·
Trauma.
§ Sobrenatural por encima de lo
convencional.
-
Ciencia ficción:
·
Trauma con explicación.
-
Literatura maravillosa:
·
Provocación.
·
Catarsis.
8. La Nueva Crítica y el Estructuralismo
La Nueva Crítica es un movimiento que surge
en Estados Unidos a principios del siglo XX, pero no forma un conjunto común,
no hay un conjunto de reglas. Al mismo tiempo en Estados Unidos, en muchas partes, aparecen artículos y
tendencias comunes, que comienzan a juntarse y a seguir una misma línea. Es
importante saber que estos no
conocían el formalismo ruso. El origen del estructuralismo es checo y ruso, aunque después se extiende.
No
importa la intención del autor, no hay que buscar lo que el
autor quiere decir porque a veces el autor no quiere decir nada. Esto teniendo
en cuenta que muchos de ellos son poetas, como TS. Elliot, que defienden la autoridad del texto
por encima de cualquier otra cosa.
-
Falacia a la intención: no hay que buscar la intención del autor.
-
Falacia a la interpretación: los textos no pueden interpretarse en
función de la persona, y tampoco hay lectores concretos para cada autor. Es el
autor quien busca la sensación de los lectores, y entre las opiniones comunes
de todos ellos, surge la interpretación final. Sin embargo, no podemos entender
esta interpretación como universal, ya que al ser subjetiva y partir de la
percepción, no es válida para la crítica o el análisis del texto. Todo depende de lo que el autor quiera
hacerte sentir. Hay que buscar una ciencia en la literatura, puesto que hay unos
objetivos reales que parten de un método, podría decirse, a lo que fue el
cartesiano. Deben buscar los mecanismos que ha
utilizado el autor para crear el texto, para así poder hacer una interpretación.
-
Falacia impresionista: la falacia de que el crítico debe explicar lo que dice la obra sin
ningún método, es evitar que el crítico hable de una obra sin haberla
estudiado y sin haber conocido su técnica, sus influencias, etc. Hay que
trabajar sobre el texto.
Todo el mundo tiene derecho a dar su opinión
y a preguntar, lo que ocurre es que no todas las opiniones valen lo mismo. La Nueva Crítica es la
mayor atacante a esta idea.
-
No importa la intención del
autor: falacia a la intención, interpretación e impresionista.
-
No todas las opiniones valen lo
mismo.
La influencia de la Nueva Crítica en Europa
y Estados Unidos, hace que todos sus
métodos se hagan propuestas. Al mismo tiempo surge un campo que estudia
las teorías de Saussure (semiótica,
signos, lenguaje). También en antropología comienza a estudiarse el desarrollo del hombre, con Levi Strauss entre otros, a partir del desarrollo
científico. Se empiezan a estudiar científicamente la sociología y la
psicología. Todo se
estudia como si fuesen un conjunto de sistemas relacionados entre sí, es decir,
una misma obra puedo estudiarla desde todos estos puntos de vista. Por lo tanto el texto se convierte en una compleja estructura en la que hay muchos factores que influyen al mismo tiempo.
La estructura del texto casi no se
puede dibujar porque es demasiado complicada y tiene muchas interpretaciones,
pero no es infinita, puesto que como dicen ellos: los textos solo dicen unas cosas determinadas y van en dirección a unos
lugares determinados.
-
Estudios científicos aplicados a
los textos.
-
Estructura del texto finita en
dirección y contenido, compleja, y formada por muchos factores.
-
Estudiar el texto desde el punto
de vista de los factores que lo forman.
Todos estos críticos, que son gente culta e
informada, hacen mezclar todos
los textos para que con todas sus posibilidades encuentren la estructura final
que lo compone. De esta forma fundaran un movimiento que se conocerá
como estructuralismo. El movimiento definitivo y el
más grande de la teoría de la literatura, el más criticado y el más influyente.
De hecho sigue en uso.
El estructuralismo consiste en poseer la facultad de encontrar todas las
facetas que componen un texto y así poder definir su estructura, por
mucho que sea un proceso complicadísimo. El estructuralismo permite decir que
ciertas interpretaciones están equivocadas, puesto que el texto
no las dice. El estructuralismo habla de la interpretación de la obra, no de la percepción que esta provoca en
el lector. Ahora, ¿las obras se leen de
manera prescriptiva o descriptiva? La respuesta es, que es totalmente descriptiva. No hay una
manera de leer una obra, solo dice que tú interpretas el texto, pero que eso no
es lo que el texto dice realmente, es una percepción. No se puede mentir sobre el texto o dar
opiniones subjetivas, que además podrían ser equivocadas. Propone leer los textos a partir de
lo que dicen y de todo lo que puede influir en lo que dicen. Los textos se leen de manera descriptiva, esto
quiere decir que cuando el lector lee un texto lo que saca de él, digamos como
conclusión, es solamente una percepción subjetiva. Esto quiere decir que no
podemos interpretar los textos en función de las percepciones del lector, sino
a partir de todo lo que dicen y de los factores que les afectan. Por lo tanto,
la interpretación del texto será objetiva, mientras que la lectura de la obra
será una percepción subjetiva. No desprecian el sentido de su época, sino
aquellos sentidos que no concuerdan con el texto. Esto es el rigor científico. Las teorías no
se hunden, se complementan: no es que la manera antigua de hacer las cosas sea equivocada, es que ha
surgido una nueva que permite otra mirada y que contiene más información. No es
la intención del autor lo que manda.
El movimiento se va a extender de los años 30 a los 80, y hoy en día también podemos notar su influencia en la
enseñanza.
Uno de los estructuralistas más importantes
es Umberto Eco, que
explica las bases de la literatura y
que tiene unas bases para su interpretación.
Solo se dedicará a la semiótica, o estructuralismo burdo. Su obra más importante es “Tratado de la semiótica general”.
Otro gran autor famoso es Roland Barthes, francés, que
también acabó en la semiótica y la deconstrucción. Y por supuesto, Genette, otro francés. El
grado cero de escritura es el grado de escritura
más pura, y a partir de ahí salen nuevos niveles, desarrollados por la
retórica, y demás influencias. La obra
debe tener una escritura pura, que haga que su estructura sea bella. Esto
quiere decir que debemos entender la escritura de la obra desde su grado cero,
desde el inicio, y una vez entendido esto, podemos hacer uso de la retórica,
las influencias que recaen en el texto, y otras herramientas, para terminar de
interpretarlo. Estudiará el cine, la fotografía, todos los ámbitos, y todos aplicados después a la teoría
de la literatura. El estructuralismo
es la función de disciplinas que en principio no tienen nada que ver, de mentes
totalmente especializadas. Es
la forma de ver el mundo en la que todo está relacionado con todo.
Hacia los años 70-80 va a surgir la idea de que el estructuralismo no vale, por
diferentes motivos y teorías que quieren hundirlo. Uno de los teóricos que atacó por completo el
estructuralismo fue John
Austin, un lingüista que se pregunta sobre el lado práctico del lenguaje. Los estructuralistas nos habían hablado
de la lengua y el lenguaje, lo que les había llevado a la competencia lectora (cuanto más competencia literaria tenga, mejor podré sacar
interpretaciones válidas de la obra, y mejor podré disfrutarla). Él dice
que estudiamos demasiado la lengua y poco el habla, que es lo que realmente influye en la vida. Se da cuenta de
que hay formas de hablar que se escapan de la estructura del lenguaje. Hay palabras que no solo informan
sobre la realidad, sino que construyen una realidad diferente. Las
palabras crean legitimidades y autoridades que siempre andan creando. Esto lo
cuenta en su libro: Cómo hacer cosas con
palabras. El acto del habla puede cambiar
la realidad. Estos actos del habla tienen tres fases:
-
Locutivo: el hecho del acto. Puede
analizarse como el acto.
Implica lo que el acto hace.
-
Ilocutivo: creación, ¿qué se crea? es
la consecuencia del acto
(sus conclusiones, sus ideas). Crea consecuencias en el acto del habla.
-
Perlocutivo: fenómeno del hecho sonoro.
Todo es un acto del habla, todo cambia el
mundo, todo tiene una consecuencia locutiva y perlocutiva. La literatura es un acto de habla
fingido. Hay muchos autores que además consideran que es el más complejo, por eso lo que más me
interesa es lo que el acto
crea y como es percibido
después de haber sido creado. El estructuralismo
se equivoca cuando dice que hay
un sentido irrefutable en los textos, y que eso no varía con las épocas. Lo que se construye y
lo que se provoca ahora en la sociedad, es diferente a lo que provocaba.
No solo hay unas líneas que dictan lo que el texto dice, también están las
líneas del momento en que se lee. El
estructuralismo solo se basa en el acto perlocutivo para sus análisis.
Posiciones
contra el estructuralismo
-
Lado práctico del lenguaje.
o Acto del habla: locutivo,
ilocutivo y perlocutivo.
-
Van contra la competencia lectora y el rigor científico.
-
Lo que el texto dice y la época en que se lee.
Francia,
1969
En los años 40 y 50 se desarrolla gracias a la Escuela de Frankfurt un nuevo conjunto de ideas, que van a partir
de lo que fue el marxismo. En el marxismo
la literatura tiene que centrarse en la lucha de clases. La Escuela de
Frankfurt empieza a hacer análisis literarios viendo en qué textos se lucha contra el sistema
político, y en cuales se esconde este problema. Ellos creen que cuando
un crítico literario se centra en la
estética, es porque
está escondiendo esta situación. La literatura sirve para activar a todas
las personas, por eso, todos los textos que son estéticos se consideran
burgueses y que están a favor del empresario de la época (tener en cuenta el
contexto de la lucha de clases). Es la lucha entre la actitud estética y la actitud política.
Otra de las
cosas que denuncia es que con la llegada de la democracia a la cultura, la literatura se ha empobrecido, y ya no
se sabe distinguir qué es el arte. Theodor Adorno va a decir que el arte debe ser la negatividad hacia algo, debe ser
el enfrentamiento con algo (hay una red de desautomatización), tiene que ser un golpe
intelectual que te obligue a luchar, tiene que ser político, y si no lo es, no
puede eliminarlo. El arte que no intenta pelear contra lo establecido, las
injusticias y los problemas del ser humano, no es verdadero arte, puede ser dos
cosas: puede ser distracción
del pueblo o puede ser propaganda. La literatura debe suponer un esfuerzo intelectual y realiza
también una construcción intelectual. El gran arte debe ser difícil, tiene que costar
a la persona, no la puede dejar indiferente. El arte no está para causar placer, el arte está para provocar.
Todos los análisis marxistas van a buscar en los textos cómo defienden unas
clases u otras. En estos países donde la cultura está valorada, y los burgueses
se aprovechan de ella para hablar de ellos mismos.
En este
momento también está Sartre,
que propone el término de la literatura
comprometida: la literatura debe ser comprometida porque el escritor tiene un compromiso. A él le llegan a hablar, se
le lee, se le presta atención,
se le critica, el escritor puede hablar y esta es su obligación, en sus manos
está crear el debate. Aquel que decida callarse ante lo que ocurre es un
cobarde, porque él puede hablar, y si se calla está dejando que gane el
poderoso. Piensa que hemos caído en una fiebre en la que la cultura se ha hecho para los poderosos, los más altos eventos
culturales son caros, pero es que además se ha puesto de moda ser culto. Los formalistas y los estructuralistas han estado
sometidos a la burguesía,
porque han evitado la provocación de los textos, y solo han mirado la forma, la
estética, lo bello, ha hecho que no se dé importancia a la verdadera lucha, al
verdadero contenido
provocativo del texto.
-
Influencia marxista.
-
Lucha entre la política y la
estética.
-
Democracia de la cultura.
o
Cultura de los poderosos.
-
Provocación del arte.
o
Literatura y autor
comprometido.
Jauss e Iser: estos profesores de universidad se
hacen famosos y sobre todo el primero trata una conferencia sobre La literatura de la provocación, es un
ataque brutal contra el estructuralismo y las escuelas ideológicas de la
literatura.
Para Jauss la literatura no es solo lucha
política, también es belleza.
Los que se dejan arrastrar por la obra de arte sin pensar son unos frívolos, y
en esto se basa la industria textual, de forma que pueden ganar dinero. La experiencia estética depende del
receptor, por lo que el estudio
que nos ofrece es el estudio de recepción.
Teoría de la recepción: Yo puedo
estudiar qué ocurre cuando leo un texto y puedo hacer la lucha
política de forma independiente. En primer lugar, la literatura no está al servicio del luchador y el guerrillero, está para todos. Adorno va a decir que la experiencia estética, es decir, la sensación
por la que acudimos al arte, queda provocada
por el choque ideológico (Jauss,
dice todo lo contrario).
Experiencia estética: La experiencia estética es la
sensación por la que acudimos al arte. Adorno va a decir que acudimos por el
choque entre ideologías, mientras que Jauss, va a decir que parte del receptor.
-
Horizonte de las expectativas:
Un texto nos gusta o no en función
de si cumple las expectativas. Es decir, toda la sociedad se acerca a un texto
que está dentro de su horizonte de expectativas, y este horizonte está formado
por: la política (relaciones de
poder, de pareja, comunitarias), la idea de polis, el encuentro y negociación de las necesidades de cada uno, la moral,
la ética y la religión. Este horizonte va cambiando con las épocas, porque el
horizonte solo satisface las necesidades
de la época en la que se encuentra, no en las demás. Cada sociedad busca en la obras sus obsesiones, o al menos la búsqueda de preguntas, no de respuestas.
La distancia estética: es la diferencia entre los
horizontes de expectativas de distintas épocas. El tiempo no da la razón a las grandes obras, porque estas
obras dependen de la época. Un
texto nos gusta o no en función de si cumple o no unas expectativas. Estas
expectativas son las necesidades u obsesiones que existen en una época
concreta. Van cambiando a lo largo del tiempo, por eso no podemos decir que el
tiempo da la razón a las grandes obras. Tenemos que estudiar la obra teniendo
siempre en cuenta la distancia estética que existe entre los horizontes de
expectativas en los que se crearon.
Lo que
debemos hacer es una historia de la
recepción literaria. Hasta ahora los formalistas habían estado estudiando
la estructura y desautomatizando para crear otras nuevas. Y lo que hacen los
nuevos críticos es lo mismo, pero además hacen un estudio de las
sensaciones.
-
Desautomatización.
-
Estudio de las sensaciones.
Nudos
-
Nudo
geográfico: Localizaciones que
producen avances en la literatura.
-
Nudos
temporales: (89/90-05), tiene que ver con la mejora en la forma de escribir,
la mayor difusión de textos, y por lo tanto, la discusión y también difusión de
nuevas ideas.
-
Nudos
institucionales: el tipo de editorial que
aparece en un momento dado, o que visión tiene la cultura dominante.
Lo que
influye en el éxito de un libro es
multitud de factores de todo tipo, en los cuales lo formal no es algo que no
cuente. Bien, ¿qué ocurre con las obras maestras? En
principio se han estudiado esas obras y se ha demostrado que en el ámbito
formal eran buenas. Jauss
está en contra porque para él hay
grandes obras que no han sobrevivido, y otras muy malas formalmente que han
tenido más éxito que grandes obras. Las grandes obras triunfan porque a
veces estas satisfacen inquietudes emocionales que la sociedad tiene o
de las que carece. Por eso la sociedad tiene un papel muy importante.
Hay una mezcla de todo. Por tanto hay que hacer una historia de la recepción: ¿por
qué las grandes obras triunfan en determinadas épocas? Entonces va hablar
de la función emancipadora del arte,
que deja de responder a las grandes inquietudes de su época y responde a las
sociales. La obra se emancipa de su época y la traemos a la actualidad. Por eso decir que el tiempo da la
razón a las obras maestras es falso.
Jauss quiere estudiar a la persona. No importa cómo está hecho el
objeto artístico, me importa la experiencia de la persona (¿por qué ha disfrutado?). El arte es catarsis, es experiencia. La experiencia estética es
más importante que la formal, que le objeto. Lo importante está en el receptor,
no en el objeto. Lo que hay que plantearse es qué ocurre en el receptor (experiencia estética: la experiencia que se produce al
entrar el contacto con una obra de arte y que no se produce con otros objetos).
Lo que le interesa es la recepción.
Hay que responsabilizarse de la opinión. Lo que importa son las
inquietudes personales que tiene cada individuo en cada momento dado. De eso
hay una parte que se puede analizar pero en otra no. Hay que partir de conocer
la forma primero, y después el estudio psicológico, social, etc. La teoría de la recepción estudia
efectos y sensaciones, y para esto no es necesario estudiar primero la
forma. No se niega la forma del texto, solo dice que hay algo más aparte de esa
forma.
“Al final lo único que queda de una rosa es su nombre”.
La literatura es algo más que
las sensaciones que produce.
-
El estudio del texto es un
estudio de recepción.
o
Experiencia estética.
-
Horizonte de expectativas.
o
Distancia estética.
o
Historia de recepción.
§
Éxito de las grandes obras.
-
Nudos.
-
Estudio de la persona.
o
Catarsis.
o
Experiencia.
o
Opinión.
o
Sensaciones.
o
Recepción.
A Isser no le va a
importar que ocurra en la sociedad, sino lo que pasa en la cabeza del lector. Y aquí van a aparecer dos nuevas teorías:
-
Puntos de indeterminación:
en toda obra el autor deja una serie de espacios vacíos, de indeterminación,
que no quiere rellenar. Lo que hace el lector
es rellenarlos cada uno de una manera, lo que no implica que la sensación sea
diferente. En este relleno lo que hago es meter cuestiones personales,
obsesiones mías. A este proceso se le denomina concretización: vamos
construyendo, acabando de construir la obra en la cabeza. Este proceso
puede ser eterno, porque a
medida que cambia la sociedad también lo harán estos procesos. Las
obras no tienen unicidad de tema, significado o argumento, puede haber
varios. Así se produce el fenómeno de la
literatura. Al final lo que importa en la obra es lo que se diga que es la obra.
PUNTOS DE INDETERMINACIÓN > CONCRETIZACIÓN > FENÓMENO DE LA
LITERATURA
IDEAS CLAVE
1.
Nueva
Crítica
-
Texto.
·
Falacia a la intención.
·
Falacia interpretación.
·
Falacia impresionista.
-
Estudio del texto:
·
Múltiples puntos de vista.
§ Todo está relacionado con todo.
·
La interpretación no es infinita.
§ Lugar e intención determinados.
2.
Estructuralismo
I
-
Texto.
·
Mezclar todas sus posibilidades
para encontrar una estructura final que lo forme.
-
Interpretación del texto:
·
Percepción.
§
El análisis debe ser objetivo.
§
Lectura descriptiva.
§
Rigor científico.
-
Objetos de estudio.
·
Bases de la literatura.
·
Interpretación.
·
Semiótica.
·
Deconstrucción.
-
Escritura pura.
·
Grado cero.
§
Perfección.
-
Competencia lectora.
·
Interpretación.
·
Disfrute.
3.
Estructuralismo
II
-
John Austin.
·
Actos del habla.
§
Locutivo.
§
Ilocuivo.
§
Perlocutivo
-
Escuela de Frankfurt.
·
Literatura política.
·
Democracia cultural.
§
Provocación
·
Literatura comprometida.
§
Cultura de los poderosos.
-
Jauss.
·
Teoría de la recepción.
§
Experiencia estética.
·
Lucha política.
·
Belleza.
·
Horizonte de expectativas.
§
Gustos.
§
Necesidades de la época.
§
Obsesiones.
§
Distancia estética.
·
Historia de la recepción
literaria.
§
Estructura.
·
Desautomatización.
·
Estudio de las sensaciones.
§
Nudos.
·
Geográfico.
·
Temporal.
·
Institucional.
·
Éxito de la obra.
§
Emancipación del arte.
·
Estudia a la persona.
§
Experiencia.
§
Catarsis.
-
Isser.
·
¿Qué
ocurre en la cabeza del lector?
·
Puntos de indeterminación.
§
Concretización.
§
No hay unicidad en las obras
(idea antiaristotélica).
§
Fenómeno de la literatura.
Deconstrucción, Jacques Derridá
Heidegger, habla sobre los entes, introduce el concepto de la Dekonstruktion, que se
basa en quitarle todo lo accesorio y suplementario a los entes. Esto lleva a
que todo texto es una suma
de reescrituras. Además tiene la idea de que estamos interpretando constantemente,
y esto nos lleva, vía Nietzsche, a la hermenéutica de la facilidad. Nosotros estamos
percibiendo estímulos constantemente, todos los días un montón de cosas, y es
tal la avalancha de estímulos que lo único que podemos hacer es intentar colocarlos
como mejor podamos: ante tal avalancha es imposible conocer, y si es imposible
conocer, es imposible comprender (nihilismo)..
Llega a la conclusión de que es imposible comprender y cada uno comprende lo que puede y de forma
subjetiva. Cada uno interpreta
los textos de manera individual e intuitiva y habrá tantas interpretaciones
como sujetos. Si la interpretación
es prácticamente infinita, entonces
tenemos que en realidad los textos no significan nada, sólo lo que a cada uno
le parezca. Todo
texto es simbólico y se interpreta de forma intuitiva, porque no existe
conexión alguna entre lo escrito y los conceptos que representa. El lenguaje científico
es el que puede ser interpretable como lenguaje filosófico sobre el mundo, y no
la aplicación sobre la realidad.
Dicen que la
teoría realmente no es suya, que pertenece a Heidegger, pero que es él quien la
desarrolla. La deconstrucción
es una práctica filosófica, y no es teoría de la literatura. En
principio parte de la base de que cualquier palabra que digamos implica
la percepción de lo contrario o algo ajeno, independiente de ella. Para
entender conceptos, necesito de otros que me ayuden a entenderlo de forma
instintiva, por oposición. Las palabras nos trasladan unas a otras. Los conceptos no son absolutos
para la deconstrucción, solo se presentan como oposiciones a otros absolutos que se presentan
tan ciertos como los primeros, y que en el lenguaje están todaINTRODUCCIÓN
TEÓRICA A LOS ESTUDIOS LITERARIOS
1.
Grecia y Roma Clásica
Podríamos decir que el principio de la
literatura viene desde el siglo IV. a.C. cuando por primera vez Platón pone en duda el
“mythos” y pone por encima de ello al logos, a la lógica y conocimiento. Comienzan a
preguntarse si es cierto el mito
y aquí aparecen las primeras conexiones entre la lógica, el discurso y el pensamiento orientado al conocimiento.
Dado al poco avance que había en esta época
en el campo referente a la literatura, la idea de creación literaria todavía no estaba muy desarrollada. Para los
griegos y teniendo todavía como referencia la idea del mito y el logos, creían
que la creación del autor,
o del poeta de esa época, venía dada por la influencia de unas musas. Estas musas eran
los dioses o seres divinos que se encarnaban en el poeta y le ayudaban a crear.
Esto es lo que se conoce como Teoría del Furor Poético, que dice precisamente eso, que el
poeta es simplemente el creador y transmisor de un mensaje divino que debe ir
dirigido al público, que son los simples espectadores. Ya veremos más adelante
que esta será la base de la poesía grecolatina occidental.
Otra de las ideas principales, y de las que
más revuelo va a causar en el panorama literario, va a ser la idea de la mímesis o imitación de la
realidad. Platón era un filósofo obsesionado con la verdad, y eso
conllevaba a representar la realidad en su mayor grado de veracidad. Para este
filósofo de nada sirven los artes imitativos que solo se aproximan a la
realidad, porque lo que hay que hacer es imitarla, expresarla en su máximo
auge. La obra no es
un pasaporte de traslado a otros mundos imaginarios, la obra debe mostrarnos la
realidad tal cual es a través del arte.
Esta idea va a ser revalorada por su
discípulo, Aristóteles,
que va a desarrollar mucho más la idea de la literatura. Para Aristóteles, más
obsesionado con la potencia y con el acto, buscaba la mímesis o la imitación de las acciones
forzadas tal y como se producen en la realidad, para así poder
determinar sus causas.
Ligado a este concepto estará la catarsis, que busca la provocación en el lector. Con provocación
nos referimos a la producción
de sensaciones como el miedo o la piedad en el receptor. Sin darse
cuenta, de esta manera la poética
se conecta con la retórica, formando un discurso verosímil que al final
une a la retórica con la lógica. Esto es lo que se conoce como silogismo, y consiste en
buscar la verdad a partir de la lógica, de la que podemos encontrar dos tipos distintos: la lógica
formal que contiene los conceptos plenamente veraces, y la lógica informal, que
es la portadora de los hechos posibles.
Respecto al concepto de los géneros, fue Aristóteles
el primero en desarrollarlos. Para él existían cuatro tipos de géneros en los
que podían integrarse las obras literarias, y estos eran: la épica, la
tragedia, la comedia y la retórica.
La épica es el género
encargado de transmitir valores, de forma parecida a la tragedia, la diferencia es que esta se va a
encargar de la didáctica más que de la transmisión. La épica y la tragedia son la base de la
educación. En ellas se encuentra la enseñanza de la ética (ethos), y la reflexión
sobre la misma (pathos),
a partir del autoconocimiento y la empatía. Es más, más adelante van a
combinarse juntas en un concepto al que denominamos ditirambo, y supondrán la aparición de los
géneros de la ironía
y la sátira.
Debemos tener en cuenta que dentro de la tragedia podemos destacar las partes
de sus constituyentes,
estos son: el significado, el argumento, el contenido, los caracteres y las
partes de la obra.
-
Significado: es el contenido final de la
obra. Lo que quiere transmitir.
-
Argumento: tema principal de la obra sobre
el que se desarrolla toda la historia.
-
Contenido: conjunto de elementos
significativos que componen la estructura final de la obra.
-
Caracteres: son representativos de los
seres humanos.
-
Partes:
·
Prólogo: es el inicio de la obra en el
que se hace una breve introducción de lo que va a ocurrir.
·
Pathos: es el desarrollo de la obra
narrado por un narrador.
·
Éxodos: es el final de la obra.
En relación con las obras y la mímesis,
Aristóteles elaboró una serie de reglas que han sido imitadas en el ámbito literario
durante muchos años. Esta es la regla de las tres unidades, de tiempo, de acción y de lugar.
Para Aristóteles la representación de la realidad también era importante,
aunque no de un modo tan obsesivo como el de su maestro. Lo que buscaba con
estas reglas es que el trascurso de la obra fuese durante un momento real,
haciendo de ella un conjunto basado en la unicidad. Es decir, no podemos hacer
un obra de teatro que conlleve varios días, o que transcurra en varios lugares
con distintas tramas. Esto no es veraz porque en la vida real no pasa, y por eso
las acciones deben ser representadas a partir de estas reglas.
Como estudio final de Aristóteles nos
encontramos con la retórica,
que va a buscar el conocimiento verosímil y universal a partir de un método
que sea prácticamente científico. Se definirá brevemente como la técnica empleada para
desarrollar el texto. La retórica va a suponer una gran influencia en la
polis, donde todo era hablado, pensado y escrito, con lo que va a suponer la
herramienta principal de expresión y transmisión de ideas.
Cuando termina la época de la Grecia Clásica,
van a entrar los romanos
y su gran Imperio, que como ya sabemos ocupó prácticamente la Península Ibérica
y la Europa que se conocía hasta entonces. Se van a caracterizar por la gran
influencia que van a tener de la época anterior, pero van a añadir nuevas visiones y aplicaciones de la
literatura.
El primero de los autores que caracterizan a
esta época va a ser Cicerón,
que con su “Rethórica ad Herennium” va a continuar estudiando los Tratados de
Retórica que poseía Aristóteles. Lo que va a hacer es centrarse, como explicaba
antes, en el discurso retórico,
en el arte de crear un texto. Va a decir que todo él es aplicable a la polis,
tanto para la realidad social como las actividades del senado, como para la
literatura en muchos aspectos. Sin embargo, va a ampliar mucho más el concepto,
y va a dividir el discurso en cinco
partes.
-
Invención: conjunto de argumentos
inventados o reales que componen el discurso retórico.
-
Elocución: forma y estilo de
elaborar el discurso.
-
Disposición: estructura de todos los
argumentos del discurso.
-
Memoria: proceso de memorización del
discurso de forma natural o artificial.
-
Acción: gesto y tonos
empleados para elaborar el discurso.
Siguiendo a Cicerón tenemos a Horacio que va a tener tanto
influencia de éste como de Aristóteles. Pero va a decir que la poesía no es retórica, que
en definitiva es la creación artística literaria surgida del autor, que posee
un ingenio natural o
talento que combinado con el ars,
es decir, la técnica de la práctica del ejercicio, dan lugar a la obra.
Virgilio va a hacer una nueva distinción
de los géneros, y llega a la conclusión de que todas las obras pueden
orientarse en tres tipos diferentes: la Eneida será la que agrupe todos aquellos de estilo
elevado y sublime, mientras que la bucólica o égloga, y la geórgica, agrupará todos los demás que tienen un estilo medio o
vulgar, sin ningún tipo de complicación. Es la primera vez que van a aparecer
los personajes determinados por su forma de habla.
A continuación llega Quintiliano, y dice que la poética de Horacio
no vale nada, que lo que interesa es la retórica en su pura esencia, es decir,
la oratoria. En este
caso va a dividirla en tres partes, que serán la oratoria forense, deliberativa y apodíctica. La primera va a emplearse para demostrar
la culpa o inocencia de un acusado a partir de argumentos reales o inventados.
En cambio la deliberativa va a tratar el tema de aprobar o derogar leyes, y
finalmente la apodíctica tratará de estudiar la forma de hablar en público, el
arte puro del discurso. Esto será, en definitiva la base de toda la poética clásica.
Cuando comienza a caer el Imperio romano y
llegan los bizantinos, el panorama literario vuelve a cambiar. Se comienzan a
preguntar por lo sublime
(Longino), por los elementos
que debe haber en una obra para que sea lo más elevada posible. Esto lleva al
estudio exhaustivo de la retórica
y la literatura.
Por otro lado, la época de la Helenística, con autores como Hermógenes de Tarso,
comienza a elaborarse la Teoría
de la Retórica, pero mucho más amplia que la idea que había planteado
Aristóteles en un primer momento. Ahora el concepto habla de la estrategia y el poder de la
argumentación a la hora de interpretar los textos. También se desarrolla
el tema del estilo del
autor y de cómo esto determina la obra.
Para los romanos la idea de las musas también va a cambiar
con respecto a la idea que tenían en Grecia, y es que es posible que las musas
inspiren pero es el autor quien tiene su conocimiento y técnica, que al
final es lo que cuenta en la obra.
Finalmente Halicarnaso estudiará la estructura adecuada que
deben tener el verso y la
prosa en los textos, para así garantizar la perfección de su forma.
Tampoco va a estar de acuerdo con la idea de poética que tenía Horacio.
IDEAS CLAVE
-
Platón:
·
Mito y Logos.
·
Teoría del Furor Poético.
§ Musas.
·
Mímesis.
§ Realidad.
-
Aristóteles:
·
Mímesis.
§ Acción.
·
Catarsis.
§ Provocación.
·
Géneros.
·
Retórica.
·
Poética.
-
Cicerón:
·
Discurso retórico.
-
Horacio:
·
Ars e ingenium.
-
Virgilio.
·
Géneros.
-
Quintiliano:
·
Oratoria.
-
Longino.
·
Sublime.
-
Helenística.
·
Teoría de la Retórica.
·
Estilo.
·
Musas.
2. La Edad Media y los siglos
XV-XVII
La Edad Media va a partir de la imitación de la Grecia Clásica y
el Imperio Romano, y muchas de las ideas que se desarrollaron en estas
épocas anteriores van a ser tomadas como inspiración y admiración del mundo
clásico.
El texto es una construcción que
sigue las reglas de un dogma,
y la Ley de la Retórica
será la que establezca las normas que debe seguir el discurso, sus herramientas
de construcción, y cómo la obra debe estar valorada en función de estos dos
aspectos anteriores. En ocasiones será la poética quien haga juicios sobre el
autor, lo que se denominará como poetización de la retórica.
La idea medieval de la
elaboración del texto va a seguir el esquema de la imitatio y la variatio. Esto consiste en
imitar el estilo de los antiguos, conservar la esencia de sus obras, pero
añadir también variaciones en el significado para innovar un poco sobre el
texto. Además la originalidad va a ser premiada a la hora de juzgar la obra.
Como en todas las corrientes, en esta también los va a haber que estén de
acuerdo con seguir este esquema, ya que los sabios son admirados y debemos
mirarlos para contemplar toda la grandeza que crearon; y luego están los que
dicen que es un insulto tratar de llegar si quiera a lo que ellos fueron. Sin
embargo, fue un esquema tan seguido y tan revolucionario, que el cambio fue
prácticamente inevitable y renovador, a pesar de que se partiera de las ideas
de antiguos como Cicerón y Quintiliano.
Uno de los grandes de esta época
va a ser Boileau,
el gran defensor de la obra y de su contenido. Para este autor y para muchos
otros lo importante de la obra era que su contenido estuviese por encima de
la forma. Poco a poco se comenzaba a dar más importancia a la enseñanza y
la razón, y a pesar de que lo divino estaba muy vigente, ambas iban cobrando
fuerza. Por ejemplo, Boileau lo que decía es que el pueblo también tenía
derecho a una educación, y que debían tener acceso a esa cultura que los
poderosos habían conservado toda su vida. Tenían que aprender para poder
enfrentarse a los que ya poseían el saber. Pero estas ideas tan revolucionarias
en la época medieval no le gustaban a nadie: a los ricos no les gustaba porque
la cultura era cosa de nobles y de estamentos superiores, no del pueblo, y a éstos
por su parte, no les gustaba la idea de que los niños fueran al colegio en
lugar de trabajar las tierras y ganar dinero. Todo ello hace que se dé mucha
importancia al conocimiento, y se va a buscar escribir para la eternidad.
Lo que importa es que el concepto que yo creo en la obra dure por los siglos de
los siglos, y pueda entenderse en cualquier época. Para muchos la literatura
simplemente era política, pero para otros era la manera de representar la
realidad siguiendo unas reglas de tiempo, espacio, acción y tema, tal y
como dictaba Aristóteles. Vamos viendo como poco a poco se asoma la razón, a
pesar de que se le dé importancia al decoro. La obra debe ser didáctica,
mimética, pero debe representar solamente las buenas acciones porque si fomenta
la representación de actos rebeldes como ocurre con el Cid, entonces el pueblo
se revela contra la sociedad feudal, y esto es algo que no puede suceder. Para
este gran defensor de la literatura y el teatro, el autor debe guiarse por su
genio, que es el que le ayuda a tener el impulso de crear la obra; pero jamás
debe estar por encima de ella, es más importante lo que la obra dice que el
autor. Además va a evitar por todos los medios la retórica. De
esta forma, el teatro,
que tiene gran influencia en esta época, va a buscar la enseñanza a partir de
la imitación y la semejanza con acciones que son consideradas correctas y
morales (desde el punto de vista de la época). Además, va a buscar la
recreación de los personajes (como hacía Horacio en la Roma Antigua) a partir
de los arquetipos de persona. Por otro lado va a evitar las actitudes irónicas,
y toda la recreación y representación de la obra van a estar guiadas por la
dulcificación, teniendo siempre como punto final un elogio al rey y al autor.
El pensamiento medieval va a
estar muy influenciado por las ideas de Kant, que entenderá y aplicará la dualidad del conocimiento: por un lado
tenemos el conocimiento trascendental y por otro lado está el conocimiento
experiencial. En ninguno de los dos va a haber medidas. Por su parte, el conocimiento
experiencial va a partir de la idea de que todas las acciones están ligadas a la
experiencia y de que nada es subjetivo. El mundo está ya escrito y
nosotros no lo podemos cambiar, los
hechos que ocurren y que nos destinan ya son insoslayables. De esta idea sacará
Heidelberg la idea
de que somos parte del mundo pero que en realidad no tenemos muy clara cuál es
nuestra posición en él: una
cosa es la existencia, porque todos existimos, pero otra muy distinta es el
acceso que tenemos a la realidad. La realidad es medible y ajena, está escrita y no podemos cambiarla.
Goethe,
casi romántico y precursor del “Strung
un Drag”, va a tener un punto bastante tradicional y va a ser tremendamente
seguidor de la época clásica, a la que va a admirar por encima de todo. Lo que
va a hacer es cambiar por completo el concepto de mundo que
se tenía hasta entonces. Para Goethe el mundo es perfecto, porque
podemos observarlo desde fuera, y analizarlo al igual que hacemos con la
realidad, para después entenderlo. El mundo es perfecto porque está lleno de
irregularidades que lo hacen complicado. Tanto el mundo como la realidad son
analizables y entendibles, y por lo tanto totalmente perfectos. Otra de las
ideas que va a añadir va a ser la de la perfección de la obra. Las ideas son ajenas al
objeto, es decir, otra vez el concepto está por encima de la obra. De hecho va
a decir que una obra de arte encuentra la perfección fuera de sí misma, en la
idea del artista. Esta manera de entender el arte como artefacto, es lo que nos lleva a
distinguir la situación de poder que tiene el artista sobre los demás, porque
es él quien puede observar el mundo para poder crear una obra perfecta llena de
conocimientos universales que jamás se pierdan en el tiempo. Hay que
representar el absoluto de
la naturaleza, que es a lo que estamos aferrados porque es lo único
seguro y fiable, y esto debe decirlo la obra en todo momento.
Tanto para Kant como para Goethe,
van a ser los antiguos los que realmente son capaces de crear ideas ajenas
de la naturaleza. Y también van a decir que el arte nos aproxima más a la verdad
que la ciencia, ya que el arte puede contener los conceptos universales
por los siglos de los siglos.
Del concepto del mundo, y de la
idea romántica de que el poeta sale de él y actúa fríamente desde fuera, va a
surgir la idea del estudio de la cultura de los pueblos. Se va a hacer una separación entre el
mundo y el arte, pero dentro de un concepto que puede entenderse de forma
paralela. Es decir, Herder
lo que quiere explicar es que hay que conocer la cultura de los pueblos, porque
todos los pueblos tienen su manera de ver y actuar en el mundo en función de su
cultura. Si comenzamos a sumar las acciones y las evoluciones de estos pueblos,
nos encontraremos con que el mundo desarrolla procesos similares, y que de un
pequeño cambio al final eso es fruto de la evolución. Sin embargo no debemos
entender esta forma de ver el mundo y los pueblos como un nacionalismo
excluyente de culturas que se pisotean unas sobre otras, sino que es un
nacionalismo incluyente en el que las culturas aprenden unas de otras y al final
avanzan todas juntas hacia la evolución de la humanidad.
Goethe y Schiller van a entender el estudio
de la realidad a partir de métodos científicos, es decir, que
para estudiarla y conocerla hay que seguir unas reglas del objeto que el autor
no debe saltarse. En esta época, el autor de la obra estaba por encima del
resto porque tenía la cualidad de que podía salir del mundo y representarlo a
partir de su experiencia. Sin embargo, lo que se busca en el arte es la
creación de conceptos, y esto convierte al texto del artista en un fallo porque
realmente no está expresando lo que quiere. En este proceso existen unas reglas
del juego, que es lo que impulsa a crear al artista, porque estas reglas
son creadas por él y además eliminan del todo el tiempo, por lo que es
prácticamente libre. Este juego es sagrado y trascendental y todos los autores
deben seguirlo. Poco a poco van a ir rompiendo con la retórica y abogando por
la libre creación.
Por otro lado está la idea del tiempo, que está igual de
vigente que la del mundo. Partimos de la idea de que en la época clásica el
tiempo era circular, es decir, que se construía para destruir y después para
renovarse. Sin embargo la Edad Media va a cambiar esta idea y va a abogar por
el desarrollo y la evolución, para llegar a alcanzar lo trascendental. Siguen
el camino del progreso. En la poética medieval no hay tiempo y se quiere imitar
a la Roma Clásica, pero este gran imperio cayó y fue destruido, por lo que
tenemos que indagar en sus ruinas para construir encima de ellas y volver a
darles el valor que tenían en su día; pero a la vez que hacemos esto no debemos
olvidarnos de avanzar y de innovar. Es una idea algo más lineal.
La literatura de la Edad Media funciona a partir de
leyes creadas por el autor, que al buscar una obra veraz y universal que
perdure por los siglos tiene que imitar y plasmar la naturaleza tal cual es; y
por supuesto, situar al concepto siempre por encima de la forma y al autor por
debajo de su obra, ya que no puede destacar más que ella. El poeta tiene la
ventaja de poder salirse del mundo y observar la realidad desde fuera, para así
construir a la sociedad, que es el centro de todo en esta época. La historia de la literatura va ligada a
la historia de los mundos, primero hay que entender la historia del pueblo
y su avance, y después aplicarla a la historia y la literatura medievales, para
poder plasmar la realidad en las obras y convertirlas en eternas y
comprensibles para todas las épocas que vengan después.
La estética medieval va a buscar la similitud en las
obras. Quiere imitar la realidad a través del esquema de la imitatio y la
variatio. Van a buscar, como he dicho antes, la atemporalidad y el infinito en
las obras que puedan entenderse para siempre y que sobre todo sea equilibrada y
sobria, no pueden crearse obras en otros estados. No creen en la inspiración
de las musas. Solo creen en la elaboración de la obra a partir de reglas
internas y reglas externas, morales, que hacen del texto un elemento decoroso.
Sin embargo, poco a poco el decoro pierde peso y se empieza a dar más
importancia al gusto.
En la poética vamos a encontrar a autores más
relajados que van a expresar sus sentimientos hacia lo divino. Ya no se
cree en las musas platónicas, porque ahora lo que inspira de verdad al autor es
Dios. Hay una total cristianización
de las obras, e incluso va a llegarse a decir que la literatura es solo para
gente con vocación poética y fervor literario, que sean capaces de entender la
obra y valorarla por su técnica (retórica empleada). Por otro lado, se
va a atacar contra los géneros que había en la época clásica, y se va a decir
que han surgido otros nuevos, que son: la poesía, la escritura de cartas, y por
encima de todas las obras que transmitan la doctrina teológica.
Los siglos XV y XVI van a seguir más o menos estos
pasos, pero va a haber autores que van a decir, por ejemplo Lorenzo Valla, que
independientemente de lo que diga la Iglesia, también podemos encontrar placer en las obras intelectuales y no
solo religiosas. Van a decir que el placer es legítimo y que si Dios sitió
placer cuando creó el mundo que el artista representa en su obra, es lógico que
también el artista sienta ese placer cuando escribe. Pero, ¿qué elementos son los que provocan placer en el autor y en el lector?
Van a empezar a preocuparse de nuevo por el gusto, que no saben si depende de
la técnica del autor o del gusto del lector (esta es una idea que surgirá hacia
el siglo XVII, cuando comience a buscarse de forma desesperada la sublimidad
del texto).
La retórica vuelve a ser de nuevo el centro del sistema
porque a partir de ella podemos conocer la teología y la base de todos los
estudios humanistas. Además, con el avanzado desarrollo que hay en las lenguas
vernáculas el conocimiento comienza a transmitirse mucho más rápido, y en
consecuencia el pensamiento también. La retórica es el centro de todo, y la
única técnica posible para crear la obra. La lógica y la retórica van a
entenderse como conceptos separados, ya que según autores como Ramus, a la lógica le corresponde
la dialéctica (la inventio y la dispositio), mientras que la retórica es
toda elocución. Esto va a conseguir que la lógica y la retórica terminen
fundiéndose en la poética, que por
su parte lógica seguirá el planteamiento cartesiano de leyes y sistemas
perfectos para crear, y por otra parte estará la elocución, y el cuidado en las
formas de expresión del texto.
En el siglo XVI, Europa estaba dividida
entre los católicos que seguían las ideas de Aristóteles, y los protestantes,
que buscaban un cambio tanto en la literatura como en la historia. Este cambió
será sobre todo en la creación, que
algunos comienzan a plantearse que no es tan divina como dicen. También hay que
tener en cuenta que la ciencia estaba avanzando mucho, y la medicina igual, por
lo que comienza a entenderse la literatura como un estudio anatómico, es decir, dividiéndola en partes cada vez más
pequeñas hasta conseguir exprimir todo su significado por completo (sacar toda
su esencia y contenido).
El concepto de mímesis también va a cambiar, y va a ser Patrizzi quien lo haga, con
la idea de que no es posible hacer mímesis a través de la literatura porque las
palabras solo pueden evocar, pero no pueden representar la realidad.
Poco a poco vamos viendo como
las ideas clásicas se pierden y Aristóteles y sus reglas van quedando
olvidados. El Romanticismo
viene pisando fuerte y trae innovaciones tanto en el teatro como en toda la
literatura. Se dejará de seguir la regla de las tres unidades y ahora es un narrador
quien conoce todo de los personajes y se encarga de contarnos su historia, formada
a base de tramas.
IDEAS CLAVE
-
Dogmas.
·
Ley de la Retórica.
·
Poetización de la retórica.
-
Texto.
·
Imitatio.
·
Variatio.
-
Genio y decoro.
-
Eternidad.
·
Concepto por encima de la forma.
-
Dualidad del conocimiento.
·
Trascendental.
·
Material.
-
Mundo.
·
Realidad.
§ Estudio a partir del método
científico.
·
Existencia.
·
Evolución.
§ Cultura de los pueblos.
-
Absoluto de la naturaleza.
-
Dios es la inspiración.
-
Placer.
·
Sublimidad.
-
Literatura, estética y poética:
·
Decoro.
·
Gusto.
·
Cristianización.
-
Retórica.
·
Dialéctica.
·
Elocución.
-
Poética:
·
Elocución.
·
Retórica.
-
Mímesis.
3.
El Romanticismo
(XVIII)
“¿Dónde está todo lo que no existe?”, “cuando escribo no siento,
cuando siento no escribo”.
El Romanticismo va a romper con
las ideas de la Edad Media, empezando por Goethe y Schiller, que van a tener sobre todo influencia kantiana, y
prevén la llegada de una nueva sociedad confusa en la que las personas no saben
si creer en lo trascendental o aferrarse a lo material. Las ideas de espacio y tiempo
comienzan a tambalearse, y eso supone un gran conflicto con la idea de mundo
que se había tenido hasta ahora.
Algunos como Moritz, totalmente
positivistas, van a estar obsesionados por el materialismo, pero no por
conservar lo material, sino por desecharlo. Lo que importa es el estudio de lo que es la
trascendencia y expresarlo a través del arte, que puede ser tanto la poesía como la
literatura.
De estas ideas va a surgir un nacionalismo exaltado
pero incluyente,
que venía evolucionando desde la Edad Media. La idea de pueblo va a ser una de
las más desarrolladas, ya que al igual que en el periodo anterior se partía de
la idea de que había que conocer a los pueblos, a sus habitantes y a todo lo
que los rodeaba a partir de su cultura, porque cada uno de ellos tiene una
esencia que lo hace especial y que lo ayuda a avanzar, y del avance y la
cultura de todos los pueblos viene el cambio, el avance universal del mundo.
Para los románticos todo gira en
torno al arte, el placer y la belleza. El arte será la mezcla entre el amor y la belleza,
será el centro de todo. Cuando entramos en contacto con el arte el yo se pierde por
completo, el tiempo
se para y todo queda bloqueado en un momento estático, perfecto, que evoca todo
tipo de sensaciones.
Luego está ese placer de
crear, el hectare,
el poder perderse en la obra y dejar todo mi ser fuera para fundirme en lo
trascendental de la obra, olvidar y dejar a un lado lo material para soñar
dentro del mundo onírico
al que se huye. Todo esto es bello, pero no es de esa belleza que se emplea como fin y utilidad, sino aquella que
simplemente produce placer
porque es perfecto
contemplarla y entrar en contacto con ella, y lo mejor de todo es que podemos
alcanzarla a través del lenguaje
de la obra. La belleza no se ata, es solo una sensación sublime que nos hace perdernos en nosotros
mismos, que juega con su independencia y es tan compleja que es imposible
estudiarla. Es el arte por
el arte. Hacer
belleza es crear. No hay necesidad de material o utilidad, solo hay que
dejarse invadir por las sensaciones que ésta nos evoca.
Todo lo que nos rodea puede ser nombrado. Dios les ha dado a los artistas el poder de
conocer todo lo que nos rodea, de poder sacar lo trascendental de lo material y representarlo en
la obra a partir del lenguaje divino. El artista debe representar las
imágenes que Dios ha puesto en el alma. La perfección la tiene Dios y por eso
es inalcanzable, pero podemos alcanzar a definir lo material que nos rodea y a
representar la belleza de su interior. El lenguaje de la naturaleza es el que
posee Dios y el artista posee el genio para interpretarlo y plasmarlo. Solo los pocos elegidos
tienen este don, que consiste en sentir y expresar la naturaleza a partir de
dejar fuera lo material del mundo, y conseguir captar e interpretar la esencia
de las cosas. Estas ideas van a partir de autores como Waokender, o de las mentes de aquellos que
veían al poeta como
aquel que guardaba los
sentimientos en la memoria.
Schelling
será uno de los grandes románticos de la época. Para él el objeto es simplemente la
forma, algo que no sirve de nada, pero en él hay un espíritu, una expresión que
debemos sacar. La perfección está en el movimiento, en el paso del objeto de lo material a
lo trascendental. El artista
debe encargarse de captar el espíritu de la naturaleza y de buscar en ella todos los ápices de belleza que haya, porque
de esta manera podrá mostrarnos su esencia. El don del genio va a seguir vigente, y será la única forma en que el
artista va a poder alcanzar lo sublime, que es esa sensación de haber tocado el infinito con
los dedos, ese momento en el que el tiempo se detiene y se alcanza el máximo
placer de la obra, cuando somos todo trascendencia y lo material queda lejos y
no nos asfixia. El autor gracias al genio es capaz de dominar su consciente y su inconsciente. Es el genio
quien previene y domina el inconsciente para evitar los errores en la obra y
proponer un nombre artístico para la misma. Finalmente el arte, fruto del genio del
artista, buscará la creación
de otros mundos. Se alejará de la forma para fundirse en la belleza y
entrar en contacto con la esencia de la naturaleza, que debe ser captada a
través de la obra. El artista va a percibir todas estas formas y lo que va
a plasmar es su percepción frente al mundo. No hay mímesis, no
quieren imitar la realidad real, sino la esencia desconocida de la
naturaleza que nos rodea.
SUBLIMIDAD: la sublimidad se define como la
esencia cósmica y profunda
de las cosas. Cuando alcanzamos lo sublime estamos tocando el infinito. Es este momento
inolvidable en el que entramos en total contacto con la experiencia
trascendental, cuando por fin podemos comunicarnos con la verdadera esencia de
las cosas. No hay nada más bello que involucrarse por completo en la
trascendencia del infinito, en perdernos en él. Se alcanza gracias al genio y cuando el alma se libera de la represión material,
conseguimos perder la forma y llegar a la esencia, a ese interior olvidado. Sin
embargo, el único que puede alcanzar este clímax es el artista. Podemos empatizar con él pero
nunca podremos llegar a lo que él ha sentido; podemos comunicarnos con su obra,
pero no podemos sentir lo que él sintió. La sublimidad es el placer de unos
pocos, de aquellos que tienen el poder del talento. El yo será el centro de todo. Es la época
del artista egocéntrico.
Lo sublime rompe además con todo canonismo: la belleza es siniestra, pero aun así atrae al
artista. Para alcanzarlo primero tenemos que encontrar un objeto, después
debemos despojarle de su parte material y dejar solo la esencia. Cuando hayamos
hecho esto, tenemos que introducirnos en esta esencia y buscar su belleza,
entonces sentiremos un gran placer y el contacto con el infinito, lo que
indicará que hemos llegado a lo sublime. La pasión será una de las bases para conseguirlo, ya
que es la única que puede transportarnos de lo finito a lo infinito, y es la
que hace que podamos perdernos en el objeto. Esto además de traer una sensación
única y plena nos hará perdernos en el mundo, en tener poder sobre él y el orgullo de haber
conseguido dominar el
inconsciente para ser consciente en todo momento del placer que estoy sintiendo
(armonía temporal).
Bécquer,
uno de los más alabados románticos, va a desarrollar sus ideas sobre todo en
torno al tiempo. Lo que hace es crear tiempo en sus obras. El ser humano es, vive por los momentos de sublimidad,
sino nada tiene sentido. La vida es lo sublime. El momento de la intensidad
tremenda es lo único que importa. Aunque no son materialistas, saben que necesitan la forma para llegar
hasta la esencia. Lo único útil en todo el objeto es su forma, porque la
belleza es bella porque es perfecta, no por útil. En lo sublime no hay
causalidad, es indescriptible. Bécquer va a entender al ser humano como a un ser perdido en el tiempo y
limitado por su muerte. Hay que vivir la vida con intensidad, todo es un
carpe diem, hay que
vivir el momento y no hay nada futuro. No sabemos cuándo todo puede acabar y
por mucho que traten de escapar no van a poder, solo pueden crear mundos alternos a los que
trasladarse cuando no soportan el mundo material, pero siempre van a acabar muriendo.
Solo se vive por el recuerdo
del instante, por esa sensación de lo sublime, por el momento concreto.
No hay nada más bello, más perfecto. Toda la atmósfera de lo sublime debe
quedar reflejada en la poesía.
La poesía no es solo un texto, la poesía es el reflejo de una
persona que ha plasmado todo su interior en ella. A veces el poeta debe sentir
como una mujer,
exageradamente y desesperadamente (idea tremendamente romántica y machista),
ser un histérico. El misterio está en el instante, y ahí es el único sitio
donde el poeta está protegido. El genio, el egocentrismo del artista les produce insomnio, es difícil ser un creador e
interpretar el lenguaje divino, y plasmar todo mi interior en una obra.
La belleza será el
espíritu que resida en el alma, será la única forma de vivir y de sentir.
Quiero alcanzar la belleza porque es como una droga a la que estoy atado, que
me hipnotiza. A pesar de que la forma sea imperfecta tengo que cuidarla, porque
si no jamás podré alcanzar la esencia de las cosas, y por lo tanto no podré
estar en contacto con la belleza.
El Romanticismo va a
caracterizarse por el rechazo
de toda imitación cartesiana de la naturaleza. La obra de arte es por un
lado la de Dios,
que es la naturaleza, y luego está la obra del artista que representa lo creado por
Dios, el arte. Va a
haber plena dualidad
entre la belleza y
el concepto de utilidad.
La perfección de la obra será el objeto en sí mismo, el artista es egocéntrico,
pero la obra lo es aún más. Por eso se suspende el yo en la literatura, porque
interesa plasmar la idea de la perfección de la naturaleza. El tiempo en las obras también va a perder su
percepción clásica en la que el mundo era circular y en la que se avanzaba para
retroceder, siempre en una rotonda. Después pasamos por el clasicismo que era
todo lo material y lo banal, que al romántico no le interesa. Y finalmente
llega el yo, la espiral
del mundo romántico, donde nunca sabes porque camino te llevará el
destino.
El genio será la base del espíritu romántico y la
fuente que explique la actitud del poeta. El autor es superior al resto, tiene un don y puede
entrar en su alma y después hacer que todas sus sensaciones broten en un texto,
que un simple lector jamás llegará a comprender. Puede admirarlo si es también
un genio, pero sino no apreciará tal explosión de belleza.
El amor también estará presente. El artista quiere
experimentar y conocer el mundo, y para ello no hay nada mejor que el amor, que
es lo más bello de todo. La poesía será profunda y existencial, todo son sensaciones y sensibilidad. El autor
querrá introducirse en la amada y evocar continuamente la perfección de los
momentos vividos junto a ella. Se desesperaran por el amor eterno y no podrán vivir sin ella. Les han robado el alma.
IDEAS CLAVE
-
Mundo.
·
Material.
·
Trascendental.
-
Espacio.
·
Huida.
-
Tiempo.
·
Momento.
·
Carpe Diem.
-
Expresión a través del arte.
·
Sentimientos.
·
Belleza
·
Placer.
§ Si Dios sintió placer al crear el mundo, ¿por qué el artista no puede
sentirlo también al crear la obra?
·
Pérdida del yo.
·
Sublimidad.
-
Nacionalismo incluyente.
-
Representar la realidad y no la naturaleza.
·
Lenguaje divino.
·
Genio.
§ Arte como artefacto.
§ Artista.
·
Egocéntrico.
·
Superior.
§ Lenguaje.
§ Talento.
§ Pasión.
·
Observa el mundo desde fuera.
·
Genio.
-
Objetivo.
·
Captar la esencia de las cosas a partir de la forma para llegar a lo
trascendental.
§ Belleza de lo trascendental.
§ Utilidad de la forma.
-
Amor.
·
Histeria.
4.
El Modernismo y el
Posmodernismo
Del Romanticismo pasamos al
Modernismo (XIX-XX),
que va a romper con todo lo anterior. La modernidad lo que va a buscar son las cosas fiables, y al venir
determinado en gran parte por las ideas kantianas, va a haber una gran duda
sobre cuál de los dos mundos (trascendental y material) es más real. Para ello, una de las
cosas que van a hacer va a ser estudiar el fenómeno a partir del conocimiento científico, con
la intención de llegar a la trascendencia.
Esta teoría también va a aplicarse al campo literario, de la mano de autores
como Darwin y su Teoría de la evolución de las especies.
Uno de los personajes más
relevantes del movimiento modernista va a ser Marx. Éste político lo que hace es crear un método de avance histórico basado en
reglas cartesianas por las que se guía, que tiene un fin último y que por eso
es fiable. Ya
sabemos que los textos marxistas son los primeros que tratan sobre la
revolución del proletariado y el fin del capitalismo para que el pueblo pueda
ser dueño de uno mismo. Es tremendamente materialista, pero es el único método que puede
cambiar el panorama existente y encaminarse hacia la evolución sin tener miedo de ningún
tipo de limitaciones o de absolutos.
De forma paralela estaba Nietzsche, filósofo y
filólogo que destroza el panorama cultural, definitivamente y sin ningún tipo
de piedad. Lo que hace es decir que Dios ha muerto, y esto supone la caída de todos los pilares de
la cultura occidental y la pérdida de su sociedad. Ahora que no hay un absoluto
por el qué guiarse y al que aferrarse, lo único que puede hacer el ser humano es
buscar el camino del cambio y avanzar por su propia cuenta. Lo mismo va a pasar
con la literatura:
se acabaron las normas y las guías, nada es absoluto y no hay sistemas infalibles. Ya no hay por qué
recurrir a lo superior porque las reglas se han roto, y por fin somos libres.
De estas ideas nacerá lo que más tarde se denominará “positivismo científico”, con el que
evolucionarán genios como Saussure y sus teorías de significantes y
significados.
Un pensamiento parecido al de
Nietzsche es el que va a tener Freud, pero más orientado hacia la trascendencia. Él lo que dice es que nuestro yo, es decir, nosotros,
nos vamos formando por una conducta
determinada y una serie de recuerdos
que se han sucedido durante nuestra infancia. No podemos estar seguros de nada
porque hemos descubierto que el mundo no es circular y que la vida tiene un
fin. No conocemos el motivo de nuestros actos, pero aun así actuamos, porque
ese es el motivo de nuestra existencia: la mutación y el
cambio. La idea de mundo
es otro pilar absoluto que va a derrumbarse. Se dan cuenta de que está en
constante movimiento e influencia por lo que no es algo que esté fijo. Con la
llegada de la libertad
ha muerto el alma y con la llegada del nuevo presente van a basar su vida, y
sus textos, en el “carpe
diem”. Ahora toca vivir el presente porque no tiene sentido pensar en un
pasado o en un futuro. Somos
el momento.
Lo que ocurría con la época
moderna y posmoderna es que están muy
juntas y los cambios son difícilmente apreciables. Sabemos que antes todo
estaba orientado hacia lo trascendental y que las acciones realizadas iban
destinadas a fines últimos a los que se trataba de llegar siguiendo reglas
perfectas y cartesianas. Pero esto ya se ha acabado. Cuando llega la modernidad
se van a dar cuenta de que ya
no hay certezas en el mundo, de que nada es seguro y que vivimos en una
constante duda. Ni siquiera van a saber si ellos mismos existen, van a destruir la idea del ser
y van a verse como fenómenos
que existen en el mundo, pero que realmente no son. Autores como Heidegger dirán que somos simplemente nuestra relación con el tiempo, y nada más. Pasan
a ver un mundo eterno, donde todo es desconfiable y donde además sufrimos
porque sabemos que estamos limitados por una muerte que no se sabe cuándo va a llegar. Sin
absolutos ni hay guías ni reglas, y esto supone un gran cambio en la sociedad y
en el panorama literario. Todo ha perdido el sentido, solo hay caos en el mundo. El idealismo acaba de caer
con la religión, que han perdido toda la credibilidad. Es el momento de sospechar de todo, de
hacerse preguntas y
de darnos cuenta de que en realidad no somos nada porque al ser fenómenos nada
de lo material que hay a nuestro alrededor sirve.
Wittgenstein
va a decir que para acabar con todas estas dudas tenemos que fiarnos del lenguaje, pero luego se
da cuenta de que éste es más complicado de lo que parece y que presenta
demasiadas contradicciones como para ser creíble. Entonces cambiará de opinión
y se dará cuenta de que en realidad lo que habían estado haciendo los filósofos
era hablar de lo mismo todo el rato, pero no se entendían. Por eso hay que
crear un lenguaje único
y perfecto para que todos podamos entendernos entre si y avanzar hacia el cambio. Va a tener gran
influencia de Sartre e inspirará a Derridá y sus teorías deconstruccionistas.
Sobre sistemas también va a
hablar Habermas.
Dice, que al haber estado rodeados siempre de sistemas sospechosos hemos vivido engañados. Pero ahora con
la ventaja de que el ser humano es independiente nos hemos dado cuenta, así que
ha surgido el diálogo
entre sistemas. Hemos avanzado hasta encontrar nuestra posición en el mundo, y
ahora toca moverse de nuevo.
Cuando antes hemos dicho que las
ideas de Wittgenstein influirían en Derridá, no hemos tenido en cuenta que con ideas similares y
mucho antes se encontraba Proust.
Lo que dice el alemán es que el tiempo es pura deconstrucción y que lo único que busca es empezar
de cero. Lo que hace entonces es crear tiempo en la novela, para retirarse a ella y gozar del placer que le produce a
la vez que crea nuevos conceptos.
De aquí es de donde va a sacar Derridá la deconstrucción
(cualquier afirmación u
objeto lingüístico es deconstruible. Todo puede ser transformado por su contrario).
Podemos observar que Proust lo lleva todo más orientado hacia la idea del tiempo, y Derridá lo aplica a la obra.
La idea judeo-cristiana del tiempo va a ser muy
diferente a la que había en Grecia. La idea del mundo clásico era circular y se
movía en cadena. Cuando una acción mala se realizaba, esta desencadenaba una
hilera de nuevos males de los que no te salvabas nunca porque siempre estabas dando vueltas en
el mismo círculo. Sin embargo, ahora se dice que el ser humano es malo por
naturaleza y que debe pasar la vida purgándose hasta llegar al cielo, donde
tendrá lugar un juicio final que determinará su destino.
Nos vamos dando cuenta de que
este movimiento está plenamente determinado por la etapa histórica en la que se
desarrolla. En esta época los nacionalismos estaban tremendamente vigentes y el historicismo
comenzaba a hacer mella en los pueblos, que habían pasado de entender el
nacionalismo de forma incluyente, como una forma de superación de unos sobre otros. Ahora es
cuando se empieza a calentar el panorama histórico y se van abriendo y librando
las primeras guerras, se vive por primera vez una situación devastadora en todo
el mundo, lo que hace que la sociedad
sea pesimista y
desconfiada. Todo ello lleva a la caída del idealismo y a la perdición. Para ellos
el ser humano simplemente va a ser
un ser en el tiempo que debe vivir el momento que le ha tocado vivir. En
cambio, autores como Sloterdijk,
Boudrillard o Debord, partiendo de las ideas de Heidegger, estarán de
acuerdo en que hay que conseguir empezar de cero. La idea del “aquí y ahora” va a ser su principal guía y creen
que su misión será la de salvar
la literatura. Si Hitler ha sido
el mayor de los idealistas, ¿qué nos espera?, ¿hay salvación para la
literatura? Están muy inseguros. Debemos estar en continuo estado de alerta mental para ver
las debilidades del mundo que nos rodea y poder atacarlas para así destruir
todo el sistema y poder reconstruirlo de nuevo. Por supuesto, habrá autores
menos radicales, como Vattimo,
que a partir de las teorías deconstruccionistas de Derridá o de Proust, va a
decir, que sí, que el mundo necesita un cambio pero que tampoco podemos dudar de todo ni evitar los absolutos.
Solo tenemos que aprender
a vivir y a transformarnos con nuestra nueva libertad.
Muchos de ellos van a ver la
vida como una imagen,
un simulacro.
Quieren romper con este teatro en el que han estado viviendo, desmantelar todas
las mentiras que los han rodeado para poder renacer. Alguno dirá que la bomba
atómica es la única capaz de hacer esto, que es la perfección en su máximo auge
porque es la única que con su efecto es capaz de crear el cambio inevitable.
Para la construcción de la obra también surgirán nuevas ideas. Por ejemplo,
Joyce buscará el
aspecto más lineal de la misma, donde su estructura será plenamente lineal y no habrá nada
que esté ni por encima ni por debajo de otros elementos. La obra es muy importante
porque va a ser la testigo del cambio. Secundando estas ideas aparece Kafka, un autor igual de
lineal pero mucho más angustiado. Con él nos llegan las sensaciones de incomprensión, pérdida de la posición en el
mundo y el antihéroe.
Los personajes van a vivir en un mundo ordenado donde se sienten perdidos y
donde tratan de encontrar su propio yo. En cambio, se dan cuenta de que el yo es más complejo de lo
que parece y que depende solamente de uno mismo.
Respecto a la sociedad del momento, vamos
a ver que además de ser pesimista y estar perdida va a atacar directamente
contra los sistemas democráticos que la componían. Para muchos, como Zizek, el problema ha
sido el ataque tan brutal que ha sufrido la cultura. La sociedad democrática y el capitalismo
han hecho que la sociedad no respete la cultura, como dirá Umberto Eco, hace que
todos tengan derecho a opinar cuando sus opiniones muchas veces son
irrelevantes. Ahora el mundo está dividido en apocalípticos, que creen que la cultura está
definitivamente perdida y que solo queda sentarse a mirar como terminan de
destruirla los integrados,
que son aquellos que no respetan la cultura pero aun así tienen acceso a ella.
Estos últimos creen que el arte cultural es solo para burgueses elitistas que
se refugian en ella porque no consiguen encontrar la felicidad.
-
Kitsch: los apocalípticos toman textos que han tenido éxito en la
élite, y los dejan como iconos, provocando
modelos o modas sociales, que la gente sigue sin apreciar su belleza.
Como otro hecho relevante está el auge científico del
momento. Ahora que no hay nada absoluto hay que buscar la verdad de las cosas y
esto solo puede hacerlo la ciencia porque nunca falla cuando da respuestas. Las
ciencias nos ayudan a comprender
el mundo y a explicar todos los porqués que hay en él. Estamos en el
momento de desconfiar y de dudar (Lyotard), pero debemos guiarnos de la ciencia para que nos ayude
a evitar los absolutos
engañosos que han estado rigiendo nuestra vida.
IDEAS CLAVE
-
Búsqueda de lo fiable.
·
Veracidad de la ciencia.
·
Fenómeno.
§ Método científico.
§ Trascendental.
-
Caída de absolutos.
·
Marx.
·
Nietzsche.
-
Mundo.
·
Mutación y cambio.
·
Carpe Diem.
·
Libertad.
§ Perdición.
§ Caos.
§ Duda.
-
Tiempo.
·
Muerte.
·
Límites temporales.
·
Deconstrucción.
-
Sistemas.
·
Conflicto.
·
Diálogo.
·
Empezar de cero.
-
Lenguaje común.
·
Fiable.
-
Nacionalismo excluyente.
-
Construcción de la obra.
·
Lineal.
·
Personajes perdidos que se buscan a si mismos en el mundo desordenado.
-
Sociedad.
·
Apocalípticos e integrados.
§ Kitsch.
5. El
Formalismo ruso
En
Rusia, y en Europa en general, se estaba desarrollando un periodo de cambio
tanto social como cultural. Este movimiento va a fraguarse de Escuelas como la
de Moscú o la del OPOJAZ, que surge en oposición a la primera. Por su parte, el
Círculo Lingüístico de
Moscú va a estar muy influenciado por Saussure y su teoría del
significante y el significado, que la tomará Jacobson para muchos de sus
estudios. En cambio, la OPOJAZ,
aunque también va a estar influenciada por Saussure, va a estudiar la
literatura desde un punto de vista más lingüístico, hablando de las
particularidades del verso ruso.
La poesía rusa va a ser tremendamente simbolista, de aquí que Lenin se aproveche
totalmente de la literatura y vaya abriendo paso a la revolución rusa a través
de la ella, ya que era partidario de que la lucha de clases se representase de
la misma forma en los libros, tan real y tan veraz, como lo hacían con la
naturaleza. Será Stalin
quien tome el relevo de estas ideas pero de forma mucho más radical, diciendo
que de lo único que debe hablar el texto es de la lucha del proletariado y del
fin de la burguesía y su capitalismo. El pueblo debe luchar y esa lucha debe
estar reflejada en la literatura, y es más, esta debe incitar al pueblo a
seguir la revolución comunista. Por este motivo, los formalistas, al preocuparse solo de la forma y
de la estética del texto, van a ser tremendamente criticados y tachados
de burgueses, por lo que tendrán que exiliarse. De ahí, que se vayan a Praga,
donde formarán el Círculo
de Praga, que integraba autores como Jacobson, Kristeva o Todorov, que
viéndose exiliados e influenciados por la fuerza de los ismos y las
vanguardias, van a dedicarse a estudiar el verso checo, al igual que lo habían estado haciendo con el ruso.
Lo que
más va a renovarse y donde más va a notarse el cambio, va a ser en la poesía y en la narrativa, ya que ambas van a ser el objeto de estudio de los
formalistas. Para ellos lo único que va a importar es la escritura. La relación
entre el poema y el autor se hace mucho más íntima, es decir, se busca saber qué es lo que ha provocado al
autor a estructurar la obra como lo ha hecho, y que quiere transmitir al lector
de esa manera. Además de poetas y escritores, también van a ser
lectores, se van a interesar por las obras y van a absorber su esencia, porque
también les interesa mejorar las suyas propias. Otro de sus principales
objetivos va a ser el conseguir estudiar la obra de manera científica. Quieren que la obra sea
pura acción, que las palabras sean estudiadas una a una porque todas tienen una
intención que debe ser destapada. La belleza
real del texto está en su forma, que es lo que se encuentra por encima del
concepto (esto es muy contrario a la Edad Media). Así, estos autores exiliados,
como Sklovski, que poco a poco irán abriendo las puertas del
estructuralismo, van a centrarse en la creación científica de la obra literaria.
LA
FORMA: La forma
está por encima del concepto, y sin lugar a dudas al contrario que lo
que ocurría en la Edad Media, va a ser el principal objeto de estudio junto con
las intenciones del autor. Antes lo que importaba era el concepto, pero
ahora va a ser el texto en sí y la forma que tiene. Sin embargo, este concepto
es más complejo que eso: vamos a tener dentro del mismo una forma interior y
una forma exterior. La forma exterior
es la que está formada por los elementos sonoros, es decir, los fonemas que componen el texto,
y en la interior, vamos a encontrar
todos estos sonidos realizados y ordenados en formas de conceptos que darán estructura al texto. Solo el concepto es algo banal, sencillo y
demasiado breve. Sin embargo, la forma es
la belleza, es lo que le da fuerza al texto, lo que crea el concepto y lo que
le da vida, por eso para su estudio debemos partir siempre de la misma. La
forma, aunque sea más importante, va a estar ligada al concepto, y mediante la
creación de conceptos diferentes van a formar la estructura final del texto.
-
ZAUM:
la forma interior recibe el nombre
de “zaum”, y viene por el
entendimiento de la forma exterior. Es decir, cuando hemos entendido la
parte superficial del texto ya podemos pasar a estudiar la forma interior. Esta
es transracional, está por encima de la razón y viene dada por la combinación de ambas formas.
·
Literalidad: es la búsqueda de definir qué es la literatura y qué es lo literario,
y dejar claras las diferencias entre ambos conceptos, para poder reducirlo todo
a un mismo objeto
que pueda ser estudiado de manera científica. No hay que olvidar que el estudio
de la estética va a ser lo principal, lo más importante. La obra debe
mostrarnos los conocimientos como si fuese la primera vez que entramos
en contacto con ellos. Sin embargo, no debemos pensar que por que sea un arte
científico, como ellos lo entienden, no pueda haber sitio para el disfrute de la obra.
-
SHIZET:
es el final de la obra, lo que se
denomina: la dominación y
el devenir del concepto. Cuando un autor crea una obra va a usando una dominante, que es como una ley propia
que le ayuda a formar la estructura del texto, y a partir de ella, se van
creando los conceptos. En el arte es necesaria la mutación, el constante cambio. No hay nada claro
hasta el final de la obra,
que es cuando podemos entender
todo. En el discurso siempre hay cambios, es pura acción y está en constante
movimiento. Podríamos decir que el shinzet es como la herramienta de producción de este texto, el
código que
necesitamos para entender la obra. A veces, el lector dice que cuando no
entiende una obra es porque es mala, pero esto ocurre porque falta precisamente
esta dominante que nos ayude a comprenderla, porque sin ella nada tiene
sentido.
Uno de
los conceptos más importantes que van a destacar a este movimiento va a ser la desautomatización (romper con los automatismos de
la obra y crearla en movimiento). Ya habíamos visto como en el
Romanticismo los autores querían renovar lo que había creado la Antigua Roma,
ese gran Imperio que funcionaba de forma circular y que había sido totalmente
destruido. Sin embargo, aquí ya nada es circular ni estamos dominados por los
absolutos, es decir, al contrario, lo que debemos hacer es romper con el pasado y sus
influencias. Hay que acabar
con lo familiar porque nos roba el futuro, y muchas veces también
nuestro pasado. El texto debe hacer que nos sintamos extraños, que surja la duda en el lector y se
pregunte qué quiere decir el texto, por qué lo dice y cómo lo dice. Tiene que
hacernos ver el mundo por
primera vez, darnos otra visión que rompa totalmente con lo anterior. El
autor es el que debe hacer esto, y
el lector debe ser lo
suficientemente intelectual (genio) como para entenderlo. Esto va a
suponer un gran cambio en
el lenguaje y las normas del texto, que van a seguir la línea de la originalidad
y la innovación.
-
SKAZ:
de la idea de la desfamilirización,
tanto en la obra como en la idea del mundo, va a aparecer la creación literaria a partir de
las obras anteriores. La creatividad,
como decía Sklovski, es algo que se va a ver premiado. Pero para ser original
hace falta algo más que el talento y el estudio. Para llegar a conseguir ser un
autor creativo hay que ser individuales,
entenderse a sí mismo y su posición histórica y en el mundo, y después
plasmarlo en la obra. Esto, en efecto, no puede hacerse libremente, para
innovar también hay que seguir unas normas, las normas libres del juego creadas por el autor.
Sabemos que toda época tiene sus dominantes y sus tabúes perdidos, pero hay que
romper con ello, mirar hacia adelante y dejar de ser autómatas. Por este mismo
motivo la crítica no debe preguntar:
¿qué es lo que me cuenta el texto?,
sino ¿cómo me lo está contando?
Para
crear la forma del texto van a
ignorar el mundo, sus conceptos y todas sus distracciones, para poder centrarse
solamente en la estética y
su estudio. Van a ser criticados porque atacan contra lo universal, y
por tanto contra toda la ciencia que poco a poco estaba avanzando, casi como
una enemiga de la literatura. Para ellos no hay nada universal porque todo se va
desautomatizando, siempre hay nuevas preguntas, y para contestarlas siempre hay
que romper con lo familiar. Aunque al final no buscan las respuestas a ello,
sino solo la belleza
estética. La literatura
puede estudiarse como
ciencia, y es uno de los objetivos que tienen presentes en todo momento
y que pretenden demostrar.
Por lo tanto, ya sabemos que la obra tiene una forma interior y
exterior, que se guía por una regla dominante, y que busca crear la estructura
del texto a partir de desautomatizaciones que rompan con todo lo anterior y que
a su vez vaya creando conceptos. La obra, además debe transmitirnos emoción, el ansia, y el placer de crear. Eso es el arte vivo, el que provoca sensaciones
en cada página, no como el arte muerto,
ese arte inerte incapaz de provocar sensación alguna. El lector es un extraño ante el texto, porque siempre es difícil
enfrentarse a un discurso estético formado por el devenir de desautomatizaciones.
La historia
de la literatura es uno de los mejores ejemplos de desautomatización. Hemos visto como en ella los
movimientos se pisan unos a otros combaten entre ellos. Es salir una idea nueva
y al poco tiempo siempre va a salir otra contraria. Por lo tanto, el mundo
también se guía por esta norma. El autor
tiene que romper con el pasado y crear
un nuevo camino, pero eso no significa que no deba admirar a los antiguos. Todo
lo contrario, cuando crea tiene el derecho de mirar atrás y admirar lo que
hicieron con nostalgia. La crítica
literaria debe resucitar la obra, esto quiere decir que debemos tomar las
obras antiguas y volver a disfrutar con el gusto y el placer que provocaron en su día,
haciendo que aparezca de nuevo la búsqueda de lo sublime: ¿qué
es lo que hace que un texto nos produzca placer?,
¿es la técnica del autor o el gusto del
lector? Con ello también aparece el impulso del juego, la adrenalina de crear y de querer llegar a este
punto infinito. El juego es totalmente libre y es el autor el que crea las
normas. Lo único que tiene sentido para él, es el juego de la creación. Para ellos el pasado no existe porque no
produce desautomatización. El autor que piensa y actúa de esta forma es
inquieto y está angustiado, le agobia la sociedad en la que vive y la poca
claridad que hay en ella. Es una sociedad desordenada, y eso no les gusta,
tiene que cambiarlo y demostrar que hay que romper con su atomatización.
Todas
las ideas que ha ido creando el formalismo van a ser las precursoras del
siguiente movimiento, perteneciente a los siglos XIX y XX e igual de influente
y estético, este movimiento será: la
Estilística.
IDEAS CLAVE
-
Círculo de Moscú, OPOJAZ y Círculo de Praga.
-
Poesía y narrativa.
-
Estructura y forma del texto: ¿dónde
reside la belleza del texto?
-
Forma:
·
ZAUM.
§ Forma interior.
§ Literalidad.
·
SHINZET.
§ Final de la obra.
§ Dominante.
§ Desautomatización.
·
SKAZ.
§ Desfamiliarización.
§ Creatividad.
-
Estudio científico del texto.
-
Autor (genio) y lector (gusto).
-
Crítica: ¿cómo me lo cuenta?
·
Gusto.
·
Placer.
·
Sublimidad.
·
Impulso del juego.
-
Arte vivo y arte muerto.
-
Historia de la literatura.
6. La Estilística:
Para
estudiar el estructuralismo y la estilística debemos partir de la gran
influencia que tuvo el movimiento formalista, tanto en Rusia como en toda
Europa. Estos autores que veían la obra como un objeto de estudio científico,
fueron los que introdujeron la preocupación por la forma y la estética del
texto, mucho más por encima del concepto que querían transmitir. Recordemos que
la pregunta que se hacían constantemente era: ¿qué es lo que el autor me quiere decir, ¿cómo me lo
quiere decir? Una idea plenamente estructuralista, que comenzaba a
abrirse paso tanto en estos países, como en Praga o en Francia. Por otro lado
se encontraban autores como Genette
o Bartes, que aun
siendo pertenecientes a la corriente francesa estructuralista, van a
preocuparse más por la estructura novelística que poética. Este movimiento se
conocerá como la Nouvelle
Critique, pero eso es algo que ocurre más adelante y que no puede
entenderse sin los conceptos estructuralistas.
Para
estudiar la estructura de un texto
primero tendremos que analizar los elementos que lo componen, y con elementos
no nos referimos a los conceptos, sino a otro tipo de formas: como el lenguaje. Las palabras,
que son el alma del texto (Bally)
son las que crean su estructura, y esta debe ser bella. No puede haber un texto que no sea comprensible y que no
tenga unas relaciones bien
estructuradas en su forma, o que no guarde relación entre sus ideas; un texto debe estar bien cohesionado y tener coherencia, sino no hay belleza en él
y eso es impermisible. Algunos van a analizar los textos desde el punto de
vista afectivo. Para ellos el texto siempre muestra alguna parte de la
autor, y eso es lo que genera su expresión, que es lo que van a querer
descubrir. Sin embargo, esto nos plantea un problema al intentar establecer una
verdad absoluta en un
texto. No podemos analizar todos los textos de esta manera, como dice Dámaso Alonso, porque aunque hagamos
uso de la rama afectiva para interpretar el texto, solo podemos crear conceptos
aproximados de lo que sentía el autor, dado que no podemos ir a preguntarle
qué es lo que quería expresar y cómo se sentía cuando escribió ese texto. En
contraposición está Bally,
que va a seguir obcecado en buscar la belleza y en comprender la obra a partir
de la psicología del autor.
Desentrañar la estructura de la obra es un proceso complicado, y
como decíamos antes hay que tener en cuenta diversos factores. Saussure había hecho
mella con su teoría del
signo lingüístico, con el significante y el significado. Lo primero que
hay que hacer es buscar las palabras
clave del texto, establecer sus significantes y la forma de su
significado (sin dejar de lado la sintaxis), y después, situarlo todo en un contexto rodeado de todas
las figuras retóricas
que tienen influencia sobre el texto. Así, podremos hacer desaparecer la
ambigüedad que tanto complica el análisis. Como ambigüedad,
entendemos la diferencia que hay entre lo literal y lo literario del texto
(formalistas); es decir, hay que buscar los elementos que tienen una intención no real, literaria, que no son de
la experiencia del autor,
y lo que sí es literal,
lo que parte de la experiencia del mismo.
Cuando ya hayamos cumplido esta parte del proceso podemos tomar las estructuras de las obras de otros autores y
usarlas como ejemplo del discurso
literario. Cada uno de estos discursos es único, y tiene estructuras
peculiares que hacen que las obras se diferencien unas de otras, y que por lo
tanto, no puedan estudiarse de la misma manera.
Las
obras provocan goce estético, y eso
es algo que ha querido hacer el autor. Bien, pues se van a preguntar por qué, qué es lo que éste
está pensando en el momento de escribir el texto para llevarle a la búsqueda de
una sensación para
provocársela al lector. Todo parte del gusto que nos provoque una obra, y para ello, un
texto debe ser sublime. Para ellos la sublimidad es un texto bien estructurado. En
cambio, no todas las obras
pueden leerse igual, cada poeta y cada obra tienen su psicología, sus
cosas, y no podemos meterlos todos en un mismo grupo porque estaríamos tachando
muchas de las cualidades.
El análisis debe
ser individual para cada obra, y antes de elaborarlo o hacer una crítica, hay
que estudiarla exhaustivamente.
Estudiando
este movimiento desde un punto de vista menos global, empezaremos con el idealismo alemán, desarrollado
principalmente por F.
Schleiermacher. Este romántico e idealista va a buscar la interpretación
de los textos a partir de la intención
del autor, haciendo un estudio exhaustivo que parta de los métodos de la
hermenéutica tradicional
y sus reglas. Tenemos que acercarnos lo más posible al pensamiento y a la
intención del autor para entender el texto. Esto será lo que más tarde dé pie a
la estilística alemana. Esta va a
decir, al igual que el movimiento estilístico en general, que cada género al igual que cada obra, necesitan un modelo
de análisis distinto.
La idea de literalidad también va a influir en este
pensamiento, pero en vez del estudio de la forma de manera científica como
hacían los formalistas, lo que va a hacer es analizar siguiendo el mismo método,
los elementos y el lenguaje que hay en el texto,
para poder diferenciar entre su sentido literal y su sentido literario. La representación de estos elementos y su posición en el texto va a ser
algo determinante en su comportamiento y comprensión.
De la estilística alemana pasamos a la española, que también va a estar muy
influenciada por el movimiento que se estaba desarrollando en Francia. Al igual que la mayor parte de
los teóricos de esta época se van a preguntar cuál es la intención del autor y
en qué es lo que le ha llevado a la voluntad de crear.
Antes ya he nombrado a Dámaso
Alonso, pero indagando más en sus ideas, podemos comprender un poco más
en qué consistía este movimiento. Bien, lo que va a decir el escritor español
va a ser que el texto
tiene una parte sencilla y otra que es más compleja: la parte sencilla es aquella que se
corresponde con el entendimiento del significante y el significado del texto, y
la parte complicada
es aquella en la que tenemos que encontrar el origen de este texto. Aquí es donde entra la intuición y cuando
tenemos que intentar colarnos en el pensamiento del autor a partir del método afectivo.
La estilística americana va a complicarse
mucho menos que los tres movimientos anteriores, y aunque le interesa la
psicología del autor, estudiará de una forma más sencilla y práctica. Para
comprenderlo, cabe conocer las ideas de sus autores más célebres: Richards,
Winters y Ts. Elliot.
-
Richards:
este autor va a establecer un método claro y conciso sobre cómo debe realizarse
la crítica literaria.
Para ello lo único que tenemos que hacer es un estudio semántico del texto. Está claro que son
las palabras las que forman el contexto a partir de su significado, por eso no podemos entender la obra a
partir de la significación individual de los términos, sino según la
posición que estos tienen en el texto.
-
Winters:
va a romper con el historicismo y va a abogar por el estudio del texto a partir
de su crítica genética.
El texto es consecuencia de la evolución, del paso del tiempo. Yo leo una obra
hoy, pero mañana no la leeré de la misma manera. Todo está desarrollado a
partir del movimiento del sistema, por eso no podemos entender el texto solo
por la situación que tiene actualmente, sino por la evolución que ha tenido a
lo largo de la historia. Su idea consiste, básicamente, en hacer un análisis del texto a
partir de los conocimientos sincrónicos y diacrónicos que tenemos sobre él.
-
Ts. Elliot
va a proponer el método más flexible de todos. Para él la clave del éxito de la
obra está en el autor.
Es decir, cuanto más literario sea el contenido de la obra y menos influencia
externa o bibliográfica del autor tenga en ella, más probabilidades hay de que
sea más pura y original.
La estilística francesa va a desarrollarse en dos escuelas
importantísimas, y estas son: la Escuela de Tartu y la Escuela de Burdeos, junto con personajes como Lotman y Borideu.
-
Lotman:
para Lotman el texto debe estudiarse desde dos puntos de vista claves: sus
niveles y la semiosfera. Cuando hablamos de niveles del texto
nos referimos a su estructura morfológica, fónica y sintáctica, que son las que
influyen en las palabras, las que crean el concepto que después se integra en
una forma que determina al propio texto, y viceversa. Todo el contenido del texto influirá en la forma,
de la misma manera en que ésta ejercerá poder sobre el texto. Por otro
lado, está la semiosfera, que podría decirse que es
como el ecosistema en el que se desarrolla el texto. Los autores tienen una
posición en la historia y escriben en momentos dados de su vida influenciados
por los hechos que se suceden en esta sociedad. Por eso, un texto no es simplemente el
significado de sus palabras, sino también la época en la que se escribe. Debemos entender la
influencia del cine, el teatro o la pintura, entre otras, de esa época, para
poder entender el verdadero contenido del texto. De esta idea combinada con el marxismo y sus textos, surgirá la sociocrítica, o elaboración de los
textos en relación con la sociedad en la que se produce. Recordemos que de una
forma parecida entendieron Lenin y Stalin la interpretación de los textos
literarios.
Lotman (semiosfera): semiología rusa. Estudia la estructura del texto artístico. Todo en la
vida no es más que un sistema de signos. Cada persona se lee a sí mismo como un
sistema de signos y lee a otra persona como otro sistema en signos. Nosotros
somos un sistema de signos parecidos que observamos el mundo a partir de
semiosferas, es decir, otros sistemas de signos. Cada uno tiene sus signos
diferentes. Mirarnos a nosotros mismos respecto a lo que es el mundo. El
problema es qué semiosfera se está contemplando y en qué momento: de cualquier
semiosfera solo vemos el nombre, la frontera, todos los signos y hechos que
ocurren dentro de la semiosfera. Las semiosferas chocan entre sí y esto da
lugar a nuevas interpretaciones, es decir, el choque de fronteras hace que
cambie el interior de la semiosfera, para que más adelante la semiosfera vuelva
a cambiar. Todo es susceptible y analizable desde conceptos de semiosferas. Es
muy diferente de la deconstrucción, este va a decir que un texto literario es
una semiosfera.
-
Bordieu
plantea una idea mucho menos compleja, y es simplemente, la de tratar de comprender el texto en relación
con la literatura. Hay que buscar el contenido del objeto, y hacer un estudio sin pasar
por alto la influencia
artística o social.
De Francia viajamos a Rusia, y allí nos encontramos con Van Deijk, uno de los lingüistas más
influyentes de la historia, ya que fue el primero en desarrollar la idea de cómo debía estructurarse el
texto, más allá, de los métodos que tenían sus antecesores o las
corrientes que se desarrollaban en ese mismo momento. En definitiva, un texto
va a estar formado por varias partes:
-
Macroestructura: son el conjunto de oraciones
simples que forman el texto.
-
Microestructura: es la encargada de formar los sentidos
parciales del texto.
-
Estructura: suma la microestructura y la
macroestructura y tendrás el contenido final del texto.
-
Supraestructura: son los rasgos que determinan
las clases del texto en función de su categoría genética, es decir, a
partir de lo inconsciente.
El Grupo de Lieja, también ruso, va a compartir las ideas de este
lingüista, y también abogan por la organización de las figuras literarias (tropos) en niveles, para después analizarlos con ayuda de la
retórica, siempre
vigente en el discurso.
La desautomatización va a seguir pisando fuerte en el desarrollo de la
estilística, pero ahora su punto de vista ha sufrido un cambio. Antes consistía
en romper con la automaticidad del texto, pero ahora además, quiere
provocar giros inesperados
en la obra que tengan al lector
en constante tensión para así asegurarse su atención. Esto también se conoce como la política del desvío, distracciones provocadas por el autor. Tanto la estructura como estos
desvíos forman parte de la experiencia
del autor. Algunas veces crea los desvíos de forma intencionada, pero cuando no
es así, el autor nos abre las puertas de su mente, de sus miedos y obsesiones, que también
influyen en la obra. Cuando estudiamos desde esta perspectiva, buscamos
entender la personalidad del autor, lo que sería su personalidad
poética. Es importante aplicar el formalismo al comportamiento del autor para entender
la obra.
Respecto a la idea del género literario no va a haber nada
claro. Autores como Kaiser
dicen que no hay método de estudiar la estilística. Simplemente sabemos que hay
tres bloques genéricos,
que son el épico, el lírico y narrativo, que tenemos una situación histórica que
influye en el texto y que para entenderlo debemos realizar un análisis formal. Sin
embargo, hay un grupo de anónimos
y aislados, que no tienen género y que tampoco pueden enseñarse. Por lo
tanto, el género solo
puede agrupar textos similares. Kaiser dirá que aprehender el estilo de una obra significa
aprehender las fuerzas que dan forma a su mundo, y así llegar a conocer la
estructura informe e individual.
IDEAS CLAVE
-
¿Qué es lo que el autor me
quiere decir?, ¿cómo me lo quiere decir?
-
Estudio de la estructura del texto como objeto científico.
·
Análisis a partir de los elementos de la obra: las palabras, la
coherencia y la cohesión.
·
Análisis afectivo.
·
Belleza.
·
Ambigüedad.
-
Goce estético y sublimidad.
-
Estilística alemana:
·
Idealismo.
·
Literalidad.
·
Elementos del texto.
-
Estilística española:
·
Voluntad de crear.
·
Partes del texto.
·
Intuición y método afectivo.
-
Estilística americana:
·
Richards.
·
Winters.
·
TS. Elliot.
-
Estilísitica francesa:
·
Lotman.
§ Niveles del texto.
§ Semiosfera.
·
Sociocrítica.
·
Bordieu.
§ Comprender el texto en relación
con la literatura.
-
Estilística rusa:
·
Van Deijk.
§ Estructura del texto.
·
Grupo de Lieja.
§ Tropos.
·
Desautomatización.
§ Política del desvío.
§ Personalidad poética.
-
Género literario.
7. La Ficción:
Las teorías de la ficción son algo más
complejas de lo que parecen, ya que funcionan continuamente de una forma tan
paralela, que a veces nos cuesta diferenciar qué es lo real y qué es lo ficcional. Esto puede
costarnos a nosotros, y mucho más, cuando las ideas se reflejan en el texto.
Los textos ficcionales no tienen por qué buscar estrictamente la realidad, y de hecho no
va a ser lo que van a buscar, sino que van a querer entenderla. La realidad
está fuera de nosotros, no tiene sentido. Somos nosotros los que construimos la
realidad y los mundos ficcionales.
Van a partir de la idea de que no hay planteamientos filosóficos para las
cuestiones, lo único que hay es una entelequia,
formada de la unión
intelectual entre varios niveles de ficción, a la que podemos dirigirnos como
realidad. Pero mucho cuidado, no hay que entender la ficción como
realidad porque si lo hacemos, además de estar equivocados, estamos perdidos.
El objetivo va a ser, estudiar la realidad a partir de la ficción, ¿pero
cómo?, muy sencillo: vamos a tomar
la ficción y la vamos a entender como realidad. Es como querer entender
algo sin decir lo que se quiere entender, como jugar con sinónimos y
paralelismos. Lo que no debemos olvidar nunca es que lo ficcional, por próximo a la realidad que
sea, no existe.
Para evitar perdernos y confundirnos
con estas teorías tenemos a Dolezel
y a Leinitz, y su Teoría de los mundos posibles. Los
mundos posibles son aquellos mundos
que podrían haberse dado, que no se equivocan, que son. Son necesarios, porque son
alternativos a la realidad y los necesitamos para comprenderla. Estos mundos se
guían por una serie de reglas
que debemos cumplir, son como las reglas del objeto que tenían los modernos,
son necesarias para hacer funcionar la coexistencia entre los dos mundos. Partimos de la
idea clara de que tenemos un mundo
natural, nuestra base, de la que parte el mundo ficcional, el mundo alternativo al que
huimos. Hay que tener cuidado con la ficción porque te atrapa, es como un imán
que además te hipnotiza y te envuelve, haciendo que confundas entre la realidad
y la ficción. Consigue perderte. Tenemos que tener muy clara la diferencia de
los dos mundos y nuestra posición
en cada uno de ellos, ya que no debemos olvidar que el beneficio de huir al
mundo de ficción, viene dado por nuestra existencia en la realidad natural.
Pero, la pregunta va a ser: ¿cómo
podemos crear textos partiendo de estas ideas?, y es más, ¿qué fin tiene el autor? La clave está entre la
estrecha relación entre los mundos posibles y la forma que tienen de
interactuar con la realidad. Para no perdernos, y ahora centrándonos en la idea
del texto, además de las reglas vamos a necesitar una serie de referentes
textuales que nos vayan recordando de vez en cuando nuestra situación con respecto
al texto. Estas referencias son las
que funcionan como pasaporte
de ida y venida entre los mundos, y las podemos encontrar en la forma
externa y en la interna. En el ámbito externo
están todas las ideas referentes a nuestra realidad natural, a lo que de verdad existe, y las
ideas internas nos aclaran lo que va diciendo el texto.
La diferencia es que las ideas externas funcionan de forma diacrónica,
es decir, que tienen un avance continuo en el texto, mientras que las internas
funcionan de manera sincrónica, en puntos concretos del texto. Esto es
lo que se conoce como el marco de
referencia del texto.
Partiendo del marco de
referencia interno se han intentado establecer juicios de valor sobre el análisis del texto, pero esto es un
error, porque solo hay dos formas posibles de analizarlo: primero hay que
entender las reglas
que emplea el texto y guiarnos por ellas, y después, cuando tenemos el control
tenemos que hacer chocar las ideas
de los dos mundos. Me interesa el comportamiento de las cosas ficcionales porque no ocurren en el
mundo real. A veces parece que la
realidad no funciona como yo quiero, parece que no quiere cambiar, pero esto no
es así ya que poseemos una entelequia
que provoca cambios en nuestro punto de vista pero no en la realidad. Además de todo esto,
podemos hacer uso de procesos de
semantización, que permiten al lector aferrarse a elementos que le
ayuden a entrar en el campo de referencia interno de un texto. Para ello
será necesaria la competencia lectora,
esto es, el conocimiento
del marco referencial externo que yo tengo y que por lo tanto, me transportará
al marco de referencia interno.
Al margen de la literatura
ficcional están la literatura fantástica, la literatura maravillosa y la
ciencia ficción, con sus diferencias y similitudes entre ellas.
-
Literatura fantástica: lo que hace es mostrar mundos
posibles pero rompiendo
totalmente con la realidad.
Esta ruptura no nos deja tranquilos y provoca un trauma en el autor, que va a ver estas
explosiones literarias como situaciones imposibles que rompen todos los
esquemas y el lenguaje que compone su entorno.
-
Ciencia ficción: La ciencia ficción hace algo
parecido, pero siempre hay una explicación en ella. Consiste en desarrollar la literatura
de la misma manera que lo hace la fantástica, provocando un trauma en el
lector, pero sin atentar
contra las leyes de la naturaleza.
Tengamos en cuenta que cuando
estamos hablando de trauma, hablamos
con la ruptura de las leyes que rigen el universo, poniendo por encima lo sobrenatural e imposible.
-
Literatura maravillosa: va a romper con la naturaleza y se va a guiar
por la sobrenaturalidad, pero no va a provocar
traumas en el lector, como hacen la ciencia ficción y la fantasía. Lo
único que busca es la provocación
en el lector. El texto debe provocar sensaciones, miedo y emoción en el autor,
debe hacerle sentir la obra, hay que conseguir esa catarsis que te lleva directo a lo sublime, al
infinito y al placer de leer y crear.
IDEAS CLAVE
-
Diferenciar entre realidad y ficción.
-
Entelequia.
-
Teoría de los mundos posibles.
-
Texto:
·
Creación.
§ ¿Cuál es el fin del autor?
·
Marco de referencia.
§ Externo.
§ Interno.
-
Análisis del texto:
·
Reglas.
·
Ideas.
·
Proceso de semantización.
·
Competencia lectora.
-
Literatura fantástica:
·
Trauma.
§ Sobrenatural por encima de lo
convencional.
-
Ciencia ficción:
·
Trauma con explicación.
-
Literatura maravillosa:
·
Provocación.
·
Catarsis.
8. La Nueva Crítica y el Estructuralismo
La Nueva Crítica es un movimiento que surge
en Estados Unidos a principios del siglo XX, pero no forma un conjunto común,
no hay un conjunto de reglas. Al mismo tiempo en Estados Unidos, en muchas partes, aparecen artículos y
tendencias comunes, que comienzan a juntarse y a seguir una misma línea. Es
importante saber que estos no
conocían el formalismo ruso. El origen del estructuralismo es checo y ruso, aunque después se extiende.
No
importa la intención del autor, no hay que buscar lo que el
autor quiere decir porque a veces el autor no quiere decir nada. Esto teniendo
en cuenta que muchos de ellos son poetas, como TS. Elliot, que defienden la autoridad del texto
por encima de cualquier otra cosa.
-
Falacia a la intención: no hay que buscar la intención del autor.
-
Falacia a la interpretación: los textos no pueden interpretarse en
función de la persona, y tampoco hay lectores concretos para cada autor. Es el
autor quien busca la sensación de los lectores, y entre las opiniones comunes
de todos ellos, surge la interpretación final. Sin embargo, no podemos entender
esta interpretación como universal, ya que al ser subjetiva y partir de la
percepción, no es válida para la crítica o el análisis del texto. Todo depende de lo que el autor quiera
hacerte sentir. Hay que buscar una ciencia en la literatura, puesto que hay unos
objetivos reales que parten de un método, podría decirse, a lo que fue el
cartesiano. Deben buscar los mecanismos que ha
utilizado el autor para crear el texto, para así poder hacer una interpretación.
-
Falacia impresionista: la falacia de que el crítico debe explicar lo que dice la obra sin
ningún método, es evitar que el crítico hable de una obra sin haberla
estudiado y sin haber conocido su técnica, sus influencias, etc. Hay que
trabajar sobre el texto.
Todo el mundo tiene derecho a dar su opinión
y a preguntar, lo que ocurre es que no todas las opiniones valen lo mismo. La Nueva Crítica es la
mayor atacante a esta idea.
-
No importa la intención del
autor: falacia a la intención, interpretación e impresionista.
-
No todas las opiniones valen lo
mismo.
La influencia de la Nueva Crítica en Europa
y Estados Unidos, hace que todos sus
métodos se hagan propuestas. Al mismo tiempo surge un campo que estudia
las teorías de Saussure (semiótica,
signos, lenguaje). También en antropología comienza a estudiarse el desarrollo del hombre, con Levi Strauss entre otros, a partir del desarrollo
científico. Se empiezan a estudiar científicamente la sociología y la
psicología. Todo se
estudia como si fuesen un conjunto de sistemas relacionados entre sí, es decir,
una misma obra puedo estudiarla desde todos estos puntos de vista. Por lo tanto el texto se convierte en una compleja estructura en la que hay muchos factores que influyen al mismo tiempo.
La estructura del texto casi no se
puede dibujar porque es demasiado complicada y tiene muchas interpretaciones,
pero no es infinita, puesto que como dicen ellos: los textos solo dicen unas cosas determinadas y van en dirección a unos
lugares determinados.
-
Estudios científicos aplicados a
los textos.
-
Estructura del texto finita en
dirección y contenido, compleja, y formada por muchos factores.
-
Estudiar el texto desde el punto
de vista de los factores que lo forman.
Todos estos críticos, que son gente culta e
informada, hacen mezclar todos
los textos para que con todas sus posibilidades encuentren la estructura final
que lo compone. De esta forma fundaran un movimiento que se conocerá
como estructuralismo. El movimiento definitivo y el
más grande de la teoría de la literatura, el más criticado y el más influyente.
De hecho sigue en uso.
El estructuralismo consiste en poseer la facultad de encontrar todas las
facetas que componen un texto y así poder definir su estructura, por
mucho que sea un proceso complicadísimo. El estructuralismo permite decir que
ciertas interpretaciones están equivocadas, puesto que el texto
no las dice. El estructuralismo habla de la interpretación de la obra, no de la percepción que esta provoca en
el lector. Ahora, ¿las obras se leen de
manera prescriptiva o descriptiva? La respuesta es, que es totalmente descriptiva. No hay una
manera de leer una obra, solo dice que tú interpretas el texto, pero que eso no
es lo que el texto dice realmente, es una percepción. No se puede mentir sobre el texto o dar
opiniones subjetivas, que además podrían ser equivocadas. Propone leer los textos a partir de
lo que dicen y de todo lo que puede influir en lo que dicen. Los textos se leen de manera descriptiva, esto
quiere decir que cuando el lector lee un texto lo que saca de él, digamos como
conclusión, es solamente una percepción subjetiva. Esto quiere decir que no
podemos interpretar los textos en función de las percepciones del lector, sino
a partir de todo lo que dicen y de los factores que les afectan. Por lo tanto,
la interpretación del texto será objetiva, mientras que la lectura de la obra
será una percepción subjetiva. No desprecian el sentido de su época, sino
aquellos sentidos que no concuerdan con el texto. Esto es el rigor científico. Las teorías no
se hunden, se complementan: no es que la manera antigua de hacer las cosas sea equivocada, es que ha
surgido una nueva que permite otra mirada y que contiene más información. No es
la intención del autor lo que manda.
El movimiento se va a extender de los años 30 a los 80, y hoy en día también podemos notar su influencia en la
enseñanza.
Uno de los estructuralistas más importantes
es Umberto Eco, que
explica las bases de la literatura y
que tiene unas bases para su interpretación.
Solo se dedicará a la semiótica, o estructuralismo burdo. Su obra más importante es “Tratado de la semiótica general”.
Otro gran autor famoso es Roland Barthes, francés, que
también acabó en la semiótica y la deconstrucción. Y por supuesto, Genette, otro francés. El
grado cero de escritura es el grado de escritura
más pura, y a partir de ahí salen nuevos niveles, desarrollados por la
retórica, y demás influencias. La obra
debe tener una escritura pura, que haga que su estructura sea bella. Esto
quiere decir que debemos entender la escritura de la obra desde su grado cero,
desde el inicio, y una vez entendido esto, podemos hacer uso de la retórica,
las influencias que recaen en el texto, y otras herramientas, para terminar de
interpretarlo. Estudiará el cine, la fotografía, todos los ámbitos, y todos aplicados después a la teoría
de la literatura. El estructuralismo
es la función de disciplinas que en principio no tienen nada que ver, de mentes
totalmente especializadas. Es
la forma de ver el mundo en la que todo está relacionado con todo.
Hacia los años 70-80 va a surgir la idea de que el estructuralismo no vale, por
diferentes motivos y teorías que quieren hundirlo. Uno de los teóricos que atacó por completo el
estructuralismo fue John
Austin, un lingüista que se pregunta sobre el lado práctico del lenguaje. Los estructuralistas nos habían hablado
de la lengua y el lenguaje, lo que les había llevado a la competencia lectora (cuanto más competencia literaria tenga, mejor podré sacar
interpretaciones válidas de la obra, y mejor podré disfrutarla). Él dice
que estudiamos demasiado la lengua y poco el habla, que es lo que realmente influye en la vida. Se da cuenta de
que hay formas de hablar que se escapan de la estructura del lenguaje. Hay palabras que no solo informan
sobre la realidad, sino que construyen una realidad diferente. Las
palabras crean legitimidades y autoridades que siempre andan creando. Esto lo
cuenta en su libro: Cómo hacer cosas con
palabras. El acto del habla puede cambiar
la realidad. Estos actos del habla tienen tres fases:
-
Locutivo: el hecho del acto. Puede
analizarse como el acto.
Implica lo que el acto hace.
-
Ilocutivo: creación, ¿qué se crea? es
la consecuencia del acto
(sus conclusiones, sus ideas). Crea consecuencias en el acto del habla.
-
Perlocutivo: fenómeno del hecho sonoro.
Todo es un acto del habla, todo cambia el
mundo, todo tiene una consecuencia locutiva y perlocutiva. La literatura es un acto de habla
fingido. Hay muchos autores que además consideran que es el más complejo, por eso lo que más me
interesa es lo que el acto
crea y como es percibido
después de haber sido creado. El estructuralismo
se equivoca cuando dice que hay
un sentido irrefutable en los textos, y que eso no varía con las épocas. Lo que se construye y
lo que se provoca ahora en la sociedad, es diferente a lo que provocaba.
No solo hay unas líneas que dictan lo que el texto dice, también están las
líneas del momento en que se lee. El
estructuralismo solo se basa en el acto perlocutivo para sus análisis.
Posiciones
contra el estructuralismo
-
Lado práctico del lenguaje.
o Acto del habla: locutivo,
ilocutivo y perlocutivo.
-
Van contra la competencia lectora y el rigor científico.
-
Lo que el texto dice y la época en que se lee.
Francia,
1969
En los años 40 y 50 se desarrolla gracias a la Escuela de Frankfurt un nuevo conjunto de ideas, que van a partir
de lo que fue el marxismo. En el marxismo
la literatura tiene que centrarse en la lucha de clases. La Escuela de
Frankfurt empieza a hacer análisis literarios viendo en qué textos se lucha contra el sistema
político, y en cuales se esconde este problema. Ellos creen que cuando
un crítico literario se centra en la
estética, es porque
está escondiendo esta situación. La literatura sirve para activar a todas
las personas, por eso, todos los textos que son estéticos se consideran
burgueses y que están a favor del empresario de la época (tener en cuenta el
contexto de la lucha de clases). Es la lucha entre la actitud estética y la actitud política.
Otra de las
cosas que denuncia es que con la llegada de la democracia a la cultura, la literatura se ha empobrecido, y ya no
se sabe distinguir qué es el arte. Theodor Adorno va a decir que el arte debe ser la negatividad hacia algo, debe ser
el enfrentamiento con algo (hay una red de desautomatización), tiene que ser un golpe
intelectual que te obligue a luchar, tiene que ser político, y si no lo es, no
puede eliminarlo. El arte que no intenta pelear contra lo establecido, las
injusticias y los problemas del ser humano, no es verdadero arte, puede ser dos
cosas: puede ser distracción
del pueblo o puede ser propaganda. La literatura debe suponer un esfuerzo intelectual y realiza
también una construcción intelectual. El gran arte debe ser difícil, tiene que costar
a la persona, no la puede dejar indiferente. El arte no está para causar placer, el arte está para provocar.
Todos los análisis marxistas van a buscar en los textos cómo defienden unas
clases u otras. En estos países donde la cultura está valorada, y los burgueses
se aprovechan de ella para hablar de ellos mismos.
En este
momento también está Sartre,
que propone el término de la literatura
comprometida: la literatura debe ser comprometida porque el escritor tiene un compromiso. A él le llegan a hablar, se
le lee, se le presta atención,
se le critica, el escritor puede hablar y esta es su obligación, en sus manos
está crear el debate. Aquel que decida callarse ante lo que ocurre es un
cobarde, porque él puede hablar, y si se calla está dejando que gane el
poderoso. Piensa que hemos caído en una fiebre en la que la cultura se ha hecho para los poderosos, los más altos eventos
culturales son caros, pero es que además se ha puesto de moda ser culto. Los formalistas y los estructuralistas han estado
sometidos a la burguesía,
porque han evitado la provocación de los textos, y solo han mirado la forma, la
estética, lo bello, ha hecho que no se dé importancia a la verdadera lucha, al
verdadero contenido
provocativo del texto.
-
Influencia marxista.
-
Lucha entre la política y la
estética.
-
Democracia de la cultura.
o
Cultura de los poderosos.
-
Provocación del arte.
o
Literatura y autor
comprometido.
Jauss e Iser: estos profesores de universidad se
hacen famosos y sobre todo el primero trata una conferencia sobre La literatura de la provocación, es un
ataque brutal contra el estructuralismo y las escuelas ideológicas de la
literatura.
Para Jauss la literatura no es solo lucha
política, también es belleza.
Los que se dejan arrastrar por la obra de arte sin pensar son unos frívolos, y
en esto se basa la industria textual, de forma que pueden ganar dinero. La experiencia estética depende del
receptor, por lo que el estudio
que nos ofrece es el estudio de recepción.
Teoría de la recepción: Yo puedo
estudiar qué ocurre cuando leo un texto y puedo hacer la lucha
política de forma independiente. En primer lugar, la literatura no está al servicio del luchador y el guerrillero, está para todos. Adorno va a decir que la experiencia estética, es decir, la sensación
por la que acudimos al arte, queda provocada
por el choque ideológico (Jauss,
dice todo lo contrario).
Experiencia estética: La experiencia estética es la
sensación por la que acudimos al arte. Adorno va a decir que acudimos por el
choque entre ideologías, mientras que Jauss, va a decir que parte del receptor.
-
Horizonte de las expectativas:
Un texto nos gusta o no en función
de si cumple las expectativas. Es decir, toda la sociedad se acerca a un texto
que está dentro de su horizonte de expectativas, y este horizonte está formado
por: la política (relaciones de
poder, de pareja, comunitarias), la idea de polis, el encuentro y negociación de las necesidades de cada uno, la moral,
la ética y la religión. Este horizonte va cambiando con las épocas, porque el
horizonte solo satisface las necesidades
de la época en la que se encuentra, no en las demás. Cada sociedad busca en la obras sus obsesiones, o al menos la búsqueda de preguntas, no de respuestas.
La distancia estética: es la diferencia entre los
horizontes de expectativas de distintas épocas. El tiempo no da la razón a las grandes obras, porque estas
obras dependen de la época. Un
texto nos gusta o no en función de si cumple o no unas expectativas. Estas
expectativas son las necesidades u obsesiones que existen en una época
concreta. Van cambiando a lo largo del tiempo, por eso no podemos decir que el
tiempo da la razón a las grandes obras. Tenemos que estudiar la obra teniendo
siempre en cuenta la distancia estética que existe entre los horizontes de
expectativas en los que se crearon.
Lo que
debemos hacer es una historia de la
recepción literaria. Hasta ahora los formalistas habían estado estudiando
la estructura y desautomatizando para crear otras nuevas. Y lo que hacen los
nuevos críticos es lo mismo, pero además hacen un estudio de las
sensaciones.
-
Desautomatización.
-
Estudio de las sensaciones.
Nudos
-
Nudo
geográfico: Localizaciones que
producen avances en la literatura.
-
Nudos
temporales: (89/90-05), tiene que ver con la mejora en la forma de escribir,
la mayor difusión de textos, y por lo tanto, la discusión y también difusión de
nuevas ideas.
-
Nudos
institucionales: el tipo de editorial que
aparece en un momento dado, o que visión tiene la cultura dominante.
Lo que
influye en el éxito de un libro es
multitud de factores de todo tipo, en los cuales lo formal no es algo que no
cuente. Bien, ¿qué ocurre con las obras maestras? En
principio se han estudiado esas obras y se ha demostrado que en el ámbito
formal eran buenas. Jauss
está en contra porque para él hay
grandes obras que no han sobrevivido, y otras muy malas formalmente que han
tenido más éxito que grandes obras. Las grandes obras triunfan porque a
veces estas satisfacen inquietudes emocionales que la sociedad tiene o
de las que carece. Por eso la sociedad tiene un papel muy importante.
Hay una mezcla de todo. Por tanto hay que hacer una historia de la recepción: ¿por
qué las grandes obras triunfan en determinadas épocas? Entonces va hablar
de la función emancipadora del arte,
que deja de responder a las grandes inquietudes de su época y responde a las
sociales. La obra se emancipa de su época y la traemos a la actualidad. Por eso decir que el tiempo da la
razón a las obras maestras es falso.
Jauss quiere estudiar a la persona. No importa cómo está hecho el
objeto artístico, me importa la experiencia de la persona (¿por qué ha disfrutado?). El arte es catarsis, es experiencia. La experiencia estética es
más importante que la formal, que le objeto. Lo importante está en el receptor,
no en el objeto. Lo que hay que plantearse es qué ocurre en el receptor (experiencia estética: la experiencia que se produce al
entrar el contacto con una obra de arte y que no se produce con otros objetos).
Lo que le interesa es la recepción.
Hay que responsabilizarse de la opinión. Lo que importa son las
inquietudes personales que tiene cada individuo en cada momento dado. De eso
hay una parte que se puede analizar pero en otra no. Hay que partir de conocer
la forma primero, y después el estudio psicológico, social, etc. La teoría de la recepción estudia
efectos y sensaciones, y para esto no es necesario estudiar primero la
forma. No se niega la forma del texto, solo dice que hay algo más aparte de esa
forma.
“Al final lo único que queda de una rosa es su nombre”.
La literatura es algo más que
las sensaciones que produce.
-
El estudio del texto es un
estudio de recepción.
o
Experiencia estética.
-
Horizonte de expectativas.
o
Distancia estética.
o
Historia de recepción.
§
Éxito de las grandes obras.
-
Nudos.
-
Estudio de la persona.
o
Catarsis.
o
Experiencia.
o
Opinión.
o
Sensaciones.
o
Recepción.
A Isser no le va a
importar que ocurra en la sociedad, sino lo que pasa en la cabeza del lector. Y aquí van a aparecer dos nuevas teorías:
-
Puntos de indeterminación:
en toda obra el autor deja una serie de espacios vacíos, de indeterminación,
que no quiere rellenar. Lo que hace el lector
es rellenarlos cada uno de una manera, lo que no implica que la sensación sea
diferente. En este relleno lo que hago es meter cuestiones personales,
obsesiones mías. A este proceso se le denomina concretización: vamos
construyendo, acabando de construir la obra en la cabeza. Este proceso
puede ser eterno, porque a
medida que cambia la sociedad también lo harán estos procesos. Las
obras no tienen unicidad de tema, significado o argumento, puede haber
varios. Así se produce el fenómeno de la
literatura. Al final lo que importa en la obra es lo que se diga que es la obra.
PUNTOS DE INDETERMINACIÓN > CONCRETIZACIÓN > FENÓMENO DE LA
LITERATURA
IDEAS CLAVE
1.
Nueva
Crítica
-
Texto.
·
Falacia a la intención.
·
Falacia interpretación.
·
Falacia impresionista.
-
Estudio del texto:
·
Múltiples puntos de vista.
§ Todo está relacionado con todo.
·
La interpretación no es infinita.
§ Lugar e intención determinados.
2.
Estructuralismo
I
-
Texto.
·
Mezclar todas sus posibilidades
para encontrar una estructura final que lo forme.
-
Interpretación del texto:
·
Percepción.
§
El análisis debe ser objetivo.
§
Lectura descriptiva.
§
Rigor científico.
-
Objetos de estudio.
·
Bases de la literatura.
·
Interpretación.
·
Semiótica.
·
Deconstrucción.
-
Escritura pura.
·
Grado cero.
§
Perfección.
-
Competencia lectora.
·
Interpretación.
·
Disfrute.
3.
Estructuralismo
II
-
John Austin.
·
Actos del habla.
§
Locutivo.
§
Ilocuivo.
§
Perlocutivo
-
Escuela de Frankfurt.
·
Literatura política.
·
Democracia cultural.
§
Provocación
·
Literatura comprometida.
§
Cultura de los poderosos.
-
Jauss.
·
Teoría de la recepción.
§
Experiencia estética.
·
Lucha política.
·
Belleza.
·
Horizonte de expectativas.
§
Gustos.
§
Necesidades de la época.
§
Obsesiones.
§
Distancia estética.
·
Historia de la recepción
literaria.
§
Estructura.
·
Desautomatización.
·
Estudio de las sensaciones.
§
Nudos.
·
Geográfico.
·
Temporal.
·
Institucional.
·
Éxito de la obra.
§
Emancipación del arte.
·
Estudia a la persona.
§
Experiencia.
§
Catarsis.
-
Isser.
·
¿Qué
ocurre en la cabeza del lector?
·
Puntos de indeterminación.
§
Concretización.
§
No hay unicidad en las obras
(idea antiaristotélica).
§
Fenómeno de la literatura.
Deconstrucción, Jacques Derridá
Heidegger, habla sobre los entes, introduce el concepto de la Dekonstruktion, que se
basa en quitarle todo lo accesorio y suplementario a los entes. Esto lleva a
que todo texto es una suma
de reescrituras. Además tiene la idea de que estamos interpretando constantemente,
y esto nos lleva, vía Nietzsche, a la hermenéutica de la facilidad. Nosotros estamos
percibiendo estímulos constantemente, todos los días un montón de cosas, y es
tal la avalancha de estímulos que lo único que podemos hacer es intentar colocarlos
como mejor podamos: ante tal avalancha es imposible conocer, y si es imposible
conocer, es imposible comprender (nihilismo)..
Llega a la conclusión de que es imposible comprender y cada uno comprende lo que puede y de forma
subjetiva. Cada uno interpreta
los textos de manera individual e intuitiva y habrá tantas interpretaciones
como sujetos. Si la interpretación
es prácticamente infinita, entonces
tenemos que en realidad los textos no significan nada, sólo lo que a cada uno
le parezca. Todo
texto es simbólico y se interpreta de forma intuitiva, porque no existe
conexión alguna entre lo escrito y los conceptos que representa. El lenguaje científico
es el que puede ser interpretable como lenguaje filosófico sobre el mundo, y no
la aplicación sobre la realidad.
Dicen que la
teoría realmente no es suya, que pertenece a Heidegger, pero que es él quien la
desarrolla. La deconstrucción
es una práctica filosófica, y no es teoría de la literatura. En
principio parte de la base de que cualquier palabra que digamos implica
la percepción de lo contrario o algo ajeno, independiente de ella. Para
entender conceptos, necesito de otros que me ayuden a entenderlo de forma
instintiva, por oposición. Las palabras nos trasladan unas a otras. Los conceptos no son absolutos
para la deconstrucción, solo se presentan como oposiciones a otros absolutos que se presentan
tan ciertos como los primeros, y que en el lenguaje están todas las claves para poder
interpretarlo. Todo texto, cuando yo
intento interpretarlo, le pongo un centro y a partir de ahí planteo lo demás; pero
puedo desviarlo y cambiar por completo su sentido. Entonces el
centro se cambia por el otro. El fondo está en que realmente en un texto se
encuentra toda la discusión sobre su propio texto, y en cuanto tenga el texto
construido puedo construir otro texto encima que anule la que había construido
primero. Nuestras construcciones lingüísticas no parten de un único centro,
sino de contradicciones que están dentro del lenguaje. Todo texto lleva en sí su deconstrucción a la
que se acerca el autor a partir del movimiento. El lector ve en el texto
la mayor importancia del mundo, profundiza en el texto y es éste el que le
lleva a sitios. Precisamente si fuese el lector quien explicase el texto lo que
haría sería hacer un análisis formalista. Todo en sí conlleva a algo alterno,
es decir, sus propias estructuras
conllevan a la negación. No cree en el dualismo aristotélico. Lo que
importa es la explicación que estoy dando ahora y el efecto que va a tener en
el tiempo. El autor inicia este proceso. La deconstrucción consiste en cambiar la interpretación,
a pesar de cual sea la intención del autor. Es el texto el que nos lleva a
otros significados. No
puede haber una interpretación, cerrada, absoluta del texto. Los
deconstruccionistas literarios van a trabajar todo este aspecto, pero en lugar
de en el ámbito filosófico, en el literario. Jacques Lacan va a pensar al contrario, que somos nosotros (lectores), los que
machacamos los textos.s las claves para poder
interpretarlo. Todo texto, cuando yo
intento interpretarlo, le pongo un centro y a partir de ahí planteo lo demás; pero
puedo desviarlo y cambiar por completo su sentido. Entonces el
centro se cambia por el otro. El fondo está en que realmente en un texto se
encuentra toda la discusión sobre su propio texto, y en cuanto tenga el texto
construido puedo construir otro texto encima que anule la que había construido
primero. Nuestras construcciones lingüísticas no parten de un único centro,
sino de contradicciones que están dentro del lenguaje. Todo texto lleva en sí su deconstrucción a la
que se acerca el autor a partir del movimiento. El lector ve en el texto
la mayor importancia del mundo, profundiza en el texto y es éste el que le
lleva a sitios. Precisamente si fuese el lector quien explicase el texto lo que
haría sería hacer un análisis formalista. Todo en sí conlleva a algo alterno,
es decir, sus propias estructuras
conllevan a la negación. No cree en el dualismo aristotélico. Lo que
importa es la explicación que estoy dando ahora y el efecto que va a tener en
el tiempo. El autor inicia este proceso. La deconstrucción consiste en cambiar la interpretación,
a pesar de cual sea la intención del autor. Es el texto el que nos lleva a
otros significados. No
puede haber una interpretación, cerrada, absoluta del texto. Los
deconstruccionistas literarios van a trabajar todo este aspecto, pero en lugar
de en el ámbito filosófico, en el literario. Jacques Lacan va a pensar al contrario, que somos nosotros (lectores), los que
machacamos los textos.
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