lunes, 28 de abril de 2014

Secretos de la Alhambra


La Alhambra (Granada)[1], es una ciudad palatina andalusí, que forma un complejo conjunto palaciego orientado junto al alcázar (fortaleza), donde residían el monarca y su corte, durante el Reino nazarí de Granada (1238). Es una de las figuras más populares del arte andalusí, caracterizada por el uso del ladrillo con finalidad tanto decorativa como constructiva; las cubiertas por aljarafes y yeserías; los arcos de herradura, apuntados, polilobulados o mixtilíneos; junto con las bóvedas y las cúpulas bien decoradas. También se caracteriza por su localización y adaptación, integrado en la naturaleza andaluza. En 2011 se convirtió en el monumento español que más visitas había recibido, con una cifra de 2.310.764 visitantes. Sin embargo, en 2007 la Alhambra se había hecho aún más popular tras ser elegida como uno de los 12 Tesoros de España, en un concurso nacional realizado por COPE y ANTENA 3. Junto a ella, se encuentran otras construcciones, como la Mezquita de Córdoba o la Torre de Almansa (finalista). Etimológicamente, parte de al-Hamra, que significa literalmente: “castillo rojo”. Se definió así a causa del tono rojizo que cobraban sus paredes, elaboradas de arcilla, cuando recibían la luz del sol. Sin embargo, también hay otras fuentes que dicen que significa “ciudad de las antorchas”, pseudónimo que seguramente dieron los militares para fomentar el prestigio de la fortaleza.

Hace poco (mayo de 2011), los restauradores de esta ciudadela descubrieron 80 dibujos[2] policromados con figuras animales y humanas que permanecían ocultos bajo la madera ay el yeso desde la época de la dominación musulmana. Fue la web http://actualidad.rt.com, quien publicó esta noticia. En ella, se afirma que las obras donde se pudieron realizar estos hallazgos se remontan al periodo nazarí. De hecho, según María del Mar Villafranca (directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife), las obras son muy valiosas porque conservan el estado original, siendo lo más curioso de ellas que no se han visto afectadas por la construcción, la humedad o los cambios que ha sufrido el monumento.

Estos descubrimientos en concreto se llevaron a cabo en el Mirador de Lindraja, habiendo entre ellos figuras vegetales, animales, fantásticas y versículos del Corán, que más adelante fueron traducidos para su posterior restauración[3]. Una de las últimas restauraciones del Palacio se ha elaborado hace solamente un año, bajo el presupuesto de 300.000 euros. Sin embargo, ya hubo otra restauración en 2010 después del terremoto que la dejó en peligro de derrumbamiento. Todas estas piezas posteriormente restauradas, fueron realizadas por artesanos encargados de la decoración de la obra nazarí. Según Elena Correa, del departamento de Restauración, estas creaciones son totalmente espontáneas y realizadas por diversión, de tal forma que nunca fueron “parte” de la decoración del palacio. De todas ellas, podemos destacar la figura de un hombre de barba blanca y turbante que aparece tras el reveso de un alfarje del Patio de los Leones[4], y esto es muy curioso porque en el arte musulmán la representación humana estaba prohibida; lo que demuestra que los artistas desafiaban esta prohibición bajo la elaboración de un arte clandestino. Pero el desafío iba más lejos, y es que algunas de las obras estaban firmadas, algo muy inusual en el arte musulmán, ya que los artesanos nazaríes solían trabajar de forma anónima.


Según nos cuenta El País, en 1959 mientras se restauraba el Salón de Embajadores del Palacio de Comares[5], aparecieron unas pinturas detrás de las maderas que cubrían el techo. Por aquel entonces se pensó que se trataban de motivos florales realizados para que los artesanos supieran el orden de las piezas. Sin embargo, un tiempo después (2013), los restauradores descubrieron unos dibujos similares en el Mirador de Lindaraja (del que he hablado antes). Estas obras se remontan a finales del siglo XIV, que es efectivamente el periodo en el que se desarrolló el reino nazarí de Granada. Otra de las características que poseen estos dibujos, es que además de ser de varios tipos, están realizados con pigmentos originales que nunca han sido retocados. Por ejemplo, el hombre de barba blanca que he nombrado antes es una figura antropomorfa; es decir, que su cabeza está sobre el cuerpo de un animal (que no se sabe si es perro o gato). Según esta fuente, el trazo es perfecto y la imagen puede contemplarse como si estuviera recién hecha. Sin embargo, el hecho de que haya aparecido esta representación no quiere decir que estuviera sujeto a las reglas del arte de la época, ya que “el arte musulmán está formado por diferentes épocas”, y esta es una de ellas en la que los artistas desafiaban la normal.

Sobre la representación y esta “rebelión” de los artistas, cabe nombrar que todo viene de unos versículos del Corán. El Libro Sagrado explica que no se puede tener una imagen de Dios, y que ningún artista puede competir con la divinidad en la creación de seres reales. Esta reflexión, tuvo mucha importancia en el arte musulmán, en el que no aparecen cuerpos humanos, salvo en aquellas destinadas a la decoración de obras privadas. Es por ello que, se centraron más en la atracción a partir de las tonalidades rojizas y de color oro, junto con la geometría. Es más, puede pensarse que los autores de estas obras eran perseguidos por haber incumplido la norma, y podrían haber sido cubiertos por la madera para evitar que se descubriera este suceso. A lo mejor, como dice Villafranca, deberíamos considerarlo simplemente como “travesuras” o “como una manera de ejercitarse”, ya que no se ha encontrado ninguna relación entre los dibujos y las piezas que están sobre ellos.

Sin embargo, no es la Alhambra el único lugar donde han aparecido obras de este tipo. En otras regiones, a causa de la mayor tolerancia, han aparecido aún más. Por ejemplo, nos habla el artículo del desierto sirio donde se encuentra el palacio de Msatta (VIII), en el que existe distinción entre dependencias laicas y religiosas, donde las laicas poseen representaciones de animales con finalidad decorativa. Pero, es curioso que los dibujos de la Alhambra tengan similitudes con estas figuras. Aunque no lo debemos confundir, ya que estos últimos son más espontáneos, por lo que se piensa “que fueron realizados de manera clandestina”. Esto  ha sido demostrado por los restauradores, que bajo las palabras de Elena Correa, llegan a la conclusión de que ninguno de ellos sigue una pauta fija, que son espontáneos”, por lo que habrá que hacer algún tipo de investigación para conocer algo más sobre ellos. Por ejemplo, investigar las firmas para saber quiénes fueron estos artistas y si eran de renombre en otros lugares. 

La Alhambra es un monumento lleno de mitos, secretos y misterios que nunca dejarán de sorprendernos. 
  


[1] Ciudad de Granada, Alhambra de Granada, www.esp.andalucia.com.
[2] El País, Los  dibujos prohibidos de la Alhambra, Fernando Valverde, Madrid, mayo 2011.
[3] Patricio Cofre A., La restauración del Palacio La Alhambra comenzará a fines de mayo, marzo de 2013.
[4] José Miguel Muñoz, Expertos mundiales de restauración en la nueva escuela de La Alhambra, El País, Granada, Agosto de 2013
[5] http://www.menudaeslahistoria.com/los-dibujos-secretos-de-la-alhambra/

5 comentarios:

  1. Bueno, mucha información. Tengo más ganas ahora de conocer este lugar!

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  2. Una entrada muy interesante, tanto por las figuras tan poco usuales en el arte islámicos como por el hecho de que cada restauración en este monumento suele conllevar nuevos descubrimientos.

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  3. Buena vista global sobre este monumento de historia. Especialmente interesante para aprender más sobre el tema después de nuestra conferencia de la arquitectura de la Alhambra la semana pasada.

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