miércoles, 19 de diciembre de 2012

STOP LEY WERT


El pasado 20 de diciembre de este austero 2012, jóvenes estudiantes y representantes de movimientos como ¡DEMOCRACIA REAL YA!, JUVENTUD SIN FUTURO y ATTAC MADRID, se reunían junto a 
Federico Mayor Zaragoza exdirector de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y exprofesor de bioquímica en la Universidad de Granada, entre otros participantes, para abordar el tema que ataca de lleno  sin escrúpulos la educación  pública española: la Ley Wert, o como algunos prefieren denominarla, la "Ley de la vergüenza".

Estos últimos días hemos tenido la oportunidad de informarnos a través de radio, televisión y periódicos, del atentado que puede llegar a sufrir la educación de nuestro país si el anteproyecto presentado por el Ministro de Educación, José Ignacio Wert, llega a cumplirse. Parecía que el gobierno había tenido suficiente con los despidos y el paro, las situaciones precarias sociales, los desahucios, la bajada de las pensiones, los recortes en sanidad y también en educación, que no olvidemos que fue de las primeros campos atacados, entre otros que también han sufrido un conjunto de “eficaces” medidas que han tenido la oportunidad de llevar a cabo gracias a una mayoría absoluta, que en definitiva, más que una victoria dejaba ver en las estadísticas un total deterioro social, que quedó marcado en las elecciones del año pasado.

Bien, centrándome más en el tema que ocupa este artículo, hablaré de la Ley Wert de la manera más cercana posible, ya que es algo que nos afecta a todos, no solo en el ámbito de la enseñanza educativa, que por supuesto se encuentra la primera en el ranking de afectados, sino que también atenta contra todos los avances que la pedagogía y el trabajo social han ido forjando con su esfuerzo y sudor durante todos estos años. Podemos decir que es una ley que en ningún caso es beneficiosa, ni para el propio sistema de enseñanza ni mucho menos para la sociedad, ya que un plan que destruye por completo la diversificación y la cooperación entre niñas y niños, ya desde el colegio, para después crear adolescentes de secundaria reprimidos y oprimidos por un sistema que les obligará a elegir su futuro cuando no tienen la mayoría de edad ni en madurez, ni por supuesto en edad, ¿o es que podemos obligar a una alumna o alumno a elegir si quiere encaminar su futuro a la FORMACIÓN PROFESIONAL o al BACHILLERATO cuando se encuentra cursando tercero de la ESO? En definitiva, no. No es beneficioso, es insultante, y lo peor de todo es que se encuentra escusado por un conjunto de estadísticas, que afirman que España es uno de los países con mayor analfabetismo de Europa, y si se apuran, del mundo. En cambio, a un Ministro de Educación que busca una educación donde asignaturas como Educación a la Ciudadanía o Filosofía (asignaturas que ayudan a la socialización y al desarrollo de alumnas y alumnos, profesores y profesoras), sean eliminadas y puestas en ridículo frente a la Economía o la Religión, no le conviene presentar este Estado, “supuestamente democrático” (donde el pueblo debería decidir por algún tipo de sufragio popular, y por lo que le concierne, la aprobación de esta ley), como uno de los más diversificados y equitativos del mundo, tanto en sociedad como en educación.

Este anteproyecto de ley, además de despreciar el campo de las Humanidades y la Pedagogía, entre otros, busca una enseñanza totalmente económica y mercantil, en la que en lugar de formar alumnas y alumnos que puedan convivir en una sociedad diversa y libre de ideas y pensamiento, aprendan a enfrentarse en una sociedad consumista y de mercado, dominada por los precios y la competencia entre personas y empresas, que en lugar de crecer en valores y en ética, crezcan solamente de manera económica. Porque como ha afirmado el propio Ministro: “queremos crear una educación que el día de mañana cree trabajadores”. Pero no nos engañemos, ni el Gobierno del PP ni José Ignacio Wert buscan trabajadores (solo hay que ver como destruyen poco a poco el Estado de Bienestar), sino que quieren formar máquinas, explotadas bajo un sistema capitalista y neoliberal que los oprima y silencie, ya que el único fin no serían ellos mismos, sino las acciones, las compras y las ventas, el PIB, la Bolsa, los bancos, y toda la lista de entidades económicas y financieras que nos estafan día a día.

Por otro lado, también tenemos que tener en cuenta la posición que ocupa el profesorado dentro de este proyecto, ya que ellas y ellos tampoco se ven en absoluto beneficiados por el proyecto que busca desarrollarse. Si las predicciones llegan a cumplirse, las profesoras y profesores, encargados de la base de la formación de la sociedad, comenzarían a entenderse como simples instrumentos al servicio de estructuras piramidales y arcaicas, dominadas por aquellos que ni buscan ni tienen ningún tipo de interés o experiencia en el contexto educativo, y que además serían elegidos por instituciones o elementos superiores, convirtiéndolos en víctimas de un sistema de enchufes que tendría el poder de juzgarlos y controlarnos, evitando cualquier amago de libertad a la hora de educar. Eso, sin tener en cuenta que además se verían obligados a instruir a los escolarizados a través de pruebas competitivas, que tendrían como principal interés la preparación de los mismos para la vida en una sociedad forjada en base a un sistema agresivo e igualitario en materia de fortaleza, no de derechos. Es decir, la formación de un sistema elitista y clasista donde los más fuertes, o los más económicamente pudientes tendrían la mejor escolarización y por lo tanto el mejor trabajo en un futuro, y  los más débiles, aquellos con dificultades que necesitan de la orientación y psicología escolar (campos que también serían recortados) para desarrollarse, quedarían en la parte baja de la pirámide, humillados y sin acceso al mismo abanico de oportunidades que los pudientes.

Queremos, la sociedad, los estudiantes y los profesores, una educación PÚBLICA y de CALIDAD, donde se incentive la diversificación y el desarrollo, la mezcla tanto de culturas, ideas y religiones, desarrolladas en una sociedad libre donde aprendamos a querernos y respetarnos, en lugar de pisotearnos y competir entre nosotros por llegar a lo más alto. Por esto decimos que NO a la LEY WERT: porque no queremos educarnos para una sociedad que no nos gusta, que no forma seres libres, responsables y únicos, ricos en personalidad y valores, sino que crea modelos de personas consumistas, vacías, preparadas para el enfrentamiento entre los mismos y el alcance de estatus económicos.

La EDUCACIÓN tiene que ser LIBRE y TRANSPARENTE, con PROFESORES que eduquen y no que adiestren, y tenga la oportunidad de desarrollarse en una SOCIEDAD COOPERATIVISTA, UNIDA y DIVERSA.

2 comentarios:

  1. Secundo totalmente tus palabras, la educación es una de las cosas más importantes de la vida y efectivamente debe ser libre con igualdad de oportunidades para todas las personas.
    Un saludo y mucho éxito!!
    Oliver

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  2. Muchas gracias, Oliver. Me alegra que te haya gustado y que compartas mi opinión. Pero sobre todo me alegra que siga habiendo personas que le dan importancia a lo que es realmente necesario en la vida.

    Un saludo y muchísimas gracias.

    Ana.

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